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jueves, 21 de mayo de 2015

EL MORRAL DE LOS MAESTROS. MUY PESADO

Por: Óscar Misle



Problemas de los maestros
Al educador le toca cargar con un morral muy pesado (Créditos: Shutterstock)

En un taller con  docentes  la maestra  Rosa María muy  exaltada expresó: “Ser educadora es una tarea cuesta arriba, más cuando la violencia ha tomado la escuela. No hemos sido preparados para contener este tipo de situaciones de que ponen en riesgo nuestra integridad física y psicológica.

Como profesionales no tenemos el reconocimiento social que se traduzca en una remuneración más justa de acuerdo al tamaño del compromiso que nos toca asumir diariamente.

Estar frente a grupo de 30 o 40 estudiantes, con historias de vida distintas, con familias  que no están preparadas  para educar adecuadamente a sus hijos nos coloca en un espacio que nos hace sentir impotentes. 

Las leyes, especialmente la LOPNNA, no ayuda, yo diría que más bien ha complicado la cosa, ha empoderado a los muchachos y a las  familias y nos sentimos de manos atadas.
Las familias siempre quieren tener la razón y no asumen  la parte  que le corresponde, cuando las convocamos por alguna situación de sus hijos dicen él en mi casa  no es así.

No tenemos tiempo ni espacio para abordar las situaciones de violencia, parecemos bomberos apagando  fuegos. Las orientadoras no se dan abasto, se sienten  como la sala de emergencia  que debe estar con las  puertas abiertas, la luz  roja encendida y la sirena  activada, como ambulancias  humanas”.

Este  comentario de Rosa María suele  repetirse  en  talleres, coloquios, cursos, conversatorios, y no  solo es el sentir de educadores en centros  públicos es compartido por los que trabajan en centros educativos privados.

No podemos pretender  mejorar  la educación si no  tomamos en consideración  que al  educador le  toca  cargar  con un  morral  muy pesado.

Además de profesional, tiene  familia. Es  un ciudadano que vive el impacto de una realidad económica que exige trabajar en dos  turnos (incluso más), en colegios o escuelas diferentes, un ciudadano que hace colas para conseguir alimentos, medicinas, sufre junto a su  familia la  carencia o deficiencia de servicios públicos que le garanticen una mejor calidad de vida.

Este profesional exige oportunidades para su formación, herramientas para abordar las situaciones de violencia  que se le presentan en sus aulas de clase, en el patio cuando es la hora del recreo. 

Seguimos creciendo juntos 


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