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jueves, 21 de noviembre de 2019

RETORNO A CLASES



Óscar Misle
@oscarmisle
Son las  cinco de la madrugada, suena el despertador, llegó el día en el que se inician las clases después de cerca de tres meses de vacaciones. Toda la  familia  se  pone  en acción. Sebastián (6 años) se resiste a levantarse de la cama. “Mami me siento mal, me duele la barriga. Mirna, su mamá estresada  le dice: ¡Vamos  levántate, ya tuviste bastantes  vacaciones!  Tu hermanita se levantó  y está preparando sus cosas. Sebastián  explota con un ataque de ira que desconcierta a la mamá. Sin poderse controlar  vomita. La mamá trata de  calmarlo, sin éxito, porque  de la  rabia pasa al llanto y entre sollozos  grita:  “¡No  quiero a la escuela!”      
¿Qué le  pasa a Sebastián? Tendrá que  iniciar su primer grado, quedarán atrás las rondas para  jugar, cantar, leer cuentos. Deberá empezar su primaria con una  rutina y disciplina  que  en nada se parece a la libertad que  tenía y sentía en su preescolar. 
Es muy importante prepararlos para el inicio  de  clases. Esa transición  suele generar mucho estrés en las  familias. Puede  que se  detonen  emociones  como miedo, inseguridad, tensión y  puede que el dolor de estómago de Sebastián no sea un  invento.
Lo cambiaron de  escuela porque su  familia no podía pagar la mensualidad por un importante incremento. Rechaza este obligado cambio. No sebe  con quiénes  se  va  a encontrar.
También está el caso de aquellos estudiantes que vivieron en su antigua escuela una experiencia  no  grata, arrastrarán la cobija con los recuerdos y frustraciones. Tendrán que  relacionarse  con un nuevo  maestro o maestra. Ese nuevo vínculo  los llevará a recordar  a la anterior, si  hubo una buena conexión tendrán  que  vivir el duelo y si no  fue  grata la experiencia los arroparán los miedos.
Sentirá dudas de cómo será su relación con los nuevos compañeros ¿lo aceptarán? ¿tendrá que pagar el costo de ser  “el nuevo”?. Si  fue  víctima de acoso   en su escuela anterior, seguramente  llevarán  en su morral la sombra de esa mala experiencia.  Puede ser que sienta resistencia  por las pautas de   disciplina que de alguna forma cambiaron  durante las vacaciones y ahora  tendrá  que adaptarse a una realidad que percibe poco placentera y estimulante.
Seguramente  durante  las vacaciones se hicieron  cambios de ciertos hábitos, horarios  que se debieron ir  ajustando, poco a poco, antes del inicio  de clases.
En ese  primer día es cuando más necesitan sentirse  queridos, comprendidos y apoyados por su familia y recibidos con mucho amor y respeto  en los centros educativos,
Volviendo al caso de Sebastián, lo ideal hubiese sido haber realizado una visita a la escuela antes del inicio de clases para que pudiera conocer el lugar, las aulas, el patio, las canchas. Aprovechando ese  momento para  hablar, aclarar  dudas, contarle  nuestras experiencias de niños y cómo las superamos.
Es una transición
Prepararse para el inicio a clases es  una  transición  que requiere paciencia, empatía, ajustar la  hora de  irse a la cama, abrir espacios para  compartir las expectativas y los sentimientos  sobre lo que desean, temen, imaginan, sueñan. 
Debemos escuchar sus temores, dudas, intereses con mucha atención y respeto. Es necesario  que sientan  que  volver a clases no significa un abandono de nuestra parte. Hagámosle  sentir   con expresiones de afecto, besos, abrazos,  que  siempre estaremos a su lado para apoyarlos. Podemos ensayar detalles como colocar en su morral,  lonchera o dentro del cuaderno una notica o dibujitos que expresen cuanto los amamos, 

Hasta la próxima resonancia


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