Óscar Misle
@oscarmisle
Con mucha frecuencia vemos
niños en edad preescolar con celulares inteligentes, dispositivos que
cuentan con múltiples posibilidades para
navegar por internet, tomar fotografías, grabar, chatear… En otras palabras tienen
a mano una ”mini computadora” para
recrearse, conectarse con alguien e informarse sobre cualquier tema que se les ocurra. Las preguntas son: ¿Con qué se
recrean? ¿Con quiénes se vinculan o conectan? Y ¿Sobre qué se informan?
Es importante enseñarle
que navegar por internet es como salir a
la calle, hay que estar atentos con quién te relacionas, donde te recreas por
donde circulas o caminas.
.
No se trata de desconocer la importancia de estos recursos para
la comunicación, información, socialización, uso en casos de emergencias, vincularse con familiares y otros seres
queridos, más ahora con el incremento de migración forzada por la
crisis del país. Sin embargo, muchas
veces no los utilizan de forma adecuada, desde temprana edad pueden tener la habilidad
para su utilización pero no la madurez necesaria cuando se necesita tomar
decisiones en las situaciones riesgosas que se pueden presentar mientras
navegan.
El celular en los pupitres
Existen quienes consideran conveniente prohibirlos en el aula
de clases. Se argumenta que el celular debe ser utilizado fuera del aula,
cuando no entorpezcan las actividades escolares.
Hay otra posición, los
consideran útiles dentro del aula, para investigar, buscar y compartir
información, hacer entrevistas y videos que sirvan como soporte
a las actividades académicas. Para ello es
necesario estar atentos a que este recurso no se use de forma irrespetuosa
o de amenaza a la integridad personal. Es
importante con los estudiantes Identificar sus ventajas y
limitaciones.
Tomar en
consideración la edad
Poseer teléfonos
inteligentes con acceso ilimitado a Internet, tiene los mismos riesgos
que el uso de las computadoras sin la posibilidad del seguimiento y orientación
de las familias. Hay quienes le compran el teléfono a su hijo para
que esté ocupado y de esta forma no fastidien, o para que los llamen en caso de emergencia. Con frecuencia
los niños los subutilizan. Los exhiben para ostentar y ponen en riesgo su
seguridad. No es para nadie un secreto lo tentadores que son estos equipos, con
frecuencia los roban en las calles y dentro de los mismos centros educativos.
El encanto
de lo prohibido
Lo prohibido despierta una
fascinación particular. Llevarlos a la clandestinidad puede ser estimulante
para retar la autoridad. Lo ideal es que los estudiantes, al internalizar el
alcance de estos medios y su potencialidad, puedan hacer uso positivo y responsable,
no grabando imágenes para humillar
públicamente a otros, convertir el celular en un instrumento creativo para
crear cortometrajes, hacer registro de actividades e investigar…
Una perspectiva para
reflexionar la da el pedagogo italiano Francesco Tonucci, En una entrevista le
preguntaron:
¿Cómo se puede motivar a
los alumnos frente a los atractivos avances de la tecnología: el chat, el
teléfono celular, los juegos de la computadora, el iPod, la Play Station?
Su respuesta fue:
“El colegio no debe
competir con instrumentos mucho más ricos y capaces. No debe pensar que su
papel es enseñar cosas. Esto lo hace mejor la TV o Internet. La escuela debe
ser el lugar donde se aprenda a manejar y utilizar bien esta tecnología, donde
se trasmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el
conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo”.
Hasta la próxima resonancia
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