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lunes, 7 de abril de 2014

CUANDO LAS AULAS DEJEN DE SER JAULAS

 




Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Cuando las aulas dejan de ser jaulas
Las aulas de clases se mudan a la calle. (Créditos: Shutterstock.com)


En un encuentro de formación con un grupo de familias de la Gran Caracas, a las siete de la mañana, antes de entrar  al salón de reuniones, nos tocó ser parte  de  “una marcha”. Ese recorrido que hacían los estudiantes, con sus rostros somnolientos, para entrar a sus salones de clase.
Cada estudiante cargaba o arrastraba su morral. De tanto llevarlo a cuestas se convertía en una ventosa de diferentes tamaños, colores, marcas, pesos, texturas y modelos… Nos surgió la pregunta: ¿Qué traerán en ese morral? No nos referimos a cuadernos y lápices.
Nuestro próximo libro, en proceso de edición, se llama “Cuando las aulas dejen de ser jaulas” inspirado en esos salones de clases, pintados de gris, del mismo color y olor de esa educación descolorida que no llega al corazón.  Alejada de la vida, donde solo se vale memorizar y poco se valora el sentir, disentir, crear, opinar y soñar.

 A esas aulas-jaulas, tienen que entrar los estudiantes arriados como  ovejas  por el docente de turno, quien también llevaba su carga a cuestas.
Cuantas emociones y sentimientos generados por lo que ven y escuchan, se  quedan atrapados en su morral, arrastrado mecánicamente, para meterse en su jaula, perdón, en el aula, posiblemente hacinada de pupitres sin tiempo ni espacio para compartir e intercambiar lo que viven, sienten y piensan.

Si esa carga emocional no se libera, posiblemente hará que la violencia entre en las aulas. Los estudiantes comenzarán a agredir, verbal y  físicamente a los demás. Cuando regresen a sus casas ¿pesará menos su morral?, ¿estarán llenos de nuevas vivencias? Posiblemente no las podrán liberar porque tampoco sus familias tendrán tiempo ni disposición para compartir.
El que los niños y niñas no nos lo digan,  no quiere decir  que capten lo que está sucediendo en el entorno. Son pocas las oportunidades que tenemos para conversar con nuestros hijos, para  conocer cómo perciben lo que pasa en el país. Momentos que nos dan la posibilidad de formarlos como personas y ciudadanos.

Responder inquietudes
    Sería interesante preguntarles: ¿Si tú fueras presidente qué harías por el país, por la comunidad, por tu escuela? Seguramente nos quedaríamos asombrados de sus respuestas y nos darían pie para reflexionar sobre sus miedos, dudas,  anhelos, deseos y sentimientos.
        Una amiga periodista me comentó que su hijo y un compañero (10 y 11 años) estaban buscando  en internet si lo que está pasando en el país ha sucedido en otros países. Quería saber cómo se vive en las democracias y cómo son las dictaduras. Asombrada les preguntó si se trataba de alguna tarea del colegio. Su hijo le respondió: “Nada que ver, estamos investigando para entender esta contradicción que estamos viviendo”.

Tienen mucho que decir
    Hemos sabido de experiencias en las que los maestros plantearon el tema y en algunas circunstancias los docentes no pudieron ocultar su preferencia política, se corre ese riesgo; pero en la mayoría de los casos conversaron qué es la democracia, cómo los ciudadanos pueden hacer valer sus derechos en paz y sin violencia, cumpliendo con sus responsabilidades. Nos comentaron que fue unaexperiencia formativa e interesante porque estaba directamente relacionada con lo que estamos viviendo.  

Seguimos creciendo juntos



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