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sábado, 22 de marzo de 2014

CÓMO TRATAR LA TENSIÓN POLÍTICA-SOCIAL CON NUESTROS HIJOS


Escrito por @AlvaroRPK el 20 de marzo de 2014
PadreHijo
Oscar Misle Terrero, es educador, conferencista, comunicador social y psicoterapeuta, con más de 30 años dedicado al estudio y promoción de temas relacionados a la niñez y adolescencia. Junto a Fernando Pereira co-escribió el best seller en Venezuela: “No me hace caso, ¿qué hago? Herramientas para la crianza de nuestros niños y niñas”, así como una docena de publicaciones a partir de sus investigaciones y experiencias en comunidades educativas a lo largo y ancho del país.
Para responder las preguntas de algunos padres, Oscar se tomó unos minutos con nosotros y nos ofrece la siguientes recomendaciones. Para más información, puedes seguirlo en Twitter como@OscarMisle

1. En la situación que vivimos actualmente en Venezuela, ¿lo ideal es mantener a los niños y niñas en una burbuja de desinformación, o explicarles claramente lo que está sucediendo?
Es importante evitar caer en los extremos. Uno, colocarlos en una burbuja, haciéndoles ver que no está pasando nada. El otro, saturarlos de información hasta intoxicarlos emocionalmente. Lo ideal es administrar la información, tomando en consideración la edad y momento de desarrollo.
Si no hablamos con nuestros niños y niñas de política, otros lo harán por nosotros. Se pueden convertir en víctimas de manipulaciones, especialmente en los centros educativos cuando los docentes utilizan el aula para hacer proselitismo político.
Cuando lleguen a la adolescencia esos espacios vacíos, por desinformación, los hace especialmente vulnerables a propuestas ideológicas que se valen de pretextos como el amor, la justicia, la igualdad para atraer su atención e interés. Puede que sean seducidos por propuestas que validan y utilizan la violencia como medio para alcanzar los valores que sustentan los discursos.
2. ¿Lo aconsejable es enviar a los niños y niñas al colegio, o no?
Lo ideal es que puedan retomar lo antes posible las actividades escolares. Es el espacio que puede mantener las rutinas que posibilitan concentrar la atención en actividades académicas, deportivas de intercambio para expresar lo que piensan y sienten sobre lo que genera conflictos. Es más puede la escuela convertirse en un espacio educable para que la situación de crisis posibilite formarnos sobre la democracia, la participación, el respeto a diversidad, las protestas, pacíficas y sin armas, los derechos y responsabilidades ciudadanas.
3. ¿Cómo manejar con ellos y ellas las situaciones de tensión y estrés, especialmente en las zonas donde se realizan las protestas y ocurre la represión?
Es un trabajo que debe empezar por nosotros. No es fácil abordar las situaciones de ansiedad, estrés, angustia en la familia. Especialmente cuando sentimos que fácilmente perdemos el control, paciencia y la violencia intrafamiliar se hace presente. Solicitar apoyo profesional es importante.
Establecer momentos de encuentro para intercambiar con los niños y niñas, preguntarles cómo se siente para indagar qué interpretan de lo que está pasando. Suele pasar que están más informados de lo que imaginamos y no lo comunican porque no le dedicamos tiempo para intercambiar. Con los más pequeños se pueden utilizar dibujos, títeres, cuentos, fábulas, para que expresen sus emociones. Lo ideal es mantener los horarios de las comidas, la hora de ir a la cama, para no llevar el caos que se vive afuera a la casa.
4. ¿Los padres deben permitir que sus hijos e hijas adolescentes, participen en las manifestaciones y protestas?
Las familias tienen el deber de proteger a sus hijos e hijas y les toca decidir si es conveniente o no llevarlos a las protestas y manifestaciones, especialmente en contextos en los cuales la violencia se puede presentar en el momento que menos esperamos. El adulto por su misma condición, cuenta con más recursos para auto protegerse en caso de surja un incidente. Los niños y niñas son más vulnerables y con mayores dificultades a la hora de correr, esconderse o resguardarse.
5. ¿Puedes sugerirnos algunas ideas, para tratar la conflictividad político social en casa, sin generar angustia o estrés en niños, niñas y adolescentes?
Nuestros niños no son espectadores pasivos de este acontecer. En la práctica perciben como la política es una realidad que involucra la totalidad del país. Todas las circunstancias o decisiones importantes, pasan por una decisión política. Manifestar, marchar, participar, asociarse…son expresiones políticas. Son parte de la democracia. Inclusive no participar, no opinar también son posiciones políticas.
Un trabajo que debe empezar por nosotros. En el discurso exigimos tolerancia y respeto, pero seguimos siendo intolerantes; diálogo, y solo queremos escuchar lo que nos conviene e interesa; fe, y no creemos en lo que los demás dicen y hacen; perdón, y fomentamos resentimiento y odio. Con nuestro ejemplo aprenden a ser incoherentes, incongruentes e inconstantes.
Toca a cada uno de nosotros tomar la decisión sobre lo que debemos hacer en nuestros espacios para que nuestros niños, niñas y adolescentes cuenten con herramientas para enfrentar la crisis que se vive en el país. A los valores hay que darle contenido. Es importante preguntarles qué significa respeto, tolerancia, honestidad. Si partimos de ejemplos, relatos, testimonios, mucho mejor.
Valorar sus comentarios y opiniones, aunque sus relatos, aparentemente sean una repetición de información que han recibido a través de los diferentes agentes de socialización, es importante partir de lo que captan propiciando espacios para la orientación a través el intercambio para hacer de la crisis un momento educable.
Hay que estar atentos al entorno. La manipulación está permanentemente al acecho. Si se realiza con y entre las personas adultas, también se hace con los niños y niñas. Allí es donde hay que poner la lupa e insistir que la participación sea genuina y en condiciones que no pongan en riesgo su integridad.

http://untiposerio.com/como-tratar-la-tension-politico-social-con-nuestros-hijos/

LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO EN LA ESCUELA

Por: Óscar Misle @oscarmisle


El libre pensamiento escolar
La libertad de pensamiento en la educación. (Créditos: Archivo )

La Ley Orgánica de Educación (LOE. 2009), establece claramente: la  prohibición de propaganda partidista en las instituciones y centros educativos establece que no  está permitida la realización de actividades de proselitismo o propaganda partidista en las instituciones y centros educativos de educación básica (desde inicial a media), por cualquier medio de difusión, sea oral, impreso, eléctrico, radiofónico, telemático o audiovisual (Art.12). 

Prohibido utilizar el aula de clases y la cualidad de docente para actividades de carácter partidista en ninguno de los niveles de la educación básica. De igual forma están prohibidas las ideas y doctrinas contrarias a la soberanía nacional, a los principios y valores consagrados en la Constitución de la República en todas las instituciones y centros educativos, oficiales y privados (Art. 11). 

Prohibida la incitación al odio. Se prohíbe en todas las instituciones y centros educativos del país, la publicación y divulgación de programas, mensajes, publicidad, propaganda y promociones de cualquier índole, a través de medios impresos, audiovisuales u otros que inciten al odio, la violencia, la inseguridad, la intolerancia, la deformación del lenguaje; que atenten contra los valores, la paz, la moral, la ética, las buenas costumbres, la salud, la convivencia humana. Los que promuevan el terror, las discriminaciones de cualquier tipo, el deterioro del medio ambiente y el menoscabo de los principios democráticos, de soberanía nacional e identidad nacional, regional y local (Art. 10 LOE).

Principios y valores de la educación. La Ley establece como principios la formación en una cultura para la paz, la justicia social, el respeto a los derechos humanos, la práctica de la equidad y la inclusión (Art. 3 LOE). 
Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos.

Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la libertad depensamiento, conciencia y religión. El padre, la madre, representantes o responsables tienen el derecho y el deber de orientar a los niños, niñas y adolescentes en el ejercicio de este derecho, de modo que contribuya a su desarrollo integral (Art. 35. LOPNNA). 

Formar a nuestros niños, niñas y adolescentes para el ejercicio de su ciudadanía exige poner en práctica lo que establecen las leyes. Para que vivan la democracia participando, opinando, recibiendo información acorde a su proceso de desarrollo evolutivo, defendiendo sus derechos y cumpliendo con sus deberes y  responsabilidades.

Seguimos creciendo juntos  


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/el-libre-pensamiento-escolar.aspx#ixzz2wj8tVHts

jueves, 20 de marzo de 2014

VIOLENCIA: ¿ENMASCARADA O DESCARADA?

Por: Óscar Misle @oscarmisle


La violencia enmascarada y descarada
Debemos de tener en claro la violencia que sufrimos. (Créditos: Shutterstock.com)

Las diferentes expresiones de violencia se pueden presentar desde las formas más leves hasta la letalidad y la eliminación del otro, dando como resultado distintas violencias.
La violencia tiene dos caras:
Enmascarada: Acoso, chantaje, chalequeo, amenazas, difamación y la exclusión.
Descarada: Agresiones físicas, verbales y actitudinales.

Normalmente se reconoce a la descarada, por evidente; pero la enmascarada pasa desapercibida y para mucha gente ni siquiera es violencia.
La violencia se ha hecho parte de la cotidianidad. En muchos centros educativos consideran que la violencia es tan cotidiana como “la vida misma”. Forma parte de la “convivencia”; por lo tanto hay que lidiar con ella como algo “natural”
.
La violencia puede ser realizada de manera:
Directa, del agresor al agredido(s).
Indirecta, generando condiciones o comentarios que afectarán a la víctima ausente o  haciendo uso de las TICs (internet, redes sociales y teléfonos celulares).

Las causas que la originan pueden ser generadas de forma:
Endógena en lo internoen la convivencia directa, irrespeto a las normas y abuso de poder.
Exógena desde afuera, inseguridad personal, violación de derechos humanos y pérdida de la libertad.
En la mayoría de los casos una combinación de ambos.

Puede además ser:
Consciente. Se reconoce  racionalmente. Se da de forma intencional, inclusive se puede justificar con aquello de que “el fin justifica los medios”. Aunque  seguramente hay otros factores ocultos y profundos que no se pueden hacer conscientes. “Mano dura para corregir” “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Inconsciente. No se sabe porque se reacciona visceral y compulsivamente. No se piensa. Se actúa reactivamente…“Yo soy así, no tengo pelos en la lengua”, “Ojo por ojo”.

Factores que activan el comportamiento violento. No se pueden hacer  diagnósticos a priori y mucho menos por  personas no especializadas. Detrás  de la  violencia pueden  coexistir  diversas causas de índoles psicológicas o patológicas, por heridas emocionales, pautas de comportamiento aprendido en los contextos familiares, culturales y políticos. En los que la violencia marcó formas de relación y poder.

La salud mental, la gran excluida. Tendría que tener el mismo valor que la salud física; sin embargo en la práctica, no es así. Si un estudiante se enferma con un infección contagiosa inmediatamente se refiere a un médico para que le indique el tratamiento adecuado, incluso se le da un reposo hasta que se recupere para que no contagie a sus compañeros de clase. No se le exigiría que siga asistiendo a clases y se le pediría al resto de los compañeros utilizar “tapa  boca” para no  contagiarse.

Mucha resistencia a reconocerla. En el caso los problemas de salud mental, cuando se pierde el control emocional y aparece la violencia como síntoma, existe resistencia, inclusive por parte de las familias, de solicitar el apoyo de un profesional de salud mental. Se aplican medidas correctivas para abordar los síntomas y  no los factores que generan los comportamientos violentos.

Se requiere apoyo profesional. Cuando existen situaciones en las que la violencia afecta la salud mental, comienzan a aparecer síntomas de estrés, ansiedad y angustia que activan y desencadenan miedos, por factores reales o imaginarios, que se traducen en depresiones, ataques de pánico y somatizaciones.  



Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/la-violencia-enmascarada-y-descarada.aspx#ixzz2wXgoXp8F

jueves, 6 de marzo de 2014

RESENTIMIENTO, PODER Y VIOLENCIA

Existen  dos posiciones entre las múltiples interpretaciones sobre el origen de la violencia: los que piensan que es algo connatural al género humano y que la educación consigue, a veces, domesticar; y los que consideran que los seres humanos somos por naturaleza pacíficos y es la sociedad la que nos transforma en seres violentos.

Van Rillaer considera que violencia no es sinónimo de agresividad; esta última forma parte de la condición humana, no es negativa en sí misma sino positiva y necesaria como fuerza para la autoafirmación física y psíquica del individuo o grupo.

La violencia es la ira en acción. Alice Miller nos coloca en una perspectiva que interpela, producto de las psicobiografías que estudió, como la de Hitler  y las de otros dictadores, autócratas que utilizaron el poder para vengar resentimientos por las heridas que  ocasionaron sus padres, familiares y personas significativas.

El común denominador de las posiciones de Miller consiste en demostrar cómo el resentimiento se vale de la venganza y cómo esta se desplaza a otros que recuerdan o representan a esos “seres queridos” o personas de poder que les generaron mucho dolor por sus  formas autoritarias e indolentes, en las que la empatía brillaba por su ausencia.     

VIOLENCIA EN NOMBRE DE LA PAZ

Cuántas personas sufren una metamorfosis cuando logran saborear el poder. Sus heridas enconadas, embriagadas por el estatus, posición jerárquica, se desnudan y comienzan a morder. En nombre del “amor” utilizan y justifican medios violentos para satisfacer sus intereses. Con la máscara de ideologías su verbo incendiario y actitudes  intimidatorias no se parecen al amor y la paz que proclaman.
  
En este mundo de contradicciones, de doble moral, crecen y se forman nuestros hijos. Como padres tenemos mucho poder. Somos más fuertes, tenemos un rol jerárquico y hay un vínculo de amor, componentes que  hacen que la  violencia logre herir con más fuerza y profundidad de lo que pensamos.

Es momento de revisar cuál es el país que queremos, con qué  tipo de relaciones, para que desde lo que somos, pensamos, sentimos, hagamos que nuestras heridas del resentimiento dejen de morder y florezcan a través del encuentro, respeto, solidaridad, justicia. Asumiendo que la verdad es, como diría Pedro Berroeta, un espejo roto, cada  quien tiene un pedazo en el que se refleja solo una parte de la diversidad, complejidad y riqueza que somos.

Por nuestra condición de seres humanos somos iguales, como personas diferentes y como  ciudadanos todos tenemos los mismos derechos. La felicidad está en manos de cada quien, nadie puede pretender, por más poder que ostente, decidir lo que me hace o no feliz. Es una búsqueda y conquista personal y social en la medida en que nos reconozcamos y nos aceptemos con nuestras diferencias y puntos de encuentro.

Seguimos Creciendo juntos     


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/resentimiento-y-poder.aspx#ixzz2vDEGqWIi

miércoles, 5 de marzo de 2014

SITUACIÓN POLÍTICA Y LOS NIÑOS ¿QUÉ HACER?

Por: Óscar Misle @oscarmisle


Cómo abordar el acontecer político con los niños
Los niños no son ajenos a la política. (Créditos: Archivo )

Los hechos políticos vividos en los últimos días han generado conflictos que se han agudizado por diversos factores, entre ellos las posiciones políticas  expresadas en marchas y manifestaciones. Situaciones que generan emociones variadas, dependiendo de  las opciones y decisiones que se tomen.
Nuestros niños no son espectadores pasivos de este acontecer. En la práctica perciben como la política es una realidad que involucra la totalidad del país. Todas las circunstancias o decisiones importantes, pasan por una decisión política. Manifestar, marchar, participar, asociarse… son expresiones políticas. Son parte de la democracia. Inclusive no participar y no opinar también son posiciones políticas.

¿Qué hacer con nuestros niños?
En nuestro libro “Desde el cascarón” en el que abordamos el tema de la participación de los niños y adolescentes, Fernando  Pereira y este servidor, tocamos el tema de la política y los niños, hacemos énfasis de la gran  responsabilidad que ello implica.

Apoyarnos y apoyarlos emocionalmente. Un trabajo que debe empezar por nosotros. En el discurso exigimos tolerancia y respeto, pero seguimos siendo intolerantes; diálogo, solo queremos escuchar lo que nos conviene e interesa; fe, no creemos en lo que los demás dicen y hacen; perdón, fomentamos resentimiento y odio. Con nuestro ejemplo aprenden a ser incoherentes, incongruentes e inconstantes.

Promover principios y valores propios de la democracia. Toca a cada uno de nosotros tomar la decisión sobre lo que debemos hacer en nuestros espacios  para que nuestros niños, niñas y adolescentes cuenten con las herramientas para enfrentar la crisis que se vive en el país. A los valores hay que darle contenido. Es importante preguntarles qué significa respeto, tolerancia y honestidad. Si partimos de ejemplos, relatos y testimonios, el resultado será mucho mejor.

Preguntarles qué piensan y sienten. No dejan de sorprendernos lo informados  que están. ¿Qué  piensan de la democracia? ¿De la división del país?, de los problemas que vivimos, del alto costo de la vida, de la escasez de productos básicos, qué opinan de los servicios públicos y qué se debería hacer para mejorar  nuestra calidad de  vida y gozar de nuestros derechos.

Valorar sus comentarios y opiniones. Aunque sus relatos, aparentemente sean una repetición de información que han recibido a través de los diferentes agentes de socialización, es importante partir de lo que captan propiciando espacios para la orientación a través del intercambio para hacer de la crisis un momento educable.

Tomar en cuenta la edad y momento de desarrollo. La formación y participación se deben tomar de las características y condiciones del niño, su madurez y etapa de desarrollo.

Todo educa políticamente (familia, escuela, medios de comunicación…). La indiferencia o indolencia ante lo que sucede es una forma de asumir una posición política. Lo que no le decimos nosotros se lo dicen los otros: amigos o  compañeros, vecinos y medios de comunicación.

Estar atentos al entorno. La manipulación está permanentemente al acecho. Si  se realiza con y entre las personas adultas, también se hace con los niños. Allí es donde hay que poner la lupa e insistir que la participación sea genuina y en condiciones  que no pongan en riesgo su integridad.

Buscar apoyo profesional. Si sentimos que la situación se nos va de las manos: nos volvemos obsesivos, no podemos controlar nuestras emociones, nos hacemos adictos a las redes sociales, no contamos con quién compartir y desahogarnos, es importante buscar apoyo especializado.

Seguimos creciendo Juntos


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/como-abordar-el-acontecer-politico-con-los-ninos.aspx#ixzz2v6UKDqVX

VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

  Óscar Misle Óscar Misle Los recientes enfrentamientos armados en la Cota 905 y comunidades aledañas y los operativos que se van realizan...