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lunes, 23 de junio de 2014

LA IMPUNIDAD ESCOLAR ES VIOLENCIA

Por: Óscar Misle, @oscarmisle


La impunidad escolar es violencia
La sociedad juega un papel en la violencia. (Créditos: Shutterstock)

Carlos Antonio (14 años) en el cierre de un ciclo de formación para adolescentes levantó la mano, se puso de pie y expresó: “Me  provoca hablar y ahora no sé por dónde  empezar. Durante mucho tiempo fui  víctima de acoso. No sabía que se llamaba así. Lo único que tenía claro era que la escuela era una tortura.
Con solo imaginar la cara de Roberto, por citar alguno de los que me acosaban, me  comenzaba a latir el corazón como si se quisiera a salir del pecho. Me sudaban las manos, me daban ganas de vomitar y eso me hacía sentir culpable. No me podía defender, me daba vergüenza mi forma de ser. Nunca supe si ciertamente las maestras se daban cuenta de lo que me hacían o se hacían las locas.
Un día estábamos en el recreo, si es que se le puede llamar así, y un estudiante mayor  que yo me dio un golpe en el codo. El vaso de jugo se derramó en mi uniforme. Los que estaban alrededor comenzaron a reírse. Me quedé paralizado. Mi hermano Leonardo, tres años mayor que yo, se dio cuenta y, enfurecido, le dio un golpe a Roberto en la cara y su nariz comenzó a sangrar. Una profesora que “estaba de  guardia” en el patio nos llevó a la dirección. Roberto se convirtió en la víctima.

Los padres de Roberto denunciaron a mi hermano en un Consejo de  Protección.
Esa situación creó un revuelo muy grande. Mi familia decidió sacarnos del colegio. Roberto siguió, seguramente encontró a otra víctima. No lo sé. Solo me quedó el recuerdo de un colegio que no me apoyó sino que más bien premió al victimario”.

Violencia con todos y entre todos. A comienzos de los años noventa, cuando del tema no se hablaba casi en el país, se relacionaba la violencia escolar únicamente con la agresión entre estudiantes ocurrida dentro de las instalaciones de la escuela. La situación se ha complicado, la violencia no solo puede ocurrir entre pares, sino que también están involucrados adultos; no solo se trata de agresión física visible, sino también emocional y estructural. No solo ocurre dentro del plantel, se extiende a las calles y a la propia casa. La tecnología permite que la violencia escolar se difunda a través de comentarios, fotografías, chat a través de distintas redes sociales.

Aumenta en frecuencia e intensidad. A mayor violencia social, más violencia escolar. Se reproducen situaciones de hostilidad, agresión descalificación, humillaciones e irrespeto  entre los integrantes de la comunidad educativa. Esto trae como consecuencia daños hacia personas, pertenencias, instalaciones y equipos. Situaciones que generan un clima escolar lleno de tensiones, frustraciones e impotencia porque la indolencia e indiferencia hace que la omisión y la complicidad se traduzcan en injusticias, situación que puede llevar a los afectados a tomar la justicia por las propias manos.
No se debe tolerar como algo “normal” por el simple hecho de que forme parte de lo cotidiano. Hay que actuar utilizando los canales correspondientes, con medidas socioeducativas efectivas y afectivas. Afectivas porque para atender un conflicto no basta identificar el hecho y aplicar la sanción, es importante trabajar los vínculos, con estrategias pedagógicas que mejoren la convivencia.
Efectivas contando con espacios y tiempo para la formación, participación, coordinación y seguimiento.


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/la-impunidad-escolar-es-violencia.aspx#ixzz35VeecV1H

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