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jueves, 21 de noviembre de 2019

DEPRESIÓN SONRIENTE



Óscar Misle
@oscarmisle

A  muchos  sorprendió la muerte de Rodrigo. ¿El suicidio fue la salida para liberarse de su dolor encubierto? No lo sabemos, lo  que si  quedó presente en el corazón de muchos de muchos fue la pregunta ¿Qué fue lo que lo impulsó a quilatarse la vida?
Rodrigo era un joven de 17años,  buen estudiante, deportista, siempre  con una sonrisa que cuidaba para no dejar traslucir su dolor.

Continuamente se involucraba  en montones de actividades para aprovechar el tiempo de ocio, No faltaba  a clases, no perdía tiempo en conversaciones que lo alejaran de su actividad. Era visto por todos como optimista, solía recurrir al humor   cuando la conversación se tornaba íntima,  se pasaba de tragos en las reuniones sociales y su familia decía  que dormía mucho, especialmente los fines de semana,      
    
Posiblemente Rodrigo padecía la “depresión sonriente”. La combinación de dos palabras que parecen antagónicas; pero  que encierran una dramática revelación que rompe creencias como, por ejemplo,  que la persona deprimida siempre  muestra indicios como estar   callada, gris, triste, hostil, desanimada, desaliñada y que por por el contrario  la persona sonriente, amable, que cumple con su trabajo y sus compromisos, que muestra serenidad,  puede esconder detrás de esa fachada su depresión y ocultar su sufrimiento detrás de la permanente sonrisa.

Se suele creer que una sonrisa se dibuja en la cara para mostrar felicidad y suele ser así; pero existen personas que sonríen con frecuencia,  con facilidad para utilizar el humor en momentos difíciles en los que a otros  les cuesta sonreír, y aún así tener pensamientos suicidas.

Son personas que padecen  lo que popularmente se ha denominado “depresión sonriente”  tal y como  lo define Olivia Remes, experta  en ansiedad y depresión de la Universidad de Cambridge.
     
¿Cuantas adolescentes  no estarán sufriendo la “depresión sonriente” o encubierta como también se le llama?
Su entorno cercano no es capaz de imaginar cuanto sufrimiento padecen. Cuando  nos topamos topé con esta otra cara de la depresión, no puede evitar  que viniera a nuestra mente y corazón el nombre de Rodrigo. se quitó la vida en el recinto escolar. Una noticia  que se hizo viral generando muchas preguntas y especulaciones.

El centro educativo  nos llamó con el objetivo de abordar lo sucedido con sus compañeros de clase y procesar los duelos.
¿cuál era la percepción que  tenían los compañeros de Rodrgo?

Realizamos un ejercicio vivencial que consistió en  sentarnos en círculo y dejar una silla vacía que representaba  su lugar , una oportunidad de expresarle qué sentían.
Al principio, hubo dudas si con este ejercicio no se estaría validando el suicidio como salida a situaciones desesperadas; pero luego se entendió la necesidad de  expresar los sentimientos y emociones que hasta ese momento estaban represados.

No se trataba de hablar  de Rodrigo sino con Rodrigo. Fue impresionante escuchar la coincidencia en la percepción: “Era súper simpático, alegre, divertida, con mucho sentido del humor, muy guapo, siembre sonriente…” Vino a mi mente porque  representaba lo que pudiera ser un caso de “depresión sonriente” 
         
Posiblemente Rodrigo ocultaba su sufrimiento o malestar emocional aparentando una vida sin problemas  e incluso  ocultando su verdadero malestar emocional y los síntomas depresivos llevando una aparente vida normal e incluso mostrando felicidad ante los demás. Incubaba su  depresión.  Detrás de ese ser  sociable y amable estaba un ser vulnerable, solo, confundido. Sufriendo una depresión  difícil de detectar y atender.

Su mejor amiga explotó
En el proceso de  acompañamiento a los estudiantes, una de las  que se reconocía como su mejor amiga reventó en llanto haciendo referencia al dolor y el miedo  que  sentía  por el posible rechazo  por  su orientación sexual, “lo mantuvo siempre en el closet porque sabía que si lo comentaba se caería la imagen que tenían de él en el colegio” Se empeñaba en preservar la creencia de que era un persona feliz a costa de ocultar su profunda dolor,

Rodrigo llevaba su sufrimiento por dentro  como lo reveló una carta   que encontraron en su habitación unos meses después de su fallecimiento.
Seguramente su silencio lo fue  consumiendo progresivamente hasta que llegó un punto en el que no pudo aguantar más su sufrimiento silente y el suicidio fue su única salida.

Posiblemente le daba vergüenza sentir depresión, por el estigma social que tiene esta enfermedad.
Le daba temor el desencanto y juicio de los demás  al considerarlo débil, raro, enfermo y se derrumbara su imagen de líder, de chico popular y de sonrisa permanente
También pudiera pasar que escondiera sus sentimientos para no preocupar a sus familiares y seres queridos.
Son muchas la especulaciones  que se pueden hacer, porque  son muchos los factores que pudieron desencadenar la depresión  que la llevó al suicido. Fue difícil apoyarlo  porque nos despistó su permanente sonrisa.

Hasta la próxima resonancia   

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