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lunes, 10 de junio de 2013

DE LA ESCUELA ABURRIDA A LA INSPIRADORA

En muchos de los centros educativos, afectados seriamente por problemas de convivencia, nos expresan con un dejo de resignación que, lamentablemente, no hay tiempo para actividades de sensibilización y prevención de la violencia porque se debe cumplir con el programa.

En la sociedad de la información, las tecnologías van mostrando nuevos y más avanzados equipos, redes sociales y de datos, sin embargo seguimos ejerciendo la educación como la que nos dieron a nosotros. ¿El resultado? aburrimiento de los estudiantes, desánimo de los educadores y frustración, que se traduce en hostilidad y violencia 
La escuela tiene que repensarse, actualizarse, dar respuesta a las inquietudes de la niñez y adolescencia de nuestros tiempos. Una escuela obsoleta será, en sí misma, promotora del desinterés y de problemas en la convivencia.

Y valga una cita del poeta y ensayista colombiano William Ospina: “Yo a veces hasta he llegado a pensar que no vamos a la escuela tanto a recibir conocimientos, cuanto a aprender a compartir la vida con otros; a conseguir buenos amigos y buenos hábitos sociales”.

EL PUPITRE VACÍO
Nadie puede negar la preocupación existente en muchos centros educativos por garantizar "la excelencia académica". Esto hace que el gran protagonista sea el desarrollo cognitivo. Lo cognitivo colmó todos los espacios del aula, mientras que el pupitre de los aspectos sociales y emocionales se quedó vacío. Y nos olvidamos o dejamos de lado la importancia de:

• Una escuela que sea un espacio donde tenga cabida la vida de sus estudiantes, con sus sueños, alegrías, duelos, tristezas; solo en esa medida entrará en los corazones de quienes en ella conviven y constituirá la mayor y mejor prevención posible
• Conocerse a uno mismo: reconocer los propios sentimientos y manejar el enojo o la cólera.
• Entenderse a uno mismo: manejar las propias emociones, fijarse metas y sortear los obstáculos.
• Entender a los demás: desarrollar empatía y ponerse en el lugar del otro.
• Construir relaciones saludables: decir NO a la presión negativa de los pares y trabajar constructivamente en la resolución de conflictos.
• Tomar decisiones responsables y llevarlas adelante: incluye considerar las consecuencias que las propias acciones tienen a largo plazo para uno mismo y para los demás.

LA ESCUELA QUE SOÑAMOS
En los talleres con estudiantes les hemos hecho esta pregunta: ¿cuál es la escuela que soñamos?
• “Me gustaría que antes de cada clase me explicaran qué utilidad tendrá en mi vida aprender ese contenido”.
• “Quisiera aprender de arte no solo viendo cuadros en un libro de texto, sino visitando museos”.
• “Me encantaría hacer visitas a instituciones, parques… para aprender contactando la realidad, la naturaleza”.
• “Que tenga  un patio para poder salir del salón y  correr en el recreo”.
•  “Con profesores contentos con su trabajo”.
La escuela necesita renovarse, rejuvenecerse para convertir la energía de los niños y niñas en posibilidades para crear, crecer emocionalmente y creer que es posible una sociedad  diferente, donde la inclusión sea un derecho de todos, sin discriminación de ningún tipo.

Seguimos creciendo juntos


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1 comentario:

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