Quienes perciben los resultados como fracaso, seguramente sienten rabia, desencanto, tristeza y frustración. porque no se logró lo esperado. Las expectativas hacen que lo que parecía una posible luz se torne oscuro y, esto opaque el espíritu navideño.
Los que tuvieron de su lado el triunfo sentirán la Navidad de forma diferente. Se sentirán contentos y eufóricos. Sentimientos que deben ser expresados adecuadamente para no provocar sentimientos de rechazo, envidia y rabia en los perdedores.
¿Cómo hacer con esta ensalada de emociones?
Reconocerlas y ponerles nombre.
Tengo rabia, me siento triste y tengo miedo… identificarlas nos permite tomar el control. No es conveniente reprimirlas o evadir la realidad, porque pueden hacernos una mala jugada y, cuando menos imaginemos, explotamos actuando violentamente, o sufrimos una implosión: esa explosión que se da por dentro y que puede enfermarnos.
Comunicarnos
Compartir los sentimientos con otros nos permite hacer catarsis, desahogamos y soltar eso que nos duele o irrita. Si no logramos desahogarlo, podría afectar nuestra salud física o emocional.
La Navidad como posibilidad
El clima navideño nos da la posibilidad de encontrarnos. Compartir en familia, preguntarles a nuestros hijos qué le pedirían al Niño Jesús o a Santa, qué mensajes colocarían en el arbolito para mejorar la convivencia familiar y social. Puede ser un ejercicio interesante para retomar la fe y la esperanza, dar el valor de estar juntos en las buenas y en las malas.
Darle contenido al respeto, tolerancia y paz
Podemos dar el ejemplo en la vida cotidiana, respetando a los familiares que piensan distinto, sin excluirlos, al contrario; compartir la mesa con ellos la noche de Navidad y año nuevo es un mensaje claro de cómo las diferencias políticas no afectan el amor a nuestros seres queridos. Les enseñamos cómo, a pesar de ser distintos, podemos convivir manteniendo nuestras ideas y respetando lo que otros piensan y sienten, destacando que tolerar no significa renunciar a lo que creemos para complacer a otros.
Estar atentos a lo que pasa en la escuela
Si nos comentan que el tema político está afectando la convivencia escolar, es conveniente contactar a los educadores para conocer cuál es su percepción y qué están haciendo para manejar adecuadamente la situación de intolerancia o irrespeto. Proponerles que realicen actividades que le den sentido a la Navidad en las que valoren el compartir, agradecer y respetar.
Invitarlos a participar en las actividades propias de estas fechas
Decorar la casa, hacer el nacimiento y preparar las hayacas. La Navidad puede ser una tregua importante para recuperar la salud emocional, para el encuentro y acercamiento a nuestros seres queridos.
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