Óscar Misle
@oscarmisle
Nuestros estudiantes se están quedan huérfanos de maestros.
La diáspora de educadores de los centros educativos en busca de oportunidades, dentro y fuera del país, es cada vez mayor. Pero
están los que permanecen pese a las circunstancias. Son los héroes y heroínas
que madrugan, toman el precario transporte colectivo, hacen lo imposible para
estirar lo poco que ganan, mantienen una familia, pierden peso por su precaria
alimentación, con una carga emocional
que no los hace claudicar y siguen allí aprendiendo, de forma creativa, a surfear la adversidad.
Ashoka Venezuela, organización de Desarrollo Social Internacional
y Ágora Venezuela, Asociación Civil que promueve una cultura de agentes de Cambio, realizaron la 2da edición del Concurso
Cartas a Mi Maestro Inspirador
con dos categorías, docentes de primaria y bachillerato y Jóvenes entre 12 y 20
años.
En la categoría de Jóvenes, Rossana Arcia (12 años) quedó
seleccionada como ganadora con el 1er
lugar, categoría Jóvenes. El anuncio se realizó en un emotivo evento en el que
tuve el honor de participar con una conferencia sobre qué significa en estos
momentos ser un maestro inspirador. La animación del evento la realizó la
destacada periodista Shia Bertoni y el maestro Aquiles Báez acompañado de
talentosos músicos nos deleitaron con su
música, humor e ingenio
La carta expresa el reconocimiento y honra a su maestra. A continuación el texto
para que Ud. saque sus propias conclusiones:
¡Ghada, un champú de
amor!
Querida Ghada:
Imagina a una niña
pequeña, muy sensible, con mucho temor, comenzando apenas el segundo grado, aunque
no recuerdo muy bien cómo sucedió. La dulce manera de ser de mi maestra Ghada
hizo que poco a poco, en vez de una maestra la considerara una amiga, lo que en
aquel entonces necesitaba, pues sentía mucha angustia porque había pasado una
dura experiencia con mi maestra anterior; tenía miedo, miedo a que ésta maestra
fuera igual, pero muy pronto me di cuenta que no, que era la maestra más dulce
y amable que había conocido, un champú de amor, porque cuida, sana, protege,
nutre y marca positivamente a los corazones de los niños que llegan a ella.
Imagina a una maestra
dulce y amable, a quien las palabras “dulce” y “amable” le queden cortas para
describirla, la que te saludará siempre con una gran sonrisa y te dará los
buenos días, la que, sin importar nada, te brindará su total comprensión y
apoyo incondicional como en aquellos días donde te duele la cabeza o tienes
dolor de estómago, o simplemente te sientes triste por cualquier razón; aquella
que te consolará con un caluroso abrazo, como en esos días en los que te
equivocaste en un examen, se te cayó la merienda al piso o en los que el niño
que te gusta ni te miró. Para mí, sin lugar a dudas, esa maestra es Ghada, una persona
de piel blanca, cabello rubio, de hermosos y cálidos ojos azules, con los que
proyectas mil emociones. Ella y sólo ella merece llevar el título de Maestra Inspiradora.
Recuerdo cómo las
otras maestras le decían: - ¡Ay, tú si consientes a esos niños!
Y nunca falta quien comentaba:
- ¡Tienes que ponerles DISCIPLINA!, ¡Si no, no te van a respetar, y olvídate de
que te aprendan algo!
Pero, al final, ninguna
se explicaba cómo los niños salíamos felices y relajados de sus clases, ni de cómo
ella terminaba de enseñar todos los contenidos antes que las otras maestras.
Otra cosa que recuerdo con especial cariño, eran las “horas libres” que nos
daba, aunque sólo fueran unos 20 ó 30 minutos, lo disfrutábamos demasiado.
En mi opinión, todas
y cada una de las aulas deberían tener una copia de Ghada, que inspire y motive
a sus alumnos, para que así, cada niño que haya pasado por sus manos la
recuerde tal y como yo la recordaré a ella: ¡Champú de Amor! Ghada es una
maestra que deja su cuerpo y alma en el salón. Gracias por todo lo que me has
enseñado, por ayudarme en mis momentos más difíciles, por creer en mí, por
hacerme crecer como persona. ¡Qué suerte tuve de tenerte otra vez en quinto
grado!
Sabes que 500
palabras se quedan cortas para expresarte todo lo que siento. Gracias, mil gracias
por haber sido mi maestra.
Te recordaré siempre
y para siempre.
Se
despide con amor: Rosanna”
Hasta
la próxima resonancia
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