Cuanto luchamos y nos escondemos de eso que somos, pero que nos negamos a aceptar, por doloroso, vergonzoso... nos volvemos fugitivos de nuestra sombra.
Nuestra sombra nos persigue, nos arropa, nos prepara emboscadas. Mientras más nos empeñamos ignorarla, más se empeña en convertirse en nuestro destino.
Cuando nos detenemos y nos damos cuenta que es nuestra, cuando la abrazamos para descubrir que nos dice su misterio, encontramos que detrás de esa sombra hay una luz que tenemos que reconocer, más que entender, aceptar.
Si tuviéramos mejor relación con nuestra sombra, quizás seríamos más amable con nosotros y con los demás.
¿y tu sombra?
Inspiración, es el apasionado abrazo del corazón y la razón
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