Este momento de elección presidencial nos regala la posibilidad de preguntarles lo que sienten y piensan. Y responderle sus inquietudes
El que los niños y niñas no hablen de política no quiere decir que no piensen y sientan cómo la política los afecta directa o indirectamente. Escuchamos con frecuencia “Los niños no deben involucrarse en la política”, y olvidamos que nos escuchan y observan qué decimos y cómo lo decimos cuando hablamos del tema con toda la carga emocional con la que nos expresamos.
Permanentemente escuchan en la casa, escuela, transporte público… comentarios, muchas veces apasionados, sobre los problemas que nos afectan, lo que se está haciendo o dejando de hacer, palabras y expresiones que suelen ir acompañadas de gestos y sentimientos captados y percibidos por ellos con la misma intensidad con la que las decimos.
Son pocas las oportunidades que tenemos para conversar con nuestros hijos para conocer cómo perciben lo que pasa en el país. Este momento de elección presidencial nos regala la posibilidad de preguntarles lo que sienten y piensan. Daremos un paso importante en su formación ciudadana.
Responder inquietudes
Sería interesante preguntarles: ¿Si te eligieran como presidente qué harías por el país, por la comunidad, por tu escuela? Seguramente nos quedaríamos asombrados de sus respuestas y nos darían pie para reflexionar sobre sus anhelos, deseos y sentimientos.
Podemos preguntarle el por qué y el para qué del voto, incluso sería un ejercicio de autorevisión. Recordemos que si no respondemos las inquietudes que tienen buscarán otros medios para obtener respuesta o simplemente dejarán que sea la imaginación la que tome la palabra. Puede ser que lo imaginado les genere miedos, angustias, ansiedad.
Una amiga periodista me comentó que su hijo y un compañero (9 y 10 años) estaban buscando en internet información sobre los candidatos Capriles y Maduro. Asombrada les preguntó si se trataba de alguna tarea del colegio. Su hijo le respondió: “Nada que ver mamá, estamos conociendo quiénes son los candidatos para ver cuál de los dos le conviene más al país”.
Ellos sí tienen cosas que decir
Supimos de experiencias en las que los maestros plantearon el tema y en algunas circunstancias los docente no pudieron ocultar su preferencia política, se corre ese riesgo; pero en la mayoría de los casos conversaron sobre por qué se hacen elecciones, qué es la democracia, por qué es importante el voto y nos comentaron que fue experiencia formativa interesante porque estaba directamente relacionada con lo que estamos viviendo.
Cuando nuestros hijos tienen cosas que decir y no los escuchamos, reprimen lo que sienten y puede ser que el miedo, la rabia, la ansiedad o la tensión nerviosa afecten no solo su salud física, sino también la emocional.
Recordemos que por su edad y condición no votan, pero sí pueden opinar, solicitar información para sentir que no “están pintados en la pared”. Seguramente es mucho lo que tienen y quieren expresar si le damos la oportunidad.
La otra posibilidad de este momento es formarlos para el respeto a la diversidad, pluralidad, para la tolerancia. Es la mejor forma de prevenir que las diferencias políticas no deterioren los vínculos afectivos, afecten las relaciones familiares, con los vecinos o compañeros de clase.
El martes 16 volverán a sus escuelas y su actitud tendrá mucho que ver con la vivencia en la familia durante estos días.
Sigamos creciendo juntos
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