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miércoles, 30 de septiembre de 2020

¡QUE DIFÍCIL SER NIÑO!

 

 Óscar Misle

 



Que difícil resulta para los niños vivir su condición en un mundo de adultos. Una realidad en la que sus necesidades básicas, alimentarias, sanitarias, recreacionales, afectivas no están satisfechas. Nos cuesta entender por qué actúan de una determinada forma cuando le exigimos algo y no hacemos consciente  que desconocemos su proceso de desarrollo.

Les cuesta comprender   lo que los adultos  tratamos de transmitir con un lenguaje complejo y distante a su mundo de interpretaciones. 

 

 A los niños les ha tocado vivir durante más de cuatro meses  una cuarentena, que los ha alejado físicamente  de sus amigos, familiares y  compañeros de clases. Durante el período escolar a distancia, se pretendió convertir cada casa en una escuela. Los atiborraron de asignaciones escolares para “garantizar” continuidad al proceso educativo. Culminaron su año escolar sin poder celebrar presencialmente. 


Cuando digo celebrar me refiero a los rituales propios de los cierres de ciclos, actos de graduación, cambio de nivel, lo tuvieron que hacer de manera virtual los más privilegiados. Ese 40% de la población que cuenta con una  conectividad inestable que depende de la capacidad  de la señal de internet, de los equipos disponibles, de que haya luz eléctrica.


Para los niños, nativos digitales, recurrir a lo virtual para informarse, relacionarse y vincularse no es tan distante como  puede resultar para muchos de nosotros.  Las investigaciones que han consulado a los niños, han reflejado su necesidad de ver a sus compañeros y amigo, cara a cara, poder correr,  jugar, relacionarse con ellos, no solamente a través de la pantalla.

 

¿Día de los niños en  cuarentena?

“Mami, ¿qué me vas a regalar en mi día? Detrás de esta pregunta se oculta una 

larga lista que va desde juegos, equipos electrónicos, prendas de vestir y pare Ud. de contar. Esa ha sido la forma más común y generalizada de honrar a los niños en su día; pero el propósito de la celebración va mucho más allá.

 

¿Cuándo y cómo surgió la idea?

Celebrar el Día del Niño lo propuso en 1952 la organización Unión Internacional de Protección a la Infancia (UIPI). En 1954 la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución por medio de la cual se establecería el «Día Universal del Niño» y se asignó a Unicef la responsabilidad de promover anualmente ese día consagrado a la fraternidad y entendimiento entre los niños y niñas del mundo entero.

 

La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el primer lunes del mes de octubre como la fecha en que se celebra el Día del Niño. Sin embargo el día y el mes seleccionado varían de país a país. En Venezuela corresponde al tercer domingo de julio, mes que coincide con el inicio de las vacaciones escolares.

La cuarentena extendida no permitirá celebrar con actividades presenciales  culturales, recreativas, artísticas, distribución de juguetes… 

 

Un llamado al compromiso

El Día del Niño se nos presenta como una posibilidad para llamar la atención de la sociedad y de los gobiernos sobre los derechos de la niñez ya que no todos celebran su día. 

La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad Simón Bolívar (USB)   refleja que en cuanto a pobreza y desnutrición Venezuela sufre un deterioro profundo. Según el estudio los venezolanos no consumen 2.200 calorías diarias. Quienes logran ingerir estas calorías no pueden costear servicios esenciales como luz eléctrica y transporte. 79,3% de los venezolanos están sumergidos en pobreza extrema y 96,2% son pobres.


El 93 % de los hogares venezolanos sufre de "pobreza de ingresos" y 41 % padece pobreza crónica. Tenemos índices de pobreza y malnutrición tan graves que, en muchos de ellos, estamos en el mismo nivel de países africanos tradicionalmente pobres. El 8 % de los niños menores de 5 años está bajo de peso. En este contexto de carencias y deficiencias los niños son los más vulnerables.  Puede que no sea  más vulnerables  frente al Covid-19 pero si los enferma y deteriora la pobreza y sus consecuencias.

 

Es importante  tener presente a los niños y niñas  que fueron víctimas de la violencia, a los que no podrán celebrar su día porque perdieron la vida por una bala u otro tipo de agresión que truncó sus sueños. No olvidemos los niños que sufren maltratos y abusos por parte de personas de su entorno familiar.


Sus muertes y maltratos no pueden ser ignorados y pasar al olvido sin que se haga justicia y se implementen políticas públicas con programas de prevención y defensa del derecho a la vida y a la salud física psicosocial. 

Este día en el que la palabra niño se hace visible  nos debe motivar a mantener ese sentimiento de reconocimiento, acercamiento empático y respeto durante el resto del año.

 

Hasta la próxima resonancia

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