Óscar
Misle
@oscarmisle

Sabemos
lo difícil que se ha tornado la
situación del país y como afecta la salud
mental de los venezolanos. El estrés, la impotencia, frustración se hacen
presente en el aula, patios, pasillos… afectando la convivencia escolar.
Surge
la pregunta ¿realmente necesitamos más normas y sanciones? No se estará planteando la urgencia de revisar cómo nos aproximamos a las situaciones que
afectan la relaciones de manera reflexiva
de tal forma que nos permita identificar,
racional y emocionalmente, cómo nos sentimos, cómo podemos buscar alternativas que den cabida al buen
trato en la comunidad en cualquiera de
sus expresiones.
El
teatro escolar se nos presenta como un
recurso que posibilita poner en escena
situaciones que nos conmuevan y movilicen, no solo a la reflexión, sino al sentir, a la toma conciencia, para reaccionar a los retos cotidianos
que nos plantea la violencia,
esa que se van naturalizando,
banalizando, deteriorando las relaciones.
Con el teatro no solo
se representa una determinada obra literaria. Se pone en práctica técnicas de dramatización en las que los sentimientos se pueden expresar con
libertad, la realidad se puede plantear con sus matices, trascendiendo
esas posturas binarias, blanco o negro, buenos y malos, obviando
las escala de grises que aporta
la diversidad de posibilidades presentes en la vida.
El teatro es un recurso pedagógico que promueve la relación
e interacción grupal, posibilitando la formación integral de los participantes, individual y socialmente
Con esta herramienta los estudiantes logran poner en práctica
diferentes formas de expresión, a través de la palabra, el cuerpo, la música, estimulando habilidades para la comunicación y
el encuentro.
Brinda la posibilidad de
potenciar la confianza y seguridad
en sí mismos, asumiendo el reto de hablar en público cosa que permite superar el miedo escénico, Una valiosa oportunidad para los más tímidos
e inhibidos, pudiendo superar los bloqueos y descubrir nuevas forma de ser y hacer
las cosas al representar diferentes personajes y roles.
Permite un trabajo
grupal que estimule la empatía, colocarse en los zapatos de otro, la compasión
al vestirse con la piel de los
personajes que representan, en un proceso de redescubrimiento y revelación
personal y social.
La vivencia de Cicusdap
En el 2009, Darío Soto, se acercó a la sede de Cecodap para
ofrecer su apoyo en unas actividades que veníamos realizando sistemáticamente
con adolescentes en un grupo llamado Resonancias. Cabe destacar que Darío
durante su adolescencia participó en las actividades que realizábamos para la promoción y defensa de los niños y
adolescentes.
Nos contó cómo valoraba esa vivencia de participación y
sentía que de alguna forma quería retribuir las vivencias y aprendizajes que
había adquirido en su vida como actor. En un primer momento nos propuso
realizar lecturas dramatizadas con los adolescentes para que aprendieran a leer
con entonación, expresarse con libertad. Comenzaron las actividades y muy
pronto la idea cambió. Los propios adolescentes se entusiasmaron de tal forma
que le propusieron hacer una obra de teatro que denominaron Circusdap. Nuestro deseo
era que el ejercicio teatral no
solamente culminara en la presentación de la obra sino que permitiera realizar
foros de discusión sobre lo planteado en la puesta en escena.
El nombre Circusdap surgió de la fusión entre las palabras
Circo y Cecodap. ¿Por qué un circo?, fue la pregunta obligada. La respuesta:
Porque debajo de la carpa de un circo conviven personajes diversos, extraños, que muestran lo que son a un público que
reacciona racional y emocionalmente por la interpelación que hacen dichos
personajes.
Con esta propuesta abordaron simbólicamente el abuso
sexual, el maltrato infantil, la discriminación, la exclusión de lo diverso, la
violencia enmascarada, los sueños
reprimidos, La obra se presentó
en varias salas de teatro. Cabe destacar la que se realizó en la sala Ana Julia
Rojas los días 2, 3 y 4 de Octubre de 2009.
Gracias a la participación del público pudimos constatar lo
potente que resulta el teatro como herramienta de participación; pero también
como un recurso generador de ideas, sentimientos y propuestas para buscar
alternativas a las situaciones que nos
afectan individual y socialmente.
Diez años después, el teatro vuelve a tocar las puertas de
Cecodap. Esta vez gracias a la Fundación Medatia del Teatro de la UCAB. Años de
trabajo y experiencia de su fundadora Virginia Aponte y de su equipo de trabajo
que han logrado darle vida a una propuesta de formación teatral que trasciende
por su contenido educativo y transformador.
Decidimos hacer una alianza que se concretó en un taller
de teatro dirigido a adolescentes (11 a
16 años), entre los meses de octubre a diciembre, los días viernes de 2 a 4 pm,
en la sede de Cecodap. El propósito
es tener no solo el montaje de una obra de teatro; sino que este
sirva para realizar foros en diversos espacios para inspirar, motivar, proponer
alternativas que permitan mejorar la convivencia escolar, familiar y
comunitaria.
Hasta
la próxima resonancia
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