Óscar Misle
@oscarmisle
Con frecuencia nos quejamos de la apatía ciudadana de quienes asumen resignadamente la violación de sus derechos, la carencia o insuficiencia de los servicios públicos, el abuso de poder por parte de funcionarios, la poca disposición de participar en las juntas de condominio…
Surge la pregunta: ¿La familia y la escuela nos forman para ser ciudadanos? Por la pasividad u omisión que vemos en la realidad podemos concluir que no.
La formación ciudadana es un proceso que posibilita darle contenido práctico y efectivo a la responsabilidad, el respeto, la honestidad, la cooperación, la solidaridad, con el fin de conocer y exigir nuestros derechos y cumplir con nuestros deberes y responsabilidades como seres humanos, personas y ciudadanos.
Por nuestra condición de seres humanos todos somos iguales, como personas somos diferentes, pero como ciudadanos todos tenemos los mismos derechos.
Formación ciudadana ¿Cómo y cuándo?
Debe comenzar en el preescolar para que desde los primeros años sientan que pueden participar, opinar, ser escuchados, consultados en la toma de decisiones… Ahora ¿qué entendemos por participación?
Es un proceso a través del cual los estudiantes y la comunidad educativa en general se sienten parte en la construcción de propuestas sociales que puedan darle vida a la ciudadanía en el día a día de la escuela.
Sentirse parte activa del quehacer educativo no implica sólo el acceso a los bienes y servicios, sino que cada quien cumpla el rol, asumiendo las responsabilidades correspondientes.
Reconocerse como parte de la solución de los problemas. Participando en la toma de decisiones que afectan el interés personal y comunitario, asumiendo con responsabilidad las consecuencias de sus actos.
Más allá de la conceptualización es importante apostar a una participación que:
- Sea ética, en contraposición a la manipulación
- Utilice medios coherentes con los fines
- Promueva la dignidad y el respeto de las personas
- Valore el ser y el sentir y no solo el saber, hacer y tener
- Sea inclusiva, no discriminatoria y respetuosa de la diversidad
Alerta con la manipulación
Desde diciembre se comenzó a difundir una cuña gubernamental con niños y niñas en la que utilizan expresiones de un discurso del fallecido presidente Chávez: “No faltará quienes tratarán de aprovechar coyunturas política para acabar con la patria” “La respuesta de los revolucionarios es unidad, lucha, batalla y victoria” “Hoy tenemos patria, pase lo que pase, en cualquier circunstancia seguiremos teniendo patria. Lealtad y futuro”. Claramente se ve que repiten una contenido ideológico inducido.
La participación de los niños y adolescentes es progresiva. Debe ser acorde a su condición y momento de desarrollo y sobre todo debe ser genuina y voluntaria.
Hay que estar alerta cuando son inducidos a realizar actos o grabar mensajes proselitistas con la presión o intereses de los adultos distantes o contrapuestos a los suyos.
No toda acción donde asistan estudiantes es participación. Estar presente, ocupar un asiento, no es sinónimo de participación (Igual sucede con los adultos). No se trata de carretear a los niños a todo tipo de reunión o encuentro para aparentar que se les está dando la oportunidad o que es su voluntad participar, en algunos casos son solo parte del decorado u objetos de una estrategia política.
El papel de los adultos
Los adultos tenemos una responsabilidad muy importante en la creación de posibilidades y oportunidades para promover su participación. Nuestro ejemplo es clave.
Es fundamental que desde los primeros años no confundan ser pacífico con ser pasivo, ser tolerante con ser resignado, ser respetuoso con ser sumiso. La ciudadanía activa es la que construye y posibilita el uso del poder de forma justa y responsable.
Hasta la próxima resonancia
No hay comentarios:
Publicar un comentario