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miércoles, 11 de abril de 2018

LA VIOLENCIA ENTRA POR CASA

Óscar Misle
@oscarmisle

En mi Libro Heridas que muerden, heridas que  florecen, Editorial Planeta, abordo el tema de la violencia y utilizo la imagen de las “heridas  que muerden”.   En los talleres y encuentros con niños y adolescentes, cuando se crea un clima de cercanía e intimidad, comienzan con mucho dolor, y  también rabia, a expresar  la forma en que los castigan física o psicológicamente. Se evidencia la  impotencia de no poder contarle a nadie lo que sienten.

Si lo hacen le darán la razón al padre o a la madre. Le darán la razón porque “Lo hicieron por su bien”. Los mismos especialistas de salud mental dirán: “los padres hacen lo que pueden con lo que tienen” y es cierto; pero también es verdad  que el daño causado deja heridas internas o externas que hay que transformar, porque duelen y si no se atienden se infectarán emocionalmente y morderán con serias consecuencias personales y sociales. Para Alice Miller este es el origen de la violencia social.
En su libro  “El drama del niño dotado”  señala que  la experiencia enseña que, en la lucha contra las enfermedades psíquicas, únicamente disponemos, a la larga, de una sola herramienta y es  encontrar emocionalmente la verdad de la historia única y singular de nuestra infancia.
Miller se desencantó de su propia profesión, el psicoanálisis , después de muchos años de practicarlo. Criticó con fuerza  la teoría psicoanalítica de las pulsiones , porque según su opinión, hacía ver  que las experiencias traumáticas de los niños eran comprendidas como fantasías infantiles. De esta  forma se enmascaraba o negaba  la realidad del abuso y del maltrato infantil.
Basándose en la psicohistoria , analizó a Virginia Woolf, Kafka , Nietzsche, Hitler… encontrando relación entre los traumas de su niñez y como esas heridas  impactaron las decisiones de  sus vidas. Según ella  todos los casos de enfermedad mental , crimen, caer en sectas , radicalismos y fanatismos, están marcados por  traumas infantiles. Su posición  apunta a todas las  formas de abuso infantil, incluyendo las comúnmente aceptadas como  las nalgadas a los hijos
Para Miller el “No toques a los padres es la ley suprema” de nuestra cultura, aseverando que  los psiquiatras, psicoanalistas y psicólogos clínicos  tienen un miedo inconsciente de culpar a los padres de los trastornos mentales de sus pacientes. Considera  que muchos de  los profesionales de salud mental también fueron heridos por castigos físicos y humillaciones   en sus propias infancias.
Criticó el consejo de los psicoterapeutas  a sus pacientes de perdonar a sus padres abusivos. Para ella, eso sólo impide el camino a la recuperación: recordar y sentir el dolor de nuestra niñez.  El perdón no resuelve el odio sino que lo encubre de manera muy peligrosa en el adulto ya crecido: produciendo el desplazamiento hacia chivos expiatorios.
La violencia se aprende desde los primeros años. Si los niños sienten que quienes tendrían  que protegerlos le pegan “porque los quieren”  por qué no utilizar la violencia para resolver conflictos,  defender ideas… agrediendo a quienes no piensan como ellos o son diferentes.
Hasta la próxima resonancia

CIUDADANÍA ¿DESDE EL PREESCOLAR?

Óscar Misle

@oscarmisle

Con frecuencia nos  quejamos de la apatía ciudadana de quienes  asumen resignadamente la violación de sus derechos, la carencia o insuficiencia de los servicios públicos, el abuso de poder por parte de funcionarios, la poca disposición de participar en las juntas de condominio…
Surge la pregunta: ¿La familia  y la escuela nos  forman para ser ciudadanos? Por la  pasividad u omisión  que  vemos en  la realidad podemos concluir  que no.
La formación ciudadana es un proceso  que posibilita darle contenido práctico y efectivo a la responsabilidad, el respeto, la honestidad, la cooperación, la solidaridad, con el fin  de  conocer y   exigir  nuestros derechos y cumplir con  nuestros deberes y responsabilidades como seres humanos, personas y ciudadanos.
Por nuestra condición de seres humanos todos somos iguales, como personas somos diferentes,  pero  como  ciudadanos todos tenemos los mismos derechos.
 Formación ciudadana  ¿Cómo y cuándo?
Debe  comenzar en el preescolar para que desde los primeros años  sientan que pueden participar, opinar, ser escuchados, consultados en la toma de decisiones…   Ahora ¿qué entendemos por participación?
Es un  proceso a través del cual los estudiantes y la comunidad educativa en general  se sienten  parte en la construcción de propuestas sociales  que puedan darle vida a la ciudadanía en el día a día de la escuela.
Sentirse parte activa del  quehacer educativo no  implica sólo el acceso a los bienes y servicios, sino que cada quien cumpla el rol,  asumiendo las responsabilidades correspondientes.
Reconocerse como parte de la solución de los problemas. Participando en la toma de decisiones que afectan  el interés personal y comunitario, asumiendo con responsabilidad las consecuencias de sus actos.
Más allá de la conceptualización es importante  apostar  a una participación que:
  • Sea ética, en contraposición a la manipulación
  • Utilice medios coherentes con los fines
  • Promueva la dignidad y el respeto de las personas
  • Valore el ser y el sentir y no solo el saber,  hacer y tener
  • Sea inclusiva, no discriminatoria y respetuosa de la diversidad
Alerta con la manipulación
Desde diciembre se comenzó a difundir una cuña gubernamental con niños y niñas en la que utilizan expresiones de un discurso del fallecido presidente Chávez: “No faltará quienes tratarán de aprovechar coyunturas  política para  acabar con la patria” “La respuesta de los revolucionarios es unidad, lucha, batalla y victoria” “Hoy tenemos patria, pase lo  que pase, en cualquier circunstancia seguiremos teniendo patria. Lealtad y futuro”. Claramente se ve  que repiten una contenido ideológico inducido.
La participación de los niños y adolescentes es progresiva. Debe ser  acorde a su condición y momento de desarrollo  y sobre todo  debe ser genuina y voluntaria.
Hay  que estar  alerta cuando son inducidos a realizar actos o grabar mensajes proselitistas  con  la  presión o intereses de los adultos  distantes o contrapuestos a los suyos.
No toda acción donde asistan estudiantes es participación. Estar presente, ocupar un asiento,  no es sinónimo de participación (Igual sucede con los adultos). No se trata de  carretear a los niños a todo tipo de reunión o encuentro para aparentar  que se les está dando la oportunidad  o que es  su voluntad participar, en algunos casos son solo parte del decorado u objetos de una estrategia política.
 El papel de los adultos
Los adultos tenemos una responsabilidad  muy  importante en la creación de  posibilidades y oportunidades  para promover su participación. Nuestro ejemplo es clave.
Es fundamental  que desde los primeros años no confundan ser pacífico con ser pasivo, ser  tolerante con ser resignado, ser respetuoso con ser sumiso. La ciudadanía activa es la  que construye y posibilita  el uso del poder de forma justa y  responsable.
Hasta la próxima resonancia

DEMOCRACIA. ¡DE LA PUERTA PARA FUERA!


Óscar Misle

@oscarmisle


En una reunión informal convocada por una profesora en su casa, hablábamos  sobre educación, de pronto su hijo se aparece en la sala y le dice:

-Esta noche me quedaré a dormir en casa de Ernesto.
Pensó que como la mamá estaba reunida sería más flexible.
-¡No insistas. Ya sabes  lo que hablamos. No me hagas perder los estribos. Más vale que te vengas. Sabes de lo que soy capaz si no lo haces!
El adolescente la interpela:
-Tú no te la pasas hablando de democracia, participación ciudadana, toma de decisiones, autonomía…
-¡Mira  chico en esta casa mando yo. Te vas para tu habitación!
El grupo se le queda viendo con cara de asombro y la profe exclama:
-“La democracia, de la puerta para fuera!”
En el libro “Si los pupitres hablaran”, editorial Planeta,  de Fernando Pereira y este servidor, abordamos “el para  qué” de la  educación, tema  que  ha  tomado  relevancia a raíz de  la compleja situación que vivimos en el país.
La situación política  se ha metido en los centros educativos, los estudiantes de los distintos  niveles de educación básica hablan en los pasillos, patios, salones de  escasez, alto costo de vida,  inseguridad, diálogo…  Dependiendo del sector social  los argumentos varían; pero en el sentir de cómo nos está afectando a todos hay consensos.

Un espejo de la realidad

Debemos reconocer la tensión y contradicción presente en la educación.  La distancia entre lo que es efectivamente y lo que debería ser. Hay un desfase ente  la práctica y los ideales.
La educación se comporta como un reflejo de la sociedad. Por un lado se quiere formar a los niños y adolescentes con las mismas prácticas con las que se formó a sus padres y por el otro, se tiene la intención de formarlos para un ideal, creando un ilusionismo en el que  solo se cambian  conceptos, nombres y objetivos pero no las prácticas.
Resulta evidente que las condiciones físicas, sociales, económicas, familiares, culturales, laborales en las que se ejerce el acto educativo condicionan enormemente las posibilidades de poner en práctica una educación que promueva y defienda la democracia en todas sus formas y espacios para la convivencia.
La escuela debe ser un espacio de formación ciudadana, no proselitista; pero si transformadora de la realidad que nos toca vivir.
Es importante  y necesario  que se analice cómo estamos viviendo la democracia, cómo   afecta la concentración y abuso del poder en las familias, escuelas, comunidades y en la práctica gubernamental.
La justicia debe ser aprendida  con referentes ejemplificantes y que generen confianza no en lo que se dice  sino en lo que se hace. La democracia no puede ser un discurso hueco. Se necesitan acciones que rescaten y reorienten el funcionamiento de las instituciones, que garanticen los derechos de todos sin discriminación.
La justicia  debe ser ciega y no discrecional o acomodaticia dependiendo de los intereses de determinados grupos de poder, en otras palabras se aplica cuando conviene y cuando no se pasa  por encima de las leyes e instituciones sin que existan consecuencias.
La participación en la toma de decisiones, con diferentes espacios y oportunidades para que cada  quien desde su rol opine, exija, asuma las responsabilidades de sus actos, son condiciones propias de la democracia tal  y como lo plantea nuestra Constitución.
Nuestros hijos  aprenderán y defenderán  la democracia, no  con lo que le decimos sino  con lo que hacemos
El 23 de Enero del presente año se cumplieron 60 años del derrocamiento del gobierno dictatorial del Marcos Pérez Jiménez- Hoy seis décadas después  la realidad pone en evidencia un gobierno que se vale del poder para hacer y deshacer sin que exista una institucionalidad legitima  que regule su proceder. Los ciudadanos tienen miedo de exigir sus derechos por las represalias que puedan tomarse en su contra.
Hoy más que nunca necesitamos formar a nuestros niños desde sus primeros años para que el ejercicio democrático sea parte de la cotidianidad.
 Hasta la próxima resonancia 

DUELE DECIR ADIOS





Óscar Misle
@oscarmisle

Mientras escribo este artículo un nudo en la garganta impide  que me pueda tragar el dolor  que me produce la partida al exterior de Daniel, un sobrino muy querido a quien quiero como un hijo.

Estudiaba en la Universidad Central de Venezuela Ingeniería Civil. Deja sus estudios a la mitad. ¿Por  qué se va? Por los motivos por los  que  los  jóvenes salen del país. La lista es larga pero básicamente tiene  que ver con el acelerado deterioro que aplasta la posibilidad de realización personal, profesional y la vivencia de  la ciudadanía en condiciones dignas.
¿A dónde se va? Destino Colombia. ¿Haciendo qué? Lo que salga con tal de tener recursos que le permita satisfacer necesidades básicas  con la esperanza de tener una mejor condición de vida.
¿Se va solo?  Se va con su novia de 20 años. Siente  que no puede seguir sufriendo tantas carencias a los 25 años.
¿Cómo se va?  Un periplo de horas interminables  de viaje por tierra, alcabalas,  con todos  los riesgos que eso significa y con muy poco dinero.
Nos estamos quedando solos
En diciembre, en un reencuentro familiar, nos reunimos en la casa de un primo. Recurrentemente la reunión era secuestrada  por las quejas por el alto costo de la vida. Como acordamos hacer la reunión  con contribución, cada    quien llevó lo que pudo o encontró. Con chistes sarcásticos comentábamos los altos costos.   En el momento de la foto nos percatamos  que no llegábamos a 20. Los hijos, sobrinos, nietos estaban fuera del país.
Con nostalgia  mostrábamos en nuestros celulares  las fotos de  quienes están fuera. Cada quien con su teléfono colocaba mensajes de voz, videos, frases por WhatsApp, y lo que  los teléfonos de cada quien posibilitaban. Nos daba la sensación de estar cerca a pesar de los miles de  kilómetros que nos separaban.
Cada vez es más frecuente conocer  la decisión de  familiares, amigos y conocidos que decidieron irse del país. Muchos fueron víctimas de situaciones de  violencia, secuestros,  reiterados robos u homicidio de algún familiar  cercano.
Deben preparar  su equipaje con  dolor, rabia y frustración  al sentir que no les quedó otra  que  abandonar el país para  buscar mayor seguridad en todos los sentidos. A los niños y adolescentes les toca asumir la decisión de  sus  padres y deben  despedirse de sus seres  significativos para aventurarse a vivir en un país desconocido.
Emigrar con los hijos
Supone retos importantes  para el grupo familiar. El cambio de escuela, la despedida de la familia y los amigos suele ser una experiencia muy estresante para un niño o adolescente. Deben asumir una decisión que tomaron otros.
La  adaptación intercultural es un proceso, cada persona lo asume de manera diferente. Los padres deben estar atentos a las señales que puedan dar sus hijos, a los altibajos emocionales que presenten, sobre todo los adolescentes. En momentos pueden tornarse hostiles, reservados, en otros eufóricos por las nuevas vivencias.
Cuando comienzan las preguntas. Es mejor decir la verdad. El cambio puede ser positivo y necesario para la familia pero no se debe  sobredimensionar, reconocer que no será fácil;  pero  juntos  se podrán superar los momentos difíciles.
Escuchar las preocupaciones y miedos. Si el niño no es muy expresivo, hay que intentar hacer preguntas para que poco a poco explique los motivos de su estrés, sus dudas e inquietudes. Es necesario asumir  que se vivirá un duelo. Un proceso  con cambios emocionales mientras se da la adaptación y aceptación. En la medida de lo posible  transmitirle seguridad y confianza. No hacerle promesas de  que el retorno será pronto si no  se  tiene previsto  que así sea; pero si se puede  hacerles ver  que esa puerta queda  abierta y que las cosas pueden cambiar.
Llevar objetos que sean significativos para el niño: algunos juguetes, libros, ropa. Puede ser interesante elaborar un álbum de fotografías, dibujos, palabras afectivas escritas por miembros de la familia, los amigos y los maestros, recortes de trabajos de la escuela, etc.
Las tecnologías facilitan el contacto con los familiares y amigos. Siempre se podrán organizar videoconferencias para que los niños hablen con sus amigos más cercanos o con sus seres queridos.
Hasta la próxima resonancia

lunes, 9 de abril de 2018

LOS ABUELOS. SE LE EXIGE MÁS DE LO QUE PUEDEN

Óscar Misle
@oscarmisle

Muchas familias tienen  dificultades para conciliar la vida laboral y familiar. Deben recurrir a los abuelos y abuelas  para  que los apoyen con la atención y crianza de los nietos.
Es cada vez mayor el número de abuelos  a quienes les  dejan los nietos porque  los hijos salieron del país. Lo hacen buscando condiciones  que posibiliten llevarse a los hijos cuando sea económicamente posible.
   
Cuando se desplaza la atención de los niños a los abuelos pueden  surgir conflictos por desautorizaciones o lucha  de poder. No  se establecen  acuerdos claros en las pautas de crianza o puede  que se establezcan pero se dificulta el cumplimiento por la distancia o por no contar con  tiempo  y espacio para la comunicación

El hecho es que les toca  cumplir un rol importante en la crianza de los nietos, sin contar a veces  con el apoyo y justo reconocimiento de su esfuerzo y son evaluados  injustamente. Ciertamente muchas veces caen en extremos, son "consentidores" o a veces muy estrictos. Pueden repetir la receta rigurosa que utilizaron para criar o pueden ser  más flexibles porque se dan cuenta que en muchos momentos “se les pasó la mano”.
Los celos de los hijos al sentirse  desplazados porque  los nietos ocupan toda la atención forma parte de la compleja realidad de la crianza compartida.

Son incomprendidos

"Es que mi abuela no me para, se le olvida todo". "Es una manipuladora, hoy amanece bien y mañana se queja de que le duelen los huesos". "Parece que no oyera hay que gritarle para que nos atienda" "Repite y repite las cosas, es un fastidio"… No saben que los abuelos, por su condición, tienen desgaste físico, psicológico, cambios emocionales.
No en pocos casos, cuando hay una reunión en la escuela, son las abuelas las que asisten; pero las decisiones finales las toman el papá y la mamá porque son los “jefes de familia”; sin embargo por sus ocupaciones laborales y sociales  desconocen muchas veces cuáles son las situaciones emocionales que atraviesan sus hijos.
Los abuelos no cuentan con un proceso de formación que les permita revisar y renovar sus pautas de crianza como por ejemplo contar con  herramientas para educar sin agredir. Es necesario revisar las convocatorias a las iniciativas escolares  de formación familiar.  Puede  suceder que la atención se  focalice en la madre o el padre y se excluye a abuelas y abuelos.

Soledad desolada
A los abuelos también les toca despedir a sus hijos y nietos y deben vivir sus duelos en silencio. La soledad se vuelve desolada por la incomunicación  y la falta de contacto emocional. Las tecnologías ayudan pero no son suficientes.
A los abuelos les toca quedarse en un país  que no los considera prioridad. Cuando logran tener la pensión no le alcanza  ni para las medicinas. No  logran contar con medicamentos esenciales para las dolencias propias de la edad. Su alimentación  se ve seriamente afectada por la mala calidad y poca cantidad. No comen lo que requieren sino lo que hay.  Pierden peso, su masa muscular se desgasta afectando la movilidad, su sistema inmunológico se debilita y son recurrentes las infecciones.
Cuando se enferman y la discapacidad llega a sus vidas es difícil contar con enfermeras o personal de apoyo. El mermado presupuesto familiar no lo permite.
A algunas familias no les queda otra que internarlos en una casa hogar. No es para nadie un secreto las precarias condiciones que ofrecen estas instituciones que también están fuertemente golpeadas por la crisis.

¿Y los  que se tienen que ir?
Hay abuelos que se resisten a dejar su país, su casa, sus afectos, referentes emocionales. Incluye a los inmigrantes que llegaron muy jóvenes. “Me duele sentir  que a mis 85 años esté viviendo las mismas condiciones por las que tuve que abandonar mi tierra” fue la expresión, con lágrimas en los ojos  de un abuelo que está procesando su regreso al país de origen.
También están los abuelos que viajan al reencuentro con sus familiares. Para ellos la situación es diferente. Tienen  el aliciente de reunirse con sus seres  queridos.
Es necesario comprenderlos. Todos vamos para allá. Solo la empatía nos permite ser justos y respetuosos de su proceso. Necesitan de nuestras palabras afectivas, abrazos, apoyo para darle sentido a  su vida

Edad de oro  
Para Bernardo Javalquinto  en otras sociedades cuando un barco se hunde tiran al mar a todas las personas y salvan a los ancianos, porque ellos guardan el conocimiento, la sabiduría. En la nuestra salvan a las mujeres y los niños. En las culturas milenarias de oriente las personas de la tercera edad son valoradas por su grandiosa sabiduría acumulada durante muchos años. Los jóvenes recurren a ellos para pedir consejos y para aprender los valores y las claves de la felicidad. Nuestros abuelos existen y merecen respeto pero la meta principal es hacer la vida de los adultos mayores más digna,  fácil y mejor, ayudándolos en tantas áreas como sea posible. Es una tarea pendiente del estado que no acepta justificaciones y mucho menos migajas

Hasta la próxima resonancia

¿NOS SENTIMOS AMADOS?




 Óscar Misle,
 @oscarmisle

Una de los factores que pueden dificultar la relación amorosa son las expectativas. Esperamos que nos amen como queremos y necesitamos. Eso no está mal, el problema es cuando no sabemos reconocer las expresiones cotidianas de amor de nuestros seres queridos, especialmente cuando no se traducen en abrazos, besos y palabras bonitas.

Muchos fuimos criados en hogares en los que el amor se expresó a través de acciones prácticas. No nos faltó lo necesario para vivir: alimentación, cuidados cuando enfermábamos, escolaridad… Sabíamos que nos  querían pero en algunos casos no nos sentíamos queridos.

Cuando crecimos nos dimos cuenta que era necesario sazonar las formas aprendidas de amar e incorporamos frases como “te quiero mucho”, “me haces mucha falta”, “eres importante en mi vida”. El problema es  que las utilizamos solo en momentos especiales y no con la frecuencia  que necesitamos.

¿Por qué postergar?

Vivimos en una realidad en la que la necesidad de la sobrevivencia,  velocidad y el atropello no dejan espacios para el amor. Creemos que tendremos  toda una vida para expresarle a nuestros seres queridos lo que sentimos por ellos, postergamos el perdón y la reconciliación, hasta que un suceso que puede ser una enfermedad, un accidente, o la muerte repentina nos hace preguntarnos ¿Por qué no nos dimos los abrazos que necesitábamos? ¿Por qué no nos sentamos a conversar sobre lo pendiente  emocionalmente y que nos llenó de desolación y rencor?

No es fácil vivir el amor en sus diferentes dimensiones y en los distintos momentos de nuestra vida. Cada quien procesa lo vivido de diversas formas, y en ese proceso nos vamos hiriendo unos a otros emocionalmente. Heridas que nos  cuesta identificar y  reconocer.

En mi libro “Heridas  que muerden, heridas que florecen”,  Editorial Planeta, comparto historias que muestran como lo no dicho en la relación genera dudas y deudas. La enfermedad aparece y comienza a buscar la atención que no obtuvimos por   otras vías. Las heridas emocionales comienzan a morder con hostilidad, quejas, reclamos y rencores.
El amor necesita tiempo y espacio para darlo y recibirlo, cada quien a su modo, con las herramientas que tiene; pero que puede ir floreciendo en la medida en que le demos mayor libertad y flexibilidad al corazón.

Ciertamente el amor es un riesgo porque cuando amamos se revelan nuestros puntos débiles y vulnerables. Lo que digamos y hagamos puede tocar  heridas  y hacernos mucho  daño.

Afortunadamente, como seres humanos tenemos la posibilidad de madurar, evolucionar y aprender. Es una opción y decisión que solo se puede tomar con y desde el amor a nosotros mismos y a los demás. Es ese proceso en que los inviernos le dan paso a las primaveras. Los árboles, que lucían mustios y  quemados por el intenso frio o sequía, comienzan a retoñar, a recuperar su verdor. También nosotros podemos  lograr que nuestras heridas florezcan, perdonando, aceptándonos y reconociéndonos para acercarnos y conectarnos desde lo que somos, pensamos y sentimos. ¡No lo dejemos para después. Puede ser demasiado tarde!

Hasta la próxima resonancia

EL MAESTRO QUE NO SE OLVIDA


Óscar Misle
@oscarmisle

Nuestros estudiantes se están quedan huérfanos de maestros. La diáspora de educadores de los centros educativos en busca de oportunidades,  dentro y fuera del país, es cada vez mayor. Pero están los que permanecen pese a las circunstancias. Son los héroes y heroínas que madrugan, toman el precario transporte colectivo, hacen lo imposible para estirar lo poco que ganan, mantienen una familia, pierden peso por su precaria alimentación,  con una carga emocional que no los hace claudicar y siguen allí aprendiendo,  de forma creativa, a surfear  la adversidad.

Ashoka Venezuela, organización de Desarrollo Social Internacional y Ágora Venezuela, Asociación Civil que promueve una cultura de  agentes de Cambio,    realizaron la 2da edición del  Concurso  Cartas a  Mi Maestro Inspirador con dos categorías, docentes de primaria y bachillerato y Jóvenes entre 12 y 20 años.

En la categoría de Jóvenes, Rossana Arcia (12 años) quedó seleccionada  como ganadora con el 1er lugar, categoría Jóvenes. El anuncio se realizó en un emotivo evento en el que tuve el honor de participar con una conferencia sobre qué significa en estos momentos ser un maestro inspirador. La animación del evento la realizó la destacada periodista Shia Bertoni y el maestro Aquiles Báez acompañado de talentosos músicos  nos deleitaron con su música, humor e ingenio    

La carta expresa el reconocimiento y honra  a su maestra. A continuación el texto para  que Ud. saque sus propias conclusiones:        

¡Ghada, un champú de amor!
Querida Ghada:
Imagina a una niña pequeña, muy sensible, con mucho temor, comenzando apenas el segundo grado, aunque no recuerdo muy bien cómo sucedió. La dulce manera de ser de mi maestra Ghada hizo que poco a poco, en vez de una maestra la considerara una amiga, lo que en aquel entonces necesitaba, pues sentía mucha angustia porque había pasado una dura experiencia con mi maestra anterior; tenía miedo, miedo a que ésta maestra fuera igual, pero muy pronto me di cuenta que no, que era la maestra más dulce y amable que había conocido, un champú de amor, porque cuida, sana, protege, nutre y marca positivamente a los corazones de los niños que llegan a ella.
Imagina a una maestra dulce y amable, a quien las palabras “dulce” y “amable” le queden cortas para describirla, la que te saludará siempre con una gran sonrisa y te dará los buenos días, la que, sin importar nada, te brindará su total comprensión y apoyo incondicional como en aquellos días donde te duele la cabeza o tienes dolor de estómago, o simplemente te sientes triste por cualquier razón; aquella que te consolará con un caluroso abrazo, como en esos días en los que te equivocaste en un examen, se te cayó la merienda al piso o en los que el niño que te gusta ni te miró. Para mí, sin lugar a dudas, esa maestra es Ghada, una persona de piel blanca, cabello rubio, de hermosos y cálidos ojos azules, con los que proyectas mil emociones. Ella y sólo ella merece llevar el título de Maestra Inspiradora.
Recuerdo cómo las otras maestras le decían: - ¡Ay, tú si consientes a esos niños!
Y nunca falta quien comentaba: - ¡Tienes que ponerles DISCIPLINA!, ¡Si no, no te van a respetar, y olvídate de que te aprendan algo!
Pero, al final, ninguna se explicaba cómo los niños salíamos felices y relajados de sus clases, ni de cómo ella terminaba de enseñar todos los contenidos antes que las otras maestras. Otra cosa que recuerdo con especial cariño, eran las “horas libres” que nos daba, aunque sólo fueran unos 20 ó 30 minutos, lo disfrutábamos demasiado.
En mi opinión, todas y cada una de las aulas deberían tener una copia de Ghada, que inspire y motive a sus alumnos, para que así, cada niño que haya pasado por sus manos la recuerde tal y como yo la recordaré a ella: ¡Champú de Amor! Ghada es una maestra que deja su cuerpo y alma en el salón. Gracias por todo lo que me has enseñado, por ayudarme en mis momentos más difíciles, por creer en mí, por hacerme crecer como persona. ¡Qué suerte tuve de tenerte otra vez en quinto grado!
Sabes que 500 palabras se quedan cortas para expresarte todo lo que siento. Gracias, mil gracias por haber sido mi maestra.
Te recordaré siempre y para siempre.
Se despide con amor: Rosanna”
Hasta la próxima resonancia


EL EDUCADOR QUE FORMA Y TRANSFORMA



Óscar Misle
@oscarmisle
 
Los educadores que no se olvidan son aquellos que se convierten en buenos y bonitos referentes para los estudiantes. Son siempre  recordados, a pesar de los años,  por la  forma en que se relacionaron con ellos, con sus colegas, familias…
  
Es una educadora que:

-Presta atención reflexiva al trabajo de los estudiantes. Más  que decir “buen trabajo” Hace saber el  por qué le parece  bueno.  Reconoce el esfuerzo  en el proceso y no solo los resultados. Destaca las habilidades, destrezas, conocimientos y competencias evidenciadas.

-Dedica tiempo para intercambiar por  lo menos unos 10 o 15 min con los estudiantes  para compartir, con toda el aula o en pequeños grupos, cómo se sienten, las cosas positivas o desagradables que están sucediendo en sus vidas, lo  que les  preocupa y lo que proponen.

-Escucha activamente. Parafrasea, que no es  otra  cosa  que poner en sus palabras lo el estudiante dijo para que  se sienta  escuchado. Ofrece  la posibilidad de chequear si  eso  fue lo  que realmente  quiso transmitir. Su  lenguaje corporal muestra atención e interés.

-Refuerza los  comportamientos deseables para  propiciar la autovaloración y reconocimiento de las competencias personales y   sociales

-Permite a los  estudiantes tomar decisiones para  que desarrollen su autonomía. Estimulando  que se expresen  en los  buenos  y malos momentos, especialmente  cuando están involucrados en situaciones difíciles para   que sientan  que no solo  son parte del problema  sino  también una factor clave en la solución.  

-Se coloca a su altura   para comunicarse con niños pequeños. A veces sienten  que les  toca vivir  y relacionarse con un mundo demasiado  grande para ellos.

-Reestructura el ambiente, retira objetos que genere hacinamiento por el sobrecargo del  mobiliario que  genera estrés por la imposibilidad  de movilizarse con libertad.

-Interactúa respetuosamente. Tratándolos  como nos gustaría ser tratados. siempre  y cuando se tenga  claro los roles y sin desdibujar quién es el adulto.

-Comunica sus expectativas, lo que espera del grupo de forma clara y respetuosa y se interesa en  conocer las expectativas de los estudiantes.

-Usa el humor y la recreación como parte de la práctica pedagógica, siempre  y cuando  estimule el divertirse con los demás y no a costa de los otros.

-Asume las  consecuencias de sus actos para el ejercicio de la   responsabilidad. Es una forma ejemplificante de enseñarles que  se puede errar;  pero  también rectificar, pedir  disculpas  cuando  se ha  actuado de  forma  inadecuada. 

-Los invita a expresar sus  ideas  y emociones  sobre las  situaciones  que  viven. Pueden  escribir cartas o llevar un diario en el que registran  las decisiones  que han tomado, las consecuencias  que han tenido que asumir  y lo  que  han aprendido, si lo desean pueden compartirlo   con el grupo.

-Convierte el arte, en sus diversas expresiones, en herramientas para la participación  creativa  y generadora  de conocimientos y reflexiones.

-Fomenta la empatía y la compasión, especialmente  con quienes sufren situaciones adversas con estrategias  que pongan en acción la solidaridad,  cooperación y apoyo

-Crea espacios para la reflexión y análisis crítico. Utilizando ejemplos, referentes históricos y culturales o datos de la realidad  del país  

El maestro o maestra  que quedó tatuado en nuestro corazón fue ese  que  hizo la diferencia. Educó no para informar sino para despertar.

Hasta la próxima resonancia

LA ESCUELA ¿APAGA LA LLAMA O DESPIERTA LA CURIOSIDAD?



Óscar Misle
@oscarmisle

Se puede innovar pero no necesariamente transformar. Se pueden incorporar cambios cosméticos, de forma pero no de fondo, buenos para el mercadeo pero no pera el replanteo y transformación de la educación.
Montserrat del Pozo, pedagoga, conocida como 'Sor Innovación' por el trabajo de cambio educativo que ha motorizado desde el colegio Montserrat en Barcelona, España estuvo dictando una conferencia en Caracas invitada por Fe y Alegría. Tuvimos la suerte de participar. Su pasión y visión reafirmó nuestras inquietudes. Aquí plasmamos los aspectos que llamaron nuestra atención:
La innovación educativa se logra cuando hay líderes que la promuevan. El líder que emprende un cambio educativo tiene que creérselo.  El cambio tiene que salir desde adentro, de la convicción, del trabajo en equipo. Debe estar abierto a aceptar “que no sé lo que no sé. Cuando se acepta es que se está preparado para emprender el camino”
.
¿Cómo debe ser el líder que se necesita en las escuelas del siglo XXI?

-Una buena persona.
-Debe tener la capacidad de desaprender para que surjan ideas innovadoras.  De desechar técnicas, estrategias que no responden a las nuevas necesidades para poder avanzar.
- Con capacidad  de ver más allá, que no hable sin saber, ni estudiar.
-Que aplique en el aula lo que estudia e investiga. No se forma solo para tener más currículo o méritos.
-Debe tener  conciencia empática. No basta saber lo que le pasa al otro; sino actuar para apoyarlo.
-Capaz de formar y fortalecer un equipo
-Una visión compartida como equipo; qué educación queremos y cuáles son las prioridades.
-Conoce lo que pasa en su escuela.
-Crea en el centro educativo un ecosistema que emule el que queremos fuera. El centro puede constituir un oasis en ambientes de adversidad.
-Crea un ambiente donde directivos apoyan a docentes, docentes a estudiantes.
- Sabe cómo aprende un niño para conocer todas las capacidades y facilitar su desarrollo

El reto:
Estar dispuesto y saber salir del paradigma educativo del siglo XIX. Lo asemeja a la imagen de un tren. El maestro es el conductor y cada niño debe estar sentado, quieto, dejarse llevar, “domesticado”. Hay recreos para que se bajen en la estación, se distraigan y lo más importante, regresen a su puesto a tiempo y se queden quietos.
¿Cómo asumir un paradigma del siglo XXI ?. Grupos grandes de interacción, fusionando sesiones para constituir grupos de trabajo. Con 2 o 3 docentes por ambiente de trabajo; quienes deben interactuar para propiciar el aprendizaje en grupo, no dependiente del profesor; por proyectos de trabajo. “El docente es como un entrenador en un equipo de fútbol. Define una estrategia, observa, da recomendaciones pero no toma el lugar de los jugadores”.
Todo tiene un objetivo en el centro educativo, incluso el recreo para aprender a convivir.

Requisitos fundamentales contar con:
-Equipos directivos convencidos y estudiosos
-Coordinadores y docentes preparados
La visión compartida y la motivación de un grupo de docentes pueden hacer la diferencia.
¿Qué es lo inamovible en un mundo que cambia todos los días?: El propósito de la educación. En las actividades curriculares y estrategias hay que renovarse constantemente.”Tenemos que educar para un mundo demasiado ambiguo”.
Con Martín nos preguntamos: Educar ha dejado de ser ese "despertar", esa chispa que permite que alguien piense por sí mismo. ¿Está la escuela apagando la llama o despertando la curiosidad?

Hasta la próxima resonancia



VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

  Óscar Misle Óscar Misle Los recientes enfrentamientos armados en la Cota 905 y comunidades aledañas y los operativos que se van realizan...