Óscar Misle
@oscarmisle
A muchos
sorprendió la muerte de Rodrigo. ¿El suicidio fue la salida para
liberarse de su dolor encubierto? No lo sabemos, lo que si quedó presente en el corazón de muchos de
muchos fue la pregunta ¿Qué fue lo que lo impulsó a quilatarse la vida?
Rodrigo
era un joven de 17años, buen estudiante,
deportista, siempre con una sonrisa que
cuidaba para no dejar traslucir su dolor.
Continuamente
se involucraba en montones de
actividades para aprovechar el tiempo de ocio, No faltaba a clases, no perdía tiempo en conversaciones
que lo alejaran de su actividad. Era visto por todos como optimista, solía
recurrir al humor cuando la conversación
se tornaba íntima, se pasaba de tragos
en las reuniones sociales y su familia decía
que dormía mucho, especialmente los fines de semana,
Posiblemente
Rodrigo padecía la “depresión sonriente”. La combinación de dos palabras que
parecen antagónicas; pero que encierran
una dramática revelación que rompe creencias como, por ejemplo, que la persona deprimida siempre muestra indicios como estar callada, gris, triste, hostil, desanimada,
desaliñada y que por por el contrario la
persona sonriente, amable, que cumple con su trabajo y sus compromisos, que
muestra serenidad, puede esconder detrás
de esa fachada su depresión y ocultar su sufrimiento detrás de la permanente
sonrisa.
Se
suele creer que una sonrisa se dibuja en la cara para mostrar felicidad y suele
ser así; pero existen personas que sonríen con frecuencia, con facilidad para utilizar el humor en momentos
difíciles en los que a otros les cuesta sonreír,
y aún así tener pensamientos suicidas.
Son
personas que padecen lo que popularmente
se ha denominado “depresión sonriente” tal y como
lo define Olivia Remes, experta
en ansiedad y depresión de la Universidad de Cambridge.
¿Cuantas adolescentes no estarán sufriendo la “depresión sonriente”
o encubierta como también se le llama?
Su
entorno cercano no es capaz de imaginar cuanto sufrimiento padecen. Cuando nos topamos topé con esta otra cara de la
depresión, no puede evitar que viniera a
nuestra mente y corazón el nombre de Rodrigo. se quitó la vida en el recinto
escolar. Una noticia que se hizo viral
generando muchas preguntas y especulaciones.
El
centro educativo nos llamó con el
objetivo de abordar lo sucedido con sus compañeros de clase y procesar los
duelos.
¿cuál
era la percepción que tenían los
compañeros de Rodrgo?
Realizamos
un ejercicio vivencial que consistió en
sentarnos en círculo y dejar una silla vacía que representaba su lugar , una oportunidad de expresarle qué
sentían.
Al
principio, hubo dudas si con este ejercicio no se estaría validando el suicidio
como salida a situaciones desesperadas; pero luego se entendió la necesidad
de expresar los sentimientos y emociones
que hasta ese momento estaban represados.
No
se trataba de hablar de Rodrigo sino con
Rodrigo. Fue impresionante escuchar la coincidencia en la percepción: “Era
súper simpático, alegre, divertida, con mucho sentido del humor, muy guapo,
siembre sonriente…” Vino a mi mente porque
representaba lo que pudiera ser un caso de “depresión sonriente”
Posiblemente
Rodrigo ocultaba su sufrimiento o malestar emocional aparentando una vida sin
problemas e incluso ocultando su verdadero malestar emocional y los
síntomas depresivos llevando una aparente vida normal e incluso mostrando
felicidad ante los demás. Incubaba su depresión. Detrás de ese ser sociable y amable estaba un ser vulnerable,
solo, confundido. Sufriendo una depresión
difícil de detectar y atender.
Su mejor amiga explotó
En
el proceso de acompañamiento a los
estudiantes, una de las que se reconocía
como su mejor amiga reventó en llanto haciendo referencia al dolor y el
miedo que sentía
por el posible rechazo por su orientación sexual, “lo mantuvo siempre en
el closet porque sabía que si lo comentaba se caería la imagen que tenían de él
en el colegio” Se empeñaba en preservar la creencia de que era un persona feliz
a costa de ocultar su profunda dolor,
Rodrigo llevaba su sufrimiento por
dentro como lo reveló una carta que encontraron en su habitación unos meses
después de su fallecimiento.
Seguramente su silencio lo fue consumiendo progresivamente hasta que llegó un
punto en el que no pudo aguantar más su sufrimiento silente y el suicidio fue
su única salida.
Posiblemente le daba vergüenza sentir depresión, por el estigma social que tiene esta
enfermedad.
Le daba
temor el desencanto y juicio de los demás
al considerarlo débil, raro, enfermo y se derrumbara su imagen de líder,
de chico popular y de sonrisa permanente
También pudiera
pasar que escondiera sus sentimientos para no preocupar a sus familiares y
seres queridos.
Son muchas
la especulaciones que se pueden hacer,
porque son muchos los factores que pudieron
desencadenar la depresión que la llevó
al suicido. Fue difícil apoyarlo porque
nos despistó su permanente sonrisa.
Hasta la próxima resonancia
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