Los seres humanos, ciertamente, somos un misterio, convivimos con muchas contradicciones difíciles de descifrar. Recuerdo a Marjorie, una gran amiga, militante activa en la promoción y defensa de los derechos humanos de la mujer.
Maryorie, añoraba encontrar una pareja que rompiera todos esos paradigmas del hombre tipo: proveedor, rudo, incapaz de pelar una zanahoria o agarrar una escoba porque lo denigra en su especie.
En unos de sus viajes, de trabajo por Europa, conoció al hombre de sus sueños, no el príncipe azul, porque este estereotipo no entra entre las aspiraciones de una militante feminista, pero si encontró a Federico, un ser humano excepcional, según sus propias palabras.
Federico es andaluz, apuesto, varonil, con un fino sentido del humor, muy tierno,
detallista y también militante de los derechos humanos, pero en su caso, de persona
refugiadas.
Fue tal el flechazo, por aquel hombre caído del cielo, que a los pocos meses decidieron vivir juntos. Federico logró que la organización en la que trabajaba lo trasladara a Venezuela.
Al año, Marjorie y Fede , como ella lo llamaba, recibían a un nuevo miembro de la familia, Alí, un hermoso varón con el cual podían poner en práctica todo los principios y valores proclamados y fogosamente promovido y defendidos para darle vida a la equidad de género.
Federico apoyaba a Marjori en todo, en las tareas de la casa, en el cuidado del bebé, en las compras… Era tanta la fascinación de este padre ejemplar , que tenía un diario virtual en el que publicaba fotos, pensamientos, reflexiones... sobre los diferentes momentos del desarrollo de su bebé. Compartía, con mucha espontaneidad, sus sentimientos como padre, pareja… lograba eso que a veces resulta tan difícil para un hombre como es ponerle palabras al amor.
Después de cuatro años, en un seminario internacional en Rio de Janeiro , me encontré con Marjorie, imprudentemente, le pregunté por Fede y cual no será mi sorpresa cuando me confiesa que la relación había terminado, y me aclara que Fede sigue siendo el padre maravilloso, pero la cosa como pareja no funcionó.
En la noche, en un brindis, para el intercambio entre las distintas delegaciones, después de varias copas de vino, se me acercó Marjorie y me contó que la relación de pareja no funcionó porque Federico la empalagaba, era demasiado mimoso, sentía que más que un marido lo que tenía era una amiga, aunque en la vida sexual respondía bien, su sensibilidad, delicadeza, la fue desilusionando .
Actualmente Marjorie esta casada con un militar, con quien dice ser muy feliz y se mantiene activa en su trabajo por la defensa de los derechos de la mujer.
Me pregunto, ¿Cómo se sentirá Federico? será que el romper con los paradigmas de lo que se espera y supone de lo masculino puede tener el costo de desencantar a la mujer que creció en una cultura en la que lo atractivo del varón es lo que precisamente lo distancia y hace a la pareja infeliz.
En los talleres con adolescentes, no falta la chica que exprese que le molesta los chicos que son muy tiernos, cariñosos o muy sensibles, que le parece mas atractivos e interesantes los que son “más difíciles”, los rudos, en otras palabras los “más varoniles”.
El tema del género es más complejo de lo que imaginamos, el peso de lo cultural, a veces, es más fuerte que las propias convicciones e intensiones de cambio
Seguimos resonando!!!
Un abrazo
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