Páginas

jueves, 28 de noviembre de 2013

CÓMO FORMAR A NUESTROS NIÑOS PARA LAS EMERGENCIAS

Los desastres naturales no se pueden predecir; pero si el lugar donde vivimos o estudian nuestros niños. Si estos lugares están ubicados en una zona de riesgo o no cuenta con un mantenimiento adecuado, es más probable que estén expuestos a que el peligro sea mayor.
Suele pasar que no estemos preparados para saber qué hacer cuando se presenta este tipo de emergencia.

Debemos formarlos para:

Reflexionar sobre lo que pasó o puede suceder
Una situación difícil es una oportunidad para reflexionar qué pasó, por qué, cómo, a quiénes afectó, cómo podemos evitar que vuelva a suceder…

Auto-protegerse con información que les permita reaccionar adecuadamente.
Es necesario que conozcan a quién contactar cuando ocurre una emergencia; contar con los teléfonos de las instituciones de seguridad más cercanas (policía, bomberos y centro de salud), los números telefónicos de familiares y amigos.

Ser solidarios, cooperar y apoyar a las personas afectadas.
No solo  durante la emergencia, sino  después que pasó.

Expresar sus emociones y sentimientos.
Cuando se pierden familiares, propiedades y mascotas. Si no las expresan se acumulan y pueden hacer mucho daño.


Conocer y exigir sus derechos.
Los niños y niñas deben ser los primeros en ser atendidos cuando hay una emergencia natural  o cualquier otra situación que  ponga en peligro sus vidas. No deben ser separados de sus familias (Art. 7 LOPNNA).

Que sepan que tienen derecho a todos los centros de salud públicos, ellos prestaran atención médica inmediata en los casos de emergencia.
Los centros de salud y servicios privados deben prestar atención inmediata a los casos de emergencia que pongan en peligro la vida. En ningún caso puede negarse la atención alegándose circunstancias como: ausencia de la madre, padre, representante, que no tengan documento de identidad o recursos económicos (Art. 48 LOPNNA). 

Solicitar en la escuela la orientación de profesionales.
Para  que  les enseñen qué hacer y cómo actuar en caso de emergencias. Se puede pedir el apoyo de miembros de la comunidad, enfermeras, médicos, paramédicos, bomberos, policías y solicitar  la orientación de grupos vinculados a tareas de rescate, protección civil.

Exigir que se cumpla con las normas de seguridad como por ejemplo: extinguidores de incendios, rutas de evacuación, salidas de emergencia, lámparas de emergencia y botiquín de primeros auxilios…

Procesar los duelos.
En caso de que algún miembro de la comunidad haya sido víctima de alguna de estas circunstancias, es importante compartir los sentimientos y emociones como la tristeza, rabia y miedos. Estos forman parte del dolor por alguna pérdida.

Honrar a las personas desaparecidas.
Realizando algún acto en donde se pueda recordar su vida y agradecer su presencia. Para conmemorar se pueden realizar ceremonias religiosas, guardar un minuto de silencio, hacer una cartelera… Lo que cada quien considere más prudente de acuerdo a sus creencias y posibilidades.

Seguimos Creciendo Juntos


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/los-ninos-y-las-emergencias.aspx#ixzz2lyNmDe35

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿Cómo proteger a nuestros niños de la inseguridad?

No es un secreto que existe un  número importante  de personas que utilizan armas, especialmente de fuego, para resolver conflictos, robar y vengarse de alguien. Todas estas situaciones hacen que tengamos que enseñar a nuestros  niños y adolescentes a  auto-protegerse.

Con esta realidad, nuestros muchachos pueden sentir rabia cuando no los dejamos salir a jugar, pasear, llegar a ciertas horas a la casa y transitar por determinados lugares. Es importante explicarles  que  es nuestro deber protegerlos y enseñarles a cuidarse.

¿Qué pueden hacer en situaciones de peligro? 

Solicitar  la ayuda de un familiar o persona cercana. Es necesario que tengan sus números de teléfono y de lugares de emergencia a los cuales puedan solicitar asistencia.

Estar alerta cuando alguien sospechoso se acerque. Es importante  que sepan que los atracos, robos y homicidios son cometidos por adultos, pero también por adolescentes.

Dirigirse hacia lugares donde haya más gente, por ejemplo entrar a un establecimiento comercial o cualquier otro lugar para buscar apoyo.

Aclararle  que está bien gritar para pedir ayuda. Que no deben sentir vergüenza. Si la persona está apuntándolos con un arma es preferible quedarse tranquilo y no ofrecer resistencia.

Alertarlos que si escuchan tiros es importante resguardarse e inclusive lanzarse al piso. Nunca ir a investigar para averiguar qué pasó, por más que vean personas curioseando, su vida puede correr peligro.

Si están en su casa y escuchan tiros, nunca permitir que se  asomen por la ventana, balcón, puerta o subir a la azotea, una bala puede herirlos o quitarle la vida. 

Las camas no deben estar al lado de ventanas; sobre todo en lugares en donde se escuchen tiros o ráfagas con frecuencia.

Si en su casa, la de algún familiar o vecino hay un arma, no deben manipularla o llevarla a la escuela: podemos tener un accidente, herir o sin querer quitarle la vida a alguien.

Cuando van a una fiesta y salen tarde es preferible que se queden a dormir en la casa de un amigo de confianza, o hacer un grupo y trasladarse a sus hogares acompañados.

Conocer cuáles son los lugares riesgosos: en estos sitios se generan conflictos permanentes, se venden drogas, se ingiere licor o viven personas violentas. 

Evitar exhibir objetos de valor, relojes y equipos celulares en lugares públicos, especialmente zonas peligrosas.

Seguimos Creciendo Juntos


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/como-proteger-a-los-ninos-de-la-inseguridad.aspx#ixzz2lI2dYWj4

jueves, 14 de noviembre de 2013

CÓMO ABORDAR AL ESTUDIANTE QUE ACOSA

Si nos enteramos que nuestros hijos utilizan el acoso como una forma de ganar popularidad, llamar la atención y adquirir poder, es necesario solicitar el apoyo de un especialista para indagar cuáles son las causas que hacen que se divierta generando dolor y malestar en los otros.

¿Qué podemos hacer?
 Evaluar qué pasa en casa
Puede ser que utilicemos el “chalequeo” o la burla en nuestros propios hogares, no vemos el impacto que esto puede tener en los demás.
Pasa cuando hacemos burlas por la apariencia física, contextura, tipo de cabello, forma de hablar, intereses y orientación sexual. Aunque, aparentemente “acepte” que se metan con ella, en el fondo, puede estar reprimiendo sentimientos y emociones que no se atreve a expresar por miedo, vergüenza o culpa, pudiendo llegar al extremo de auto-agredirse o suicidarse.

Asumir la responsabilidad
Cuando nos enteramos que nuestro hijo está acosando a otros compañeros, es importante acudir a las citaciones que nos manden del colegio. Posiblemente en la familia utilizamos esa forma de relacionarnos cotidianamente y entonces  asumimos, de manera natural, que burlarse de quienes tienen una condición distinta es algo “normal”. 

Identificar lo que pueda estar encubierto
No todos los niños que han sido agredidos física y psicológicamente se convierten en personas que disfrutan acosando a otros; pero la mayoría de quienes acosan sí han sido víctimas de la violencia en alguna de sus expresiones.
Es importante identificar si en la familia los conflictos se resuelven agrediendo física, verbal o psicológicamente.
La necesidad de llamar la atención, de sentirse reconocido o de vengar frustraciones y resentimientos, puede llevarlo a utilizar el acoso como un mecanismo para lograr la atención que no ha obtenido en su hogar.

Garantizar tratamiento oportuno y adecuado
Estos comportamientos pueden enmascarar problemas de salud mental que requieren ser abordados por especialistas. Es muy difícil asumir que nuestro hijo pueda tener problemas psicológicos, inclusive psiquiátricos. Una intervención a tiempo puede ser una de las mejores pruebas de amor que podemos hacer. 

Estimular que asuman las consecuencias de sus actos
Lo peor que podemos hacer es hacernos cómplices, encubriéndolo. La situación se complicará y las consecuencias de sus actos pueden ser muy graves; especialmente,  si se considera el daño psicológico que genera a sus víctimas.

Realizar el abordaje de forma individual
Nunca es conveniente señalar al acosador públicamente. Es una forma de legitimarlo y fortalecer su comportamiento, eso puede activar los sentimientos de venganza y generar más agresiones hacia los compañeros.
No quiere decir, que no se aborde grupalmente el acoso como forma de violencia, consecuencias y responsabilidades de los involucrados. Es necesario hacerlo, pero sin personalizar.

Reconocer y valorar los cambios
En el momento donde nuestros hijos se estén relacionando con sus compañeros, sin molestarlos, es importante hacerlo sentir que valoramos el cambio. Podemos decirle: “Te he estado observado y he notado que en el receso puedes compartir con tus compañeros sin que se generen conflictos, y veo que la pasan bien”.


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/-como-abordar-al-estudiante-que-acosa-.aspx#ixzz2kec9vMTW

martes, 12 de noviembre de 2013

Docentes deben registrar situaciones de acoso escolar


Congreso violencia Oscar Terrero CecodapEn los recientes I Congreso Internacional sobre Violencia y II Congreso Nacional sobre Agresión Humana y Mentalidad Criminal, organizados por la ULA en San Cristóbal, el psicoterapeuta Oscar  Misle Terrero señaló la importancia de que los docentes diferencien un simple chisme o “chalequeo” del reporte de un acoso, al acosado le recomienda llevar un diario sobre las situaciones acontecidas y a las familias no hacer justicia por sus propias manos.
El especialista, fundador y director del Cecodap, organización venezolana pionera en la promoción y defensa de los derechos de los niños y adolescentes, definió el acoso como “la molestia sistemática de una persona frente a los demás”, al tiempo de identificar tres tipos de actores en este tipo de situaciones, como son el acosador, el acosado y los testigos.
Al acosador lo identificó como una persona proveniente de familias en las que no están bien establecidos los límites y,  por ello,  se tiende a la anarquía, puede proceder de hogares inflexibles, también puede ser una persona con trastornos neurológicos o que a su vez es víctima de agresión -esto se desconoce -  lo que si es cierto, afirmó “es que usa el poder para dañar a otro de manera sistemática, en su  afán de reconocimiento social”.
El acosado o víctima se tiende a asociar con un niño tímido, de lentes, con baja autoestima, que no le gusta la violencia, con una discapacidad  –este es el estereotipo- sin embargo, puede tratarse de un menor que es acosado por poseer buena presencia o presentar características,  virtudes o actitudes que lo hacen resaltar frente a los demás.
Cecodap
 Imagen tomada de la página digital del Cecodap.
Los testigos, por su parte, son espectadores de la situación de acoso y sirven de público al acosador para agredir a su víctima, generalmente continúan asumiendo este rol por falta de intervención de los docentes o autoridades de los planteles, quienes, bien por desconocer cómo actuar en este tipo de situaciones o por confundirla con un simple “chalequeo” permiten que estas situaciones se susciten y repitan, y “esta falta de intervención produce un mal clima escolar”, según el sicólogo.
Las familias de los que son agresores tienden a no aceptar la situación en la que participa su hijo y a veces se sienten hasta “orgullosos” de la situación en la que el menor es protagonista, por su parte, las familias de los acosados tienden a desconocer la situación que ocurre porque el propio acosado las oculta por vergüenza o rabia y en oportunidades ante la falta de actuación de la institución escolar, las familias de las víctimas buscan hacer justicia por sus propia manos.
Formas de acoso
Entre las formas de acoso, el psicoterapeuta identificó tres tipos, como son el acoso verbal, generalmente utilizado por las personas del género femenino, el acoso físico –lepes, zancadillas, ocultamiento de bultos y materiales escolares o personales- generalmente utilizado por varones, aunque no es exclusivo de estos,  y el acoso relacional que consiste en no tomar en cuenta al otro “no te miro, no te invito a mi fiesta, no te permito que hagas deporte”, entre otras formas de anular e invisibilizar al acosado.
El psicoterapeuta señaló esta última forma de acoso como una de las más perjudiciales y que afecta más a los adolescentes, mencionó el reporte de 3 suicidios en una sola semana y en un solo estado del país como ejemplo de cómo  el fenómeno del acoso está golpeando a los menores, uno de ellos el de una joven que era acosada por sus compañeras por el solo hecho de ser muy bonita.
 El psicoterapeuta Oscar Misle durante su intervención en el congreso. (Foto: Marlene Otero)
Recomendaciones
El especialista, al final de su exposición giró una serie de recomendaciones para los distintos “actores” de este tipo de eventos, como son, a las víctimas del acoso se les recomienda llevar un diario para describir cada situación de acoso, cómo lo hicieron, quienes participaron, día, hora, porque en la medida que se van descubriendo las debilidades del acosador, se van encontrando las fortalezas de la víctima y así cesa su poder, el del acosador. Se le recomienda no enseñar su diario a nadie.
Al docente también se le recomienda registrar el evento, cuándo ocurrió, hora, participantes, relatarlo con nombres y apellidos, circunstancias, diferenciar un reporte de un acoso con un chisme. Recordó que la LOPNA establece el derecho y el deber de denunciar ante las autoridades competentes este tipo de incidentes.
Respecto a la responsabilidad que le compete a los adolescentes acosadores, el especialista recuerda –artículo 528 de la LOPNA-  que el joven que incurra en este tipo  de hechos punibles debe responder por el hecho en la medida de su responsabilidad.
A las familias, el psicoterapeuta les recomendó evitar tomar medidas por sus propias manos pero tampoco obviar o hacerse de la vista gorda frente a situaciones en las que sus hijos o familiares son víctimas de acoso o juegan el rol de acosadores.
Marlene Otero
11/11/2013


martes, 5 de noviembre de 2013

EL DUELO HAY QUE VIVIRLO, EL AMOR HARÁ LO SUYO

El lunes 23 de septiembre, cuando me disponía a realizar esta columna, recibí la llamada de mi hermano para notificarme la partida de mi padre. Una noticia que resultó más desgarradora  de lo que podía imaginar. Sabía que por su condición de salud y sus ochenta y ocho años, esa llamada llegaría en cualquier momento. Tener conciencia de este  hecho y vivir la realidad son dos cosas muy distintas.

Cuando supe de su muerte una secuencia de imágenes de mi infancia comenzaron a aparecer y necesitaba contárselas a alguien, una y otra vez. Recuerdos que evidenciaban  que siempre había estado en mi vida y que ahora se había ido. Mi padre y yo teníamos el mismo  nombre y el mismo apellido. Eso nos identificaba, nos unía. Ahora  mi nombre  se  quedaba solo.

Mi amiga Adriana Ponte me regaló el poema Umbrales, de Sofía Santaclara: "Cuando creía comprender la muerte, me acarició; volví a confundirme". Y es cierto, mi sensación de realidad cambió abruptamente. El adulto que creía ser fue secuestrado por el niño que estaba oculto, vulnerable, con miedo y que necesitaba llorar la pérdida de ese ser que en lo profundo sentía que te protegía y defendía.

En el momento del  sepelio un torrencial aguacero, parecido al llanto que no podía y no quería controlar, porque era lo  único que en ese momento me conectaba a él, parecía que no iba a cesar nunca. Justo cuando colocaron la lápida, escampa. Lo que  sucedía  afuera se parecía a lo  que viví por dentro. La forma de sentir el dolor cambió. Expresar mis sentimientos, sin tener que ser fuerte, sin complacer a quienes con amor me decían “fortaleza” por considerar las lágrimas, de adentro o las de afuera, como flaqueza,  debilidad, falta de fe… Olvidando que el dolor es proporcional al amor. Sentí que debía ser compasivo conmigo mismo y vivir mi dolor.

No con nosotros, pero sí en nosotros

Mi duelo pasará por momentos diferentes mientras voy asimilando y transformando el dolor. Es un estado de shock que vivimos de forma diferente. Nos encontramos con personas que parecen no reaccionar, no lloran, actúan como si nada hubiera pasado. Cuando menos piensan el dolor acumulado buscará cómo salir o expresarse. Podemos  buscar formas de distraer el dolor, llenándonos de trabajo, alcohol, saliendo a la calle, evitando hablar del tema; pero cada olor, imagen, palabra, canción, foto no los recordará.
Reconozco que la culpa nos hace una mala jugada haciéndonos sentir que no hicimos lo suficiente para evitar su muerte. Nos duele  pensar que no nos despedimos, o no pedimos  perdón, no dimos las gracias por todo lo  recibido. En nuestro caso lo hicimos todos los hermanos reunidos en torno a su cama. Un acto íntimo, humano y movido por el dolor y el amor. 
  
En momentos sentí mucha rabia con Dios, los médicos, con el país por el alto costo de enfermarse y morir. Es una etapa o momento que hay que vivir. Es difícil reconocer y aceptar la tristeza, esa sensación de vacío que puede alterarnos el sueño y hasta los hábitos alimentarios. Es como si perdiéramos conexión y nos cuesta concentrarnos hasta que llega la  aceptación y nos damos cuenta que esos seres que tanto amamos ya no  están con nosotros, pero sí en nosotros. Se convierten en esa brisa que no vemos, olemos, tocamos; pero cómo la sentimos, ¡cómo te siento ahora papá!

Seguimos creciendo juntos


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/vivir-el-duelo--darle-vida-al-amor.aspx#ixzz2jmymTi62

PREFIERE AL PAPÁ PORQUE LO CONSIENTE

Puede pasar que los hijos manifiesten preferencia por el papá porque es más complaciente, les da lo que le piden, no los regaña tanto como la mamá. En algunos casos, cuando las cosas se ponen complicadas, la madre acude al padre como figura de autoridad “se lo voy a decir  a tu papá”; muchas veces como figura consultiva no vinculante.
Cuando las parejas están separadas, al padre le toca ejercer su rol a distancia y esto puede generarle culpa; y suele entonces compensar con regalos o dinero lo que no puede dar afectivamente.
En las parejas que pasan por momentos de crisis, a los hijos les toca convivir en un clima de hostilidad en el que la madre, por pasar más tiempo con los hijos, a veces no puede controlar el estrés, la angustia y el agotamiento. Esto afecta la forma de relacionarse. Los hijos pueden entonces asumir que el padre es más tolerante o comprensivo porque toma distancia asumiendo menos compromisos.

¿Qué podemos hacer?

Abonar los espacios y momentos para la intimidad familiar.

Crear un clima que favorezca el encuentro, la comunicación y las expresiones de afecto. Hay que formarlos para que expresen sus emociones en momentos en que se sientan débiles, con miedo, vulnerables o tristes. Esto les permitirá conseguir el apoyo, comprensión y compañía que requieren.

Expresar que quien se divorcia o separa es la pareja. Muchas veces los resentimientos, frustraciones, desencantos que sentimos, uno o ambos miembros de la pareja, podemos trasladarlos a nuestros hijos.

Es inconveniente que les comentemos, de manera detallada, nuestros problemas íntimos, sexuales, emocionales… No quiere decir que caigamos en el otro extremo de no hablar del tema. Hay que comunicarle que la relación se ha tornado conflictiva, que los intentos de mejorar no funcionaron.

Evitar comentarios que descalifican al padre. Los hijos pueden sentirse mal con esos comentarios y, como contrapartida, colocarse del lado del padre. A veces mienten para defender al padre y evitar que la madre les prohíba el contacto. También se da el caso de hijos que no quieren saber nada del papá y el odio se incuba como una forma de conexión; algo así como la letra de ese viejo bolero que dice “Odio quiero más que  indiferencia”.

• Puede pasar que para acercarse a ese padre devaluado, el hijo varón actúe como él. Mientras que la hija podría buscar como novio o esposo a hombres con muchas de las características negativas  del papá, con la esperanza de poder cambiar en la pareja lo que no logró en el padre.

•Las demostraciones afectivas no se compran ni se venden. Las retribuciones de tipo económico, muy necesarias para garantizar la protección de los hijos, no son suficientes para cultivar el amor. Hay que explorar caminos para expresar el afecto, fomentar la comunicación y el acercamiento.

• Lo que cambia es la relación. Cuando el padre y la madre se divorcian o separan lo que debe cambiar es la forma de relacionarse entre ellos, porque como padre y madre el vínculo sigue. Se dice fácil, pero es necesario hacer el trabajo; los hijos los vincularán de algún modo, especialmente en momentos clave: muertes de familiares, celebraciones, enfermedades y todos aquellos rituales o situaciones cotidianas donde la presencia del padre y la madre tiene importancia y significado especial.

Seguimos Creciendo Juntos


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/prefiere-al-papa-por-consentidor.aspx#ixzz2jmuzePhq

Para los niños y adolescentes navegar por Internet es como salir a la calle

En nuestro más reciente libro El acoso escolar:¿Qué hacer?, dirigido directamente a nuestros adolescentes. Fernando Pereira y este servidor, nos planteamos que: “utilizar internet es como salir a la calle”. Hay que estar alerta por dónde te metes, con quién te comunicas y en qué lugares te recreas.
Para un adolescente, es impensable un mundo al margen de las tecnologías. Nacieron y han crecido en un mundo en el que tener un celular, una computadora o conectarse a internet es parte de su proceso de socialización para contactarse con el mundo exterior.

En los centros educativos se han venido manifestando de manera reiterada la preocupación por la  utilización de las redes sociales como una forma de acosar a otros por situaciones personales como celos, envidias, disputas y retaliaciones. Esto ha logrado que se envíen mensajes e imágenes que atentan contra la integridad y la dignidad de otros, y lo más grave; es que lo conciben como un juego sin ver las consecuencias que esto puede traer, tanto a la persona acosadora como a la víctima y su entorno.

Cada vez tienen menos tiempo y espacio para comunicarse, recrearse y disfrutar en familia. Los jóvenes logran ver al internet como un aliado para llenar su soledad y evadir las situaciones conflictivas que los afectan. Además, buscan personas para llenar el espacio vacío y  la soledad que sienten. No es poco frecuente que la persona que contactan a través de un chat no tenga ni la edad, ni el sexo, ni las condiciones que dicen tener; pero si posee la habilidad para enganchar emocionalmente a sus víctimas. Conocer sus intereses, manejar los códigos propios de los adolescentes y los chantajean emocionalmente.
Del mismo modo, encuentran alternativas para recrearse de manera virtual, han ganado fuerza  por los peligros y las consecuencias del clima de inseguridad que se vive en la sociedad.

¿Qué podemos hacer?

Enseñar el uso adecuado del internet: debemos exigir como familiares, la educación y la información sobre la utilización de esta herramienta tecnológica.
Dedicar tiempo y espacio para compartir con nuestros hijos: la comunicación virtual no debe sustituir nunca el encuentro “cara a cara”. No es cierto lo que dicen: “lo que importa es la calidad y no la cantidad del tiempo”. El tiempo que dediquemos a nuestros hijos para escucharlos, valorarlos y hacer que se sientan queridos, es el mejor “filtro” para que no busquen en internet la atención que no logran conseguir en su hogar.

Denunciar cuando son víctimas de ciberacoso: si algún adulto o adolescente utiliza las redes sociales para dañar, desprestigiar y ofender, es necesario que se haga la denuncia en la dirección de Delitos Informáticos del Ministerio Público o del CICPC.

Concebir las Tics como aliadas y no como enemigas: son herramientas que facilitan obtener información, realizar trámites, trabajos escolares, establecer contactos con familiares y amigos. Es un instrumento útil en la sociedad actual. El problema se presenta cuando las tecnologías sustituyen otras alternativas de información como puede ser la lectura de libros, la recreación, la práctica de algún deporte, actividades físicas y el intercambio personal.

Seguimos creciendo juntos


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/el-internet---amigo-o-enemigo-.aspx#ixzz2jmqHQdq2

VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

  Óscar Misle Óscar Misle Los recientes enfrentamientos armados en la Cota 905 y comunidades aledañas y los operativos que se van realizan...