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viernes, 25 de enero de 2019

LO ÚNICO COMÚN ES QUE SOMOS DIVERSOS

La madrugada del lunes 15 de octubre, el día de mi cumpleaños, Fernando  Pereira y este servidor arribamos al aeropuerto de Barajas, Madrid. Nuestra misión fue  visitar, en representación de Cecodap, escuelas transformadoras. Iniciativa que fue posible gracias a los enlaces realizados por Norma Pérez de Ashoka Venezuela y Simón Meréndez Ashoka España y con la cooperación de la Union Europea y Save the Children

Nuestro vuelo llegó con una hora de retraso por una tormenta que alteró los horarios. Estábamos seguros que por la hora y el retraso no nos estaría esperando el chofer del taxi que nos llevaría al hotel. Cuál no sería nuestra sorpresa que  al llegar  a la salida estaba Manuel, portando un cartel con nuestros nombres.
Nos enteramos de su nombre en el trayecto. Comenzamos  a conversar y  le comentamos el motivo de nuestra visita. Se interesó por el tema de la educación y las reformas  necesarias. Contó que su hijo estudió durante  tres años en un colegio que implementaba una metodología  innovadora. Los estudiantes  se sentaban en círculos para reflexionar  sobre  temas  que ellos mismos proponían. Los profesores los estimulaban para que en sus tablets buscaran la información y  auto gestionaran sus aprendizajes.
Manuel nos contó que su hijo era de pocas palabras, bastante tímido, le costaba tomar decisiones y que con esta metodología se había  vuelto más comunicativo e incluso crítico. Esto último  le empezó a preocupar. Estaba entrando a la adolescencia y con muchas oportunidades para  el ejercicio de la libertad temía  que se  le fuera de las manos. Decidió que mejor lo cambiaba a un colegio del Opus  más estructurado, con materias separadas y bien establecidas,  que pudiera evaluarse con exámenes que demostraran que dominaba los contenidos.
Fernando y yo nos vimos las caras sin que el retrovisor delatara nuestra expresión. El martes en la mañana todavía con las palabras de Manuel dando vueltas en la cabeza, llegamos al Centro de Formación Padre Piquer, un colegio de los jesuitas.
Muy amablemente nos atendió Gregorio Casado, responsable de innovación educativa e inclusión. Nos contó que el colegio tiene 52 años y atiende  a más de 1.100 estudiantes de bajos recursos,  con una población importante de inmigrantes de los 5 continentes, de 7 religiones y 37 nacionalidades diferentes.
Participan estudiantes de 12 a 16 años de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato. Es un colegio concertado (subsidiado con fondos públicos).
El 50% de los estudiantes  no está en el curso que le correspondería por su edad. En la medida en que la llegada  de estudiantes  inmigrantes fue creciendo, las dificultades  y conflictos fueron mayores. Las distancias culturales, necesidades e intereses contrapuestos, religiones e ideologías diversas con sus cargas emocionales producto de separaciones, duelos, resentimientos, intolerancia y rechazos los interpeló de tal forma  que les hizo plantearse: “O nos renovamos o morimos”.
Las innovaciones transformadoras
  • Replanteo del enfoque y práctica pedagógica. El centro no podía ser el currículo, lo esencial eran los estudiantes
  • Creación de aulas cooperativasEn las que pasen muchas cosas y que exigieron redefinir los  “cómos” a través de  proyectos de aprendizaje significativos creando las aulas multitareas en las  que se globalizan los aprendizajes en los ámbitos sociales, lengua e inglés; científico-matemático y artístico. Se superan así los contenidos fragmentados.
  • Flexibilizar los horarios. Más tiempo para atender las necesidades de los estudiantes, no a través de materias  con horarios inflexibles,  sino a través de ámbitos de  aprendizaje con 60 alumnos y 3 profesores que co-educan generando ambiente de participación colaborativa.
  • El medio es el mensaje tal y como planteó el filósofo canadiense McLuhan. Se eliminaron las “mesas del profesor” y se estimuló la interacción de los estudiantes, superando la idea de “Si no se juntan mejor”
  • Contar con tiempo para acompañar, conocer, estimular. “Los estudiantes deben sentirse amados de lo contrario es muy poco lo que se puede hacer”
  • Importancia de los procesos más que los propios contenidos.
  • Educar para estimular vínculos. Sentirse aceptados, reconocidos, valorados.
  • Aprender para la vida y la toma de decisiones. Tradicionalmente se enseña para olvidar y lo que se retiene “se vomita” en exámenes.
  • Pocas tareas escolares y diferenciadas tomando en consideración las competencias que se pretenden reforzar y las inteligencias múltiples.
  • No utilizan uniforme escolar. Un tema controversial que da respuesta a la importancia de entender la diversidad como valor y no la homogenización.
  • Los “buenos días” constituye un espacio diario para las reflexiones, oraciones ecuménicas. El tiempo dedicado es flexible y variará de acuerdo a los aspectos abordados y el contexto.
  • Un tutor (guía) por cada 30 estudiantes para atender situaciones personales.
  • Las tecnologías como aliadas. Los iPad como herramienta para la investigación y el trabajo en equipo.
  • Aulas de enlace para que los estudiantes inmigrantes puedan aprender el idioma y nivelarse académicamente.

Lo que han aprendido.
  • Necesidad de salir de las burbujas en las que solíamos ocultarnos desconociendo que existen otras realidades con poca empatía y comprensión.
  • No es cierto que solo es importante la calidad del tiempo que se dedica a los estudiantes; también es vital la cantidad.
  • Aprendizaje que no es vivencial y significativo se olvida.
  • La educación emocional permite construir proyectos de vida que tomen en cuenta nuestras necesidades pero también las de los otros.
Cuando nos invitaron a hacer el recorrido por las instalaciones para ver de cerca el trabajo de los estudiantes conmovía ver rostros achinados con cabellos lacios, rostros morenos con cabellos rizados, cabellos rubios ensortijados interactuando sin que las heridas generadas por las razones que los hicieron emigrar los alejaran sino al contrario descubrieron que ser diversos es lo que tenemos en común.
Hasta la próxima resonancia.
@oscarmisle

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