Cinco de la madrugada, suena el despertador, es el inicio de clases. Toda la familia se pone en acción. Sebastián (6 años) se resiste a levantarse de la cama, llora y alega que le duele el estómago. Raquel, su mamá estresada le dice: “¡Te conozco Sebas, no seas flojo levántate, ya tuviste bastantes vacaciones! Mira tu hermanita Estrella, ya se levantó y está preparando sus cosas”. Sebastián lo atrapa un ataque de ira y comienza a gritar: “¡No quiero ir a esa escuela!, No quiero ir!” Raquel trata de calmarlo, pero nada, el llanto se hace más intenso y los gritos so oían en el vecindario “¡No entiendes mamá, no quiero ir a esa la escuela!” ¿Qué le pasa a Sebastián? Lo cambiaron de escuela porque Raquel no podía pagar la mensualidad. El colegio se vio en la necesidad de subir significativamente la mensualidad por los aumentos decretados por el ejecutivo. No solo era solo era Sebas también estaba Estrella.
A Estrella la tranquilizaba que dos de sus compañeritas también las cambiaron de la antigua escuela, y juntas estrenarían la nueva escuela.
Es muy importante prepararnos para el inicio de clases. Ese estreno de las actividades genera mucho estrés en las familias. Puede que se detonen emociones como miedo, inseguridad, tensión y que el dolor de estómago de Sebas no sea un invento.
Tendrá que encontrarse con una nueva escuela. Esa nueva realidad lo llevará a recordar la anterior, en la que tuvo gratas experiencias. Tendrá que vivir el duelo con todo lo que ello conlleva.
Seguro siente dudas de cómo será su relación con los nuevos compañeros ¿lo aceptarán? ¿tendrá que pagar el costo de ser “el nuevo”?.
Durante unos meses, en su escuela anterior, fue víctima de acoso escolar por parte de un estudiante de tercer grado. Se burlaba por el tamaño y la forma de sus orejas. Guarda en su morral la angustia de esa mala experiencia.
Puede ser que sienta resistencia a someterse a pautas de la disciplina, después de unos días de vacaciones con horarios flexibles, para acostarse y levantarse.
Durante las vacaciones permitimos cambios de ciertos hábitos, rutinas para comer, jugar… Lo ideal era que se hubiesen ido ajustando, poco a poco, antes del inicio de clases.
Esos primeros días es cuando más necesitan sentirse queridos, comprendidos y apoyados por su familia. Lo ideal hubiese sido haber realizado con Sebastián una visita a la escuela antes del inicio de clases para que pudiera conocer el lugar, las aulas, el patio, las canchas. Aprovechando ese momento para hablar, aclarar dudas, contar nuestras experiencias de niños y cómo las superamos.
El inicio a clases es una transición que requiera paciencia, ajustar la hora de irse a la cama, abrir espacios para compartir las expectativas y los sentimientos que hay sobre lo que desean, temen, imaginan, sueñan.
Es importante estar atentos a los cambios de comportamiento o actitud. Puede ser que el rechazo a su nueva escuela sea un reflejo de algún problema no resuelto en la escuela anterior o en su vida personal.
Debemos escuchar sus temores, dudas, intereses con mucha atención y respeto. Sin juzgarlo ni calificarlo como flojo, manipulador… Es necesario que sienta que volver a clases no significa un abandono de nuestra parte. Es necesario hacerle sentir, con expresiones de afecto, besos, abrazos, que siempre estaremos a su lado para apoyarlo.
Hasta la próxima resonancia
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