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martes, 25 de agosto de 2015

DIVORCIO DEL CORAZÓN Y LA RAZÓN

En muchas escuelas las emociones no tienen espacio en los pupitres. Se divorció el corazón de la razón.



Divorcio del corazón y la razón
(Créditos: Shutterstock)

Nadie puede negar el empeño en muchos centros educativos por garantizar «la excelencia académica». El gran protagonista es el desarrollo cognitivo. Lo cognitivo tomó todos los pupitres del aula, y el pupitre de los aspectos sociales y emocionales se quedó vacío.

Juan (12 años) perdió a su mamá, por un cáncer de mama que hizo metástasis y la deterioró de tal forma que solo sobrevivió dos años. A la semana, Juan volvió muy triste y silencioso a la escuela. Su comportamiento era hostil cuando alguien trataba de intimar con él. 

Lo remitieron a «la orientadora», quien, le dijo, seguramente desde el amor y con la mejor intención: «Mira mi amor, debes estudiar para que hagas feliz a tu mamá en el cielo. Estoy segura de que se pondrá feliz si subes tus notas». Imaginemos la cara de Juan; además de su dolor, rabia, miedo, tenía que cargar con la culpa de hacer «infeliz a su mamá en el cielo» por haber bajado su rendimiento escolar.

“Si los pupitres hablaran” el más reciente libro de Fernando Pereira y este servidor, plantea  muchas situaciones como las de Juan, en las que los conflictos, divorcios o las enfermedades, hacen que los estudiantes presenten problemas  con la convivencia y rendimiento escolar.

Las emociones tienen como misión hacernos reaccionar ante los acontecimientos que suceden afuera, ¿pero qué se siente por dentro? Ya lo decía Virginia Woolf, lo peor que le puede pasar a una persona es no sentir, y peor aún no poder expresar lo que siente. La emoción es una activación fisiológica que habla a través de sensaciones y reacciones que afectan —positiva o negativamente— el comportamiento.

El mundo afectivo no está coloreado con colores simétricamente separados. En lo cotidiano se mezclan el dolor y la rabia. Un caso evidente es en los momentos de duelo por una pérdida humana o el extravío de algo material. No es fácil definir una emoción, y ha sido mucho lo que se ha dicho del tema. Resulta complicado descifrar algo que es tan íntimo y personal, pues aunque se expresan orgánicamente, no son respuestas fisiológicas.

Ramiro Calle lo expresa muy bien cuando dice: «Una lágrima no es solo un líquido que contiene sal y fósforo. Es una gota en la que hay sentimiento y vida, bien sea de alegría o dolor».

Desde que existimos, las emociones son respuestas que surgen de forma inesperada y nos delatan cuando enrojecemos por rabia o vergüenza, temblamos por el miedo o nos excitamos frente a una imagen erótica. Las emociones impulsan a realizar una acción que puede tener un fin; y cuando se reprimen, se explota y agrede porque se perdió el control.

Seguimos creciendo juntos


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EMIGRACIÓN Y DUELO FAMILIAR

Es común escuchar en las escuelas y encuentros con familias su dolor, rabia y frustración al sentir que no les queda otra que abandonar el país para buscar mayor seguridad en todos los sentidos                          Por: Óscar Misle, @oscarmisle




Emigración y duelo familiar
No es fácil llegar a un nuevo país. (Créditos: Shutterstock.com)

A los niños y adolescentes les toca asumir la decisión de  sus  padres y deben  despedirse de sus seres queridos y significativos para aventurarse a vivir en un país desconocido. 

La periodista Hercilia Garnica, realizó un trabajo para Cecodap sobre cómo impacta la emigración a las familias a continuación sus aportes:

Emigrar con los hijos supone desafíos muy particulares para los padres, pues la mudanza de país, el cambio de escuela, la despedida de la familia y los amigos puede ser una experiencia muy estresante para un niño o adolescente, advierten en el sitio web Mequieroir.com.

Todos los miembros de la familiar experimentarán cambios emocionales. Durante la mudanza e incluso después de la instalación en el país de destino se producirán momentos difíciles en la familia que hay que saber afrontar con entereza y madurez.

La adaptación intercultural es un proceso, cada persona lo asume de manera diferente. Los padres deben estar atentos a las señales que puedan dar sus hijos, a los altibajos emocionales que presenten, sobre todo en los adolescentes.

Cuando los niños comienzan a hacer preguntas sobre por qué se realizan preparativos en la casa, es mejor decirles la verdad. Hay que asegurarse de que el niño entienda que se trata de un cambio positivo y necesario para la familia, que sus hábitos y costumbres no sufrirán grandes alteraciones.
Se pueden mostrar al niño fotos o videos de la nueva ciudad,  las áreas verdes, los parques y los lugares que ofrecen atracciones.

Hablarles del nuevo idioma, si ese es el caso, y lo beneficioso que será para él aprenderlo. Mostrarle ejemplos de las costumbres típicas del lugar, de las diversiones que ofrecen los climas de 4 estaciones, del tipo de comida tradicional que podrán degustar y del tipo de personas que conocerán.
De acuerdo con la personalidad del niño y con las posibilidades de la familia, puede ser conveniente que el niño tome clases del nuevo idioma antes de partir; así se irá familiarizando con la lengua y se evitará que le resulte muy brusco el cambio al llegar al país de destino.

Escuchar las preocupaciones y miedos de los hijos. Si el niño no es muy expresivo, hay que intentar hacer las preguntas acertadas para que poco a poco explique los motivos de su estrés, sus dudas e inquietudes. El objetivo de la conversación es que los padres transmitan seguridad y confianza al niño, y que la mudanza deje de ser un proceso de incertidumbre para el pequeño.

Emigrar nunca será fácil pues implica cambio de referentes conocidos como idioma, clima, comida, paisaje, red familiar y social. Los niños cuentan con menos recursos emocionales para afrontar estas pérdidas. Para ellos es un duelo, aunque esto varía según la edad.

Llevar objetos que sean importantes para el niño: juguetes, libros y ropa. Y sería una gran idea confeccionar con sus padres un álbum de fotografías, dibujos y objetos valiosos, como una hoja de un parque, palabras afectivas escritas por miembros de la familia, los amigos y los maestros, recortes de trabajos de la escuela, etc.

Retornar a sus hábitos y rutinas lo antes posible: horario, tipo de comida, y  asistencia a la escuela.

Las tecnologías facilita el contacto con los familiares y amigos que quedan en el país de origen. Siempre se podrán organizar videoconferencias para que los niños hablen con sus amigos más cercanos o con sus familiares.


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VIOLENCIA ESCOLAR: MÁS HECHOS QUE DICHOS

Por: Óscar Misle, @oscarmisle



Violencia escolar: más hechos que dichos
¿Qué haces contra la violencia escolar? (Créditos: Shutterstock.com)

En el marco de un diplomado realizado por Instituto Autónomo del Consejo Municipal de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes del municipio Baruta y la UCV, me invitaron a realizar una ponencia sobre “Violencia Es. La metodología que implementé fue un conversatorio que permitiera interactuar y conocer lo que piensan, sienten y hacen los participantes para prevenir y actuar cuando la violencia se hace presente en los centros educativos.

Al finaliza la actividad solicité que respondieran 2 interrogantes: 1.- ¿Qué estoy haciendo para abordar la violencia escolar? 2.- ¿Por qué no se logra mejorar la  convivencia escolar?

1.- ¿Que estoy haciendo para abordar la violencia escolar?

Entre las acciones destacaron:
Realizar reuniones con directivos y equipos de trabajo, encuentros formativos con estudiantes y representantes para escuchar y valorar sus opiniones, enseñar con el ejemplo a respetar las opiniones de los demás.

Entender el lenguaje corporal y emocional, mostrar la pedagogía del amor con hechos,  ir a la raíz de  los problemas, haciendo preguntas, escuchar por separado a cada una de las partes involucradas en los conflictos en un espacio  en el que se pueda garantizar la confidencialidad y la seguridad, recomendar lecturas, promover los valores, implementar técnicas de dinámica de grupo para el trabajo vivencial de la empatía, promover actividades lúdicas, artísticas, dramatizaciones  para el abordaje dinámico y vivencial.

Implementar técnicas  para la resolución de  conflictos, realizar carteleras, afiches, pancartas, salirse un poco de los paradigmas y prejuicios, establecer grupalmente los acuerdos de convivencia, enfatizar el valor del respeto, el amor  hacia sí mismo  y hacia los demás.

Evitar  privilegios que  generen  injusticias, realizar estudios biopsicosociales de los casos involucrados en situaciones de  violencia, hacer seguimiento, llevar los manuales de convivencia a la  práctica tomando en  cuenta la realidad familiar y el  contexto de país.

Formar para el adecuado uso de las redes sociales, aclarar la diferencia entre falta y delito, informar sobre lo que significa la responsabilidad penal de los adolescentes, asumir el compromiso  para  que las medidas dictadas por los  consejos de protección sean efectivas, abordaje psicológico especializado, promover líneas de investigación sobre el tema para las tesis de bachillerato.

Promover el intercambio de conocimientos y vivencias entre los estudiantes de años superiores  con los más pequeños, implementar la campaña del buen trato.          
2.- ¿Por qué no se logra mejorar la  convivencia escolar?

En relación a esta interrogante lo más significativo fue:

Los educadores se centran solo en impartir información, cumplir con los programas y no realizan actividades y acciones que responden a las necesidades socioemocionales de los estudiantes y comunidad en general.

Se hace más énfasis en  que el estudiante sea bueno porque saca buenas notas y o que sea buena persona, no se actualiza el manual de convivencia y a veces  “nos hacemos los locos”, no se involucran a todos los protagonistas en la formación,  directrices superiores  que no posibilitan la creatividad y la toma de decisiones.

Directores que no se adaptan a los nuevos tiempos, los docentes, estudiantes y familias no tienen sentido de pertenencia, no involucra a los estudiantes en la elaboración de los acuerdos de convivencia.

Cuando esto se convierten solo en un  requisito administrativo dificultad para el trabajo con las familias por la lucha de poder, falta de preparación de docentes y directores para el abordaje de la violencia escolar, falta de tiempo y espacio para abordar el  problema.

La falta de acuerdos y trabajo coordinado, los maestros sienten miedo a enfrentarse a los alumnos y a su familias,  en ocasiones  no escuchamos, somos negligentes, se utiliza la represión y no la razón, aun no entendemos  qué significa la equidad de género, falta de compromiso de los miembros de la  comunidad educativa, los malos ejemplos, lo que se dice no tiene nada que ver  con lo que se hace, no existe estrategias efectivas y afectivas para la comunicación.

Falta o deficiencia de políticas públicas, la violencia  social y delincuencial entra en la escuela, pérdida de autoridad  de los educadores y familias.
Sigue siendo prioridad que los dichos se conviertan en hechos.

¡Seguimos creciendo juntos!


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LOS APAGONES DE LA VIDA

Los apagones de la vida

Cuando la vida nos apaga la luz, en nuestro corazón aparecen velas.



Los apagones de la vida
Siempre hay una luz que nos alumbra. (Créditos: Archivo)

En mi libro “Herido que muerden, herido que florecen” hago referencia  a esos sucesos que de pronto  te cambian la vida. Recuerdo al  padre Godoy, un sacerdote salesiano con quien compartí en mis años de adolescente en un grupo en el que realizábamos actividades recreativas, deportivas y artísticas con los niños, niñas y adolescentes de un sector popular caraqueño. 

En una de las reflexiones grupales nos contó que  en su pueblito Timotes, ubicado en el páramo andino, cuando los sorprendía un apagón, todo se oscurecía. El percance los obligaba a encender  velas, y con esa tenue luz  empezaban  a buscar  la avería.

Eso pasa en nuestras vidas. Todo parece estar “bien” hasta que nos sorprende “un apagón”. Puede ser por una enfermedad, duelo, accidente, la pérdida del trabajo, la ruptura con una pareja, la partida de un amigo…  

Un suceso que nos pone de rodillas revelándonos como la vida puede cambiar de un momento a otro, sin previo aviso, donde poco nos sirven las certezas y las seguridades, la soberbia, las arrogancias y vanidades... Lo que nos queda como sedimento de ese momento, es un ser ablandado por la vulnerabilidad que necesita conectarse con lo esencial.

Ahora ¿qué es lo esencial? Es eso que te hace mirar para arriba cuando estás atrapado en la sombra. Es lo que te hace volcar los ojos al interior, cuando están encandilados por las seducciones del exterior, por las adicciones al consumo, las alucinaciones del éxito, el gusto por el  poder y todo eso  que  nos atrapa afuera.

Lo esencial es  eso que te hace salir de la rutina,  para hacer una llamada, enviar un correo electrónico, un mensaje de texto, hacer una vista, dar un abrazo, enviar una señal de amor y presencia a quien quieres por el simple placer de hacerlo.

Son momentos que nos hacen escuchar lo inaudible, expresar lo inexpresable, desde lo que somos; pero eso requiere quitarnos el condón emocional. Se dice fácil pero es complicado en esta sociedad del “pare de sentir” o del  “no hay  tiempo”, “estoy full”. 

Ese apagón de la vida, en el momento menos esperado, puede ser una  oportunidad  que nos advierte que debemos observar lo que al principio no se ve  en la oscuridad para descubrir, como en las penumbras, se empiezan a revelar  formas que nos dan señales  que,   poco a poco, encontraremos entre las sombras  la luz  y con ella la avería que generó el apagón.

La “avería” hay que reconocerla, asumirla  para  transformarla. Repararla es  un  trabajo nada  fácil, pero no  por ello imposible.

En esta cultura ligth. donde  todo se  quiere de forma rápida, instantánea, tomando atajos, la vida se  encarga de ponernos de parada. Nos pone  a vivir procesos que no podemos controlar desde afuera, que requieren mirar nuestro interior para atender esas heridas que posiblemente estén enconadas o infectadas y  que exigen ser atendidas limpiarlas con amor y compasión, un proceso  doloroso pero  necesario para que nuestras heridas puedan florecer. 

Seguimos creciendo juntos 


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VACACIONES EN CASA ¿QUÉ HACER?


La sensación de “no tener nada que hacer genera tensiones, mal humor, que hay que identificar para que no afecten la convivencia familiar Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Vacaciones en casa
Las vacaciones no tienen que ser aburridas. (Créditos: Shutterstock.com)

Cuando llegan las vacaciones podemos sentir la frustración de no lograr que nuestras expectativas se cumplan de acuerdo a lo soñado y ese sentimiento puede traducirse en síntomas depresivos. La sensación de “no tener nada que hacer genera tensiones, mal humor, que hay que identificar para que no afecten la convivencia familiar.
El país atraviesa por una crisis que está afectando nuestra salud mental. Hay que estar alertas porque usualmente en vacaciones se incrementa la violencia intrafamiliar. Al estar más tiempo junto el estrés y la ansiedad pueden hacer que se pierda la capacidad de autoregular nuestras emociones y los niños terminan siendo los que pagan los platos rotos.
Este largo período de vacaciones puede convertirse en un “dolor de cabeza” para las familias al no saber qué hacer con sus hijos, especialmente si les toca trabajar.
En estos períodos por la cantidad de tiempo libre, la dinámica familiar cambia. Los horarios se tornan más flexibles a la hora de levantarse o ir a la cama, comer, recrearse, jugar… Estos cambios pueden generar estrés, a veces difícil de manejar.
Puede preocuparnos que tanto tiempo de ocio haga que olviden lo que aprendieron durante el año escolar y nos asusta que “pierdan tanto tiempo”, Surge la tentación de ponerlos a realizar actividades de nivelación inscribiéndolos en cursos y talleres. Iniciativas que no suelen ser muy del agrado de los niños.  Les impide hacer un corte con actividades diferentes a lo que comúnmente hacen en la escuela.
A muchos adolescentes se les activa el deseo de buscar un empleo que les permita, ocupar el tiempo libre y conseguir algunos recursos para comprar el equipo o la prenda de vestir con la que tanto han soñado o tener dinero para ir al cine, la playa, etc. A las familias les asusta que el gusto por el dinero los lleve a plantease la posibilidad de dejar los estudios por el atractivo de contar con unos ingresos.
¿Qué podemos hacer?
Convertir el arte un en aliado estimulándolos a que se expresen con dibujos que pueden convertirse en cuentos que se compartan con la familia. Podrían realizar tarjetas, cuadros con imágenes o escenas que obsequien a sus seres queridos o para decorar su habitación.
Convertir las manos en posibilidades para crear realizando manualidades sencillas, para crear cofres de cartón, títeres, porta retratos, porta lápices, bisuterías…

Aprender a tocar un instrumento musical, participar en clases de danza o cualquier otro baile que sea de su interés.

Realizar deportes, montar bicicleta, salir de excursión. Se pueden organizar las familias, vecinos y amigos para turnarse y acompañarlos.

Colaborar con las tareas del hogar y compartir, en horarios acordados y que tengan como compensación el estar juntos, comunicarnos mientras realizamos las actividades domésticas.

Redecorar el cuarto o algún lugar de la vivienda con el apoyo de los adultos pueden organizar la habitación de forma diferente, seleccionar lo que ya no utilizan y si está en buen estado donarlo y de esta forma se estimula la solidaridad.

Ver películas, reflexionar sobre el contenido, los personajes, la trama, para identificar qué opinan y sienten sobre lo planteado. Podemos estimular su imaginación preguntándoles qué hubiesen hecho ellos en esa situación.

Participar en planes vacacionales. Son una buena oportunidad para que puedan recrearse y socializar. Podemos investigar la programación de instituciones públicas y privadas para tomar la opción que se ajuste a nuestros intereses y bolsillo.

Visitar familiares para compartir y propiciar el acercamiento.
Seguimos creciendo juntos


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VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

  Óscar Misle Óscar Misle Los recientes enfrentamientos armados en la Cota 905 y comunidades aledañas y los operativos que se van realizan...