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viernes, 26 de septiembre de 2014

EMBARAZO DE ADOLESCENTES ¿PERO SI ESTABAN INFORMADOS?

Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Una adolescente embarazada
La sombra de una barriga. (Créditos: Shutterstock.com)

Rosaura, 17 años, participó desde el inicio de su adolescencia en un programa de salud sexual y reproductiva. Siempre  fue muy responsable y capaz de absorber la información como ninguna. De pronto, para sorpresa de todo, nos sorprende  con la noticia de que está embarazada.

Rosaura estaba pasando por uno de esos días difíciles debido a una situación familiar. Su papá se separó de su mamá y se fue a vivir al exterior. Su duelo lo vivía en silencio. Decidió hablar con su novio quien la invitó a tomarse unas cervezas. Le contó que se sentía sola y muy triste. Para consolarla la invitó a un lugar más íntimo, le dio los abrazos y besos que Rosaura necesitaba. El problema fue que con los efectos del alcohol y su estado emocional, no se protegieron y poco sirvió la información en ese momento y condición.
    
Las estadísticas del Fondo de Población de Naciones Unidas hablan por sí solas: Venezuela encabeza la lista de países de Sudamérica con mayor número de embarazos adolescentes con una cifra que está cerca de 120 mil embarazos anuales. Realidad que exige que la prevención se convierta en una política pública, prioritaria, con programas que propicien la activa participación de las familias, centros educativos y comunidades.

Un embarazo cambia la vida de los adolescentes. En el caso de la mujer se convierte en un factor de riesgo que puede poner en peligro su salud física y emocional porque no está preparada ni es suficientemente madura para asumir tal responsabilidad. El hombre también se embaraza, solo que culturalmente la responsabilidad cae sobre la mujer. Cuando se convierte en padre y no sabe qué hacer con sus sentimientos contradictorios. La angustia de tener que ser un proveedor económico y el vacío emocional de no saber cómo expresar el amor puede hacer que el miedo le lleve a huir.

Los bebés también tienden a sufrir riesgos importantes, porque suelen nacer prematuros, con partos complicados que pueden comprometer su salud y vida.

¿Qué podemos hacer?

Formar para una sexualidad sana, placentera y responsable. Hablamos de formar y no solo de informar. Una investigación demostró que de cada 10 adolescentes embarazadas 8 tenían la información de cómo evitar un embarazo. Lo que demuestra que la información es importante;  pero por sí sola no basta. Hay que considerar otros aspectos como por ejemplo: el valor que se le da culturalmente a la maternidad, la necesidad de conseguir el afecto en unos brazos aunque sea a través de una relación sexual no protegida, la búsqueda de salidas de hogares inhóspitos o donde el abandono está presente, la presión social, las resistencias en torno al uso de métodos anticonceptivos.

La formación para el ejercicio responsable de la sexualidad debe comenzar desde los primeros años. No es cierto que la formación para la sexualidad estimule la curiosidad para experimentar, al contrario, no olvidemos el encanto  que  tiene lo prohibido para los adolescentes.
Seguimos creciendo Juntos


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http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/una-adolescente-embarazada.aspx#ixzz3EQdqJkJl

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