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jueves, 27 de octubre de 2016

SU CUARTO ES UN DESASTRE


Fecha: 13-10-2016



Su cuarto es un desastre: ¿qué hago?
No los obligues. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Estoy desesperada con mi hijo, su cuarto es un desastre,  deja todo regado. No ordena su ropa”, suele ser el comentario de las madres desesperadas.

No es raro que se resista a que decoremos su habitación y prefiera colocar fotos, símbolos o signos que para nosotros pueden tener poco significado; pero para él tienen mucha relevancia por lo que inspiran y expresan. Todos esos elementos hacen de su habitación una especie de templo privado que lo preserva  del mundo exterior.

Su habitación es el único espacio de la casa que puede considerar propio; sin embargo, esa forma particular de tener la habitación, que se parece más al desorden que al orden, desespera especialmente a la madre quien desearía ver todos los zapatos alineados, las ropas colgadas simétricamente, cada prenda íntima colocada en las gavetas… Y dependiendo de la neurosis de los familiares, esta situación puede desembocar en una verdadera crisis generadora de conflictos.

Es importante que quede claro que una es tener el cuarto desordenado y otra tenerlo en condiciones higiénicas inadecuadas.

Puede pasar que le exijamos que mantenga el cuarto organizado y no seamos un referente válido porque también nosotros desorganizamos los diferentes espacios del hogar (cocina, baños…) y le pedimos lo que no somos capaces de hacer.

La habitación puede ser  una forma de manifestar su irreverencia. Quizás la forma en que luce ese espacio privado les permite sentir que algo de la casa les pertenece.

¿Qué puedo hacer?

No hagamos diferencias exigiéndole orden a uno de los hijos y al otro no, porque él o ella "es así" o porque es varón y ella es niña y son más organizadas. Lo sentirá como injusto.
Podemos negociar los momentos y condiciones para ordenar la habitaciónSi le imponemos que ordene de inmediato y que renuncie a lo que está haciendo en ese momento, seguramente se negará a organizarla.

Podemos pactar el momento adecuado para hacer la limpieza y mantener la higiene. Se puede acordar fines de semana, algunas tardes o el momento que  conjuntamente consideremos  el más oportuno.

Podemos aceptar que en la habitación, desde nuestro punto de vista, las cosas no estén en el lugar deseado o conveniente. Lo que no es aceptable es que guarde comida que se descomponga y genere  malos olores, que almacene la ropa sucia y no la lleve a la lavadora o a la cesta, que deje las toallas mojadas encima de la cama…

Si decide organizar su habitación, es importante reconocer el esfuerzo realizado, evitando frases que puedan generar defensas. Por  ejemplo, en vez de decir: “por fin arreglaste tu habitación, ojalá que eso se mantenga y no sea que te dio un arranque” Es conveniente decir: “veo que tu cuarto luce diferente, imagino que eso te facilita movilizarte en él y encontrar las cosas con más facilidad cuando las necesites”.

Recordemos calificar  la situación y no  a la persona. Cuando hagamos referencia al cuarto dejemos claro que lo que no está en orden es la habitación y no le digamos: “es que tú eres un desordenado”.

Seguimos creciendo juntos


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RECREACIÓN EN TIEMPOS DE CRISIS



Fecha: 21-07-2016



Vacaciones en tiempo de crisis
Es importante ocupar a los niños en vacaciones. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Salir al cine, ir a la playa, visitar centros comerciales, son posibilidades que no están al alcance de nuestros bolsillos.

La falta de oportunidades o alternativas para la recreación pueden hacer que nuestros hijos e hijas queden atrapados por las pantallas del televisor, enredados en la redes, secuestrados por los videojuegos, intoxicándose de contenidos e inconvenientes para su salud emocional.

La imaginación hace que se alimenten las expectativas y ansiemos ese momento  que nos permita cambiar la rutina, con alternativas distintas y emocionantes que le pongan color a la cotidianidad.
Sin embargo, la ilusión pronto se convierte en desilusión. Hasta el punto de convertirse en un “dolor de cabeza” cuando comienzan a expresar que están aburridos, unos lo dicen, otros los evidencian con su comportamiento. Al no tener respuesta la frustración se hace presente y junto a ella la hostilidad.
En estos períodos de tiempo libre, fines de semana, días festivos... La dinámica familiar cambia, los horarios se tornan más flexibles a la hora de levantarse o ir a la cama, comer, recrearse, jugar… estos cambios pueden generar estrés, a veces difíciles de manejar.
Puede preocupar que tanto tiempo de ocio haga que olviden lo que aprendieron en la escuela y les asusta que “pierdan tanto tiempo” y surge la tentación de ponerlos a realizar actividades de nivelación inscribiéndolos en cursos y talleres. Iniciativas que no suelen ser muy del agrado de los niños y niñas, pues sienten que les impide hacer un corte que permita experimentar con actividades diferentes a lo que comúnmente hacen en la escuela.
A muchos adolescentes se les activa el deseo de buscar un empleo que les permita ocupar el tiempo libre y conseguir algunos recursos para comprar el equipo o la prenda de vestir con la que tanto han soñado o tener dinero para ir al cine, la playa, etc. A las familias les asusta que el gusto por el dinero los lleve a plantease la posibilidad de dejar los estudios por el atractivo de contar con un empleo y formar  parte de lo  que se ha llamado “bachaqueo”.
¿Qué podemos hacer?

Realizar actividades artísticas. Estimulándolos a que se expresen con dibujos que pueden convertirse en cuentos que se compartan con la familia. Podrían realizar tarjetas, cuadros con imágenes o escenas que obsequien a sus seres queridos o para decorar su habitación.
Convertir las manos en posibilidades para crear manualidades sencillas, para crear cofres de cartón, títeres, porta retratos, porta lápices, juegos de memoria y  rompecabezas.

Aprender a tocar un instrumento musical, participar en clases de danza o cualquier otro baile que sea de su interés.

Realizar deportes, montar bicicleta, salir de excursión. Se pueden organizar las familias para turnarse y acompañarlos.

Colaborar con las tareas del hogar y compartir, en horarios acordados y que tengan como compensación el estar juntos, comunicarse mientras realizan las actividades domésticas.

Redecorar el cuarto o algún lugar de la vivienda con el apoyo de los adultos, que pueden organizar la habitación de forma diferente, seleccionar lo que ya no utilizan y si están en buen estado donarlos, de esta forma se estimula la solidaridad.

Ver películas, reflexionar sobre el contenido, los personajes, la trama, para identificar qué opinan y sienten sobre lo planteado. Se puede estimular su imaginación preguntándoles qué hubiesen hecho ellos en esa situación.

Visitar familiares, pasar unos días juntos, como por ejemplo: abuelos, tíos, primos para compartir y propiciar el acercamiento.

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HERIDOS POR DESAMOR



Fecha: 16-06-2016



Heridos por el desamor
"No basta quererlos tienen que sentirlo", Don Bosco. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Somos expertos creando argumentos para justificar la falta de atención y tiempo que requieren nuestros seres queridos para sentirse amados. Ya Don Bosco lo expresaba cuando decía “A los muchachos no basta quererlos, tienen que sentirlo”.

En el amor hace falta darles estabilidad a las cuatro patas del “taburete del amor”. Atención, tiempo, intención y actitud. Atención para que nuestros seres queridos sientan que existen. Tiempo para que sientan que nos importan.  Intención para que lo que  hacemos o decimos esté conectado con lo que sentimos. Actitud para demostrarles con nuestros gestos y expresiones que nos importan.

Con mucha frecuencia escuchamos e incluso decimos: “lo que importa es la calidad y no la cantidad del  tiempo”, lo aplicamos con nuestros  hijos; pero no con la pareja. Si le dijéramos a nuestra pareja que solo tendremos para ella media hora de “calidad” seguramente nos dejaría o nos sería infiel buscando el tiempo de atención en otros brazos, pero nuestros niños deben aceptar ese tiempo reducido  que le ofrecemos.

En nuestra experiencia de trabajo con niños y adolescentes es común constatar lo solos que se sienten. Recuerdo que en una actividad con estudiantes de 5º grado (10 a 11 años), uno de los participantes se levantó y dijo: “esas actividades  formativas no deberían hacerlas solo con nuestras familias, tendrían que realizarlas con nuestras nanas o señoras que trabaja en nuestras casas. Son ellas quienes nos cuidan y con quienes pasamos la mayor parte del día”.  

“Mi papa cuando llega ya estoy dormido. Mi mamá cuando regresa del trabajo solo tiene tiempo para darnos la comida y mandarnos a dormir, casi no hablamos”. El resto del grupo asentó con la cabeza.

Sabemos que detrás de la soledad puede estarse gestando la herida del abandono, esa sensación de no sentirse querido, atendido e invisible emocionalmente. Valdría la pena preguntarle a nuestros seres queridos si se sienten amados. En un primer momento quizás respondan que si, y argumentarán  que no les falta lo necesario, pero posiblemente en el fondo sienten que carecen de los esencial.

Vivimos una situación muy difícil en el país. Ahora más que nunca necesitamos apoyarnos emocionalmente. El estrés, frustración e impotencia por todas las carencias alimentarias, sanitarias, inseguridad, atentan contra nuestra salud mental. El clima de hostilidad puede afectar la convivencia familiar y escolar. Necesitamos contar con el apoyo emocional para drenar todas las tensiones, inclusive apoyo profesional, cuando no podemos autorregularnos emocionalmente y nos hagamos daño a nosotros y a los demás.

No se trata de meternos en una burbuja o campana aislante, pero sí de tener treguas que nos permitan desconectarnos de las noticias, especialmente cuando estamos en familia, a la hora de la comida y cuando nos vamos a la cama.

Nuestros hijos necesitan sentir que, a pesar de las dificultades, el amor familiar prevalece y no está en riesgo.

Escuchar música, ver una película juntos, comentarla, orar, meditar, hacer ejercicios y conversar de temas que sean estimulantes pueden ayudar a mantenernos lo más sanos posible en medio de la adversidad.

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DIVORCIOS. ¿PONEN A LOS HIJOS EN CONTRA DE SUS PADRES?


Fecha: 30-06-2016



Padres en reconstrucción
Los hijos juegan un papel importante en el divorcio. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Marianella (10 años) es  la única  hija de Rodolfo y Rebeca. Mientras estuvieron casados, Marianella mantenía muy buena relación con su papá tanto que Rebeca solía sentirse muy celosa. La relación de la pareja no era buena, permanentemente discutían, les costaba establecer acuerdos, controlar los celos. La situación se puso tan tensa y complicada  que decidieron divorciarse.

Durante el primer año, Marianella mantenía contacto permanente con su papá. El problema surgió cuando Rodolfo decidió tener una nueva pareja, cosa que molestó mucho. No podía controlar los celos y su rabia se la transmitía a la hija. Tanto que logró que la niña se distanciara del padre. No quería tener  contacto con él, cuando el insistía y accedía lo rechazaba. No aceptaba demostraciones de afecto y le echaba en cara que las había abandonado por  culpa de su nueva pareja.

Rodolfo después de dejar a Maranella en su casa, de pasar un fin de semana juntos, encontró en su carro una nota en la que  colocaba una serie de comentarios muy duros  ofensivos y llenos de mucha rabia referidos a lo malo que había sido  con su mamá,  todo o que  la había  hecho sufrir al abandonarla..   

Síndrome de alienación parental
El síndrome de alienación parental es el rechazo, denigración de un progenitor hacia otro involucrando a los hijos. Suele iniciarse trasmitiéndole al hijo versiones que descalifican, generaron temor y animadversión injustificados y que suele producirse en el proceso de divorcio o separación. En este proceso habitualmente uno de los progenitores siente rabia, frustración y resentimiento  logrando  que el hijo rechace al otro progenitor.

El síndrome de alienación parental es una forma grave de maltrato psicológico y requiere de intervención profesional para detenerlo.

Es importante que los hijos sientan que quien se divorcia o separa es la pareja. Los resentimientos de frustración o desencanto que sienten uno o ambos miembros de la pareja, no debemos  trasladarlos a nuestros hijos.

Se puede sentir celos de que uno de ellos muestre apego a la pareja que se fue. Es inconveniente que les  comentemos, de manera detallada, nuestros problemas íntimos, sexuales, emocionales… Esto no quiere decir que caigamos en el otro extremo de no hablar del tema. Hay que comunicarles que la relación se ha  tornado conflictiva,  que los intentos de mejorar no han funcionado, que también el amor se agota,  y que  en esos casos es necesaria y conveniente la separación, aunque sea dolorosa. No podemos responsabilizarlos de nuestras decisiones de   pareja  porque la culpa los puede atrapar y  tendrán que asumir una carga que no les pertenece.



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ALERTA CON EL ABUSO SEXUAL


Fecha: 14-07-2016



Alerta con el abuso sexual
El abuso hay que denunciarlo. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Es importante tener claro que el abuso sexual:

Es cometido en la mayoría de los casos por personas de confianza o cercanas que se valen del vínculo para cometer este tipo de delito.

Se da cuando el niño es utilizado por otra persona para estimularse sexualmente. Puede ser a través de caricias, manoseos, masturbación. Desnudarlo para fotografiarlo, exponerlo a la pornografía o a escenas sexuales, hasta la penetración con los genitales u otros objetos.

Se da en los lugares donde más seguros deberían estar: hogar, escuela, centros deportivos, campamentos vacacionales, grupos religiosos, clubes, transporte escolar.

El abusador  se vale de  amenazas o engaños, premios, regalos y paseos.

Es un proceso que pasa por distintos momentos: seleccionar la víctima, seducirla emocionalmente para ganarse su confianza, crear intimidad, de las acaricias o frases afectivas pasa a las sexuales para luego caer en lo que algunos  especialistas llaman fases de adoctrinamiento: exigirle lealtad, silencio, culpabilizarlo, amenazarlo, manipularlo, controlarlo… es progresivo.
     
Es un delito y hay que denunciar para que se apliquen las medidas y sanciones para que  se haga justicia.

Requiere enseñarle, desde los primeros años, que su cuerpo le pertenece y que aprenda a diferenciar una caricia afectiva de las eróticas,  las que  tienen  como  intención buscar respuestas de tipo sexual. Esta formación debe darse desde la casa; pero también en los centros educativos en todos los niveles y modalidades. Siempre tomando en cuenta su etapa de desarrollo.

El niño debe saber que si alguien abusa de él, no es porque se lo buscó, aunque la persona que abusa le haga creer que es así. El culpable es la persona que agrede.

Está claramente prohibido en el Art. 34 de la LOPNNA. Nuestros niños, niñas y adolescentes  tienen derecho a estar protegidos contra cualquier forma de abuso o explotación sexual.
Si no nos sentimos preparados para abordar el tema debemos asesorarnos. 


Es importante que los niños sepan y sientan que:
1.- Tiene derecho a decir “NO” a cualquier persona que trate de tocar sus partes íntimas.

2.- Nadie puede  pedirles que mantengan en secreto una situación de abuso o de amenaza aunque la persona que abusa se lo diga. Los abrazos, las caricias y los besos son agradables y necesarios entre las personas que se quieren; pero nadie debe pedirles que los mantengan en secreto.

3.- Les creemos cuando nos digan que están siendo abusados. Debemos estar atentos a lo que sentimos, le decimos y a nuestras reacciones.

4.- Cuentan con nuestro apoyo y protección cuando  se sientan acosados o abusados por otros, aunque sean personas apreciadas y cercanas al núcleo  familiar.

En caso de  abuso sexual de niños se debe denunciar ante la Fiscalía.

No se trata de llenarnos de prejuicios, miedos, tensiones, sospechando de todo el mundo. Lo que se busca es prevenir, contando con información que nos permita estar atentos y poder actuar a tiempo.

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LOS LÍMITES EN EL CONVIVIR

Formar a los niños para la democracia y el uso adecuado, su libertad dista mucho de ese empoderamiento distorsionado en el que sienten que solo importan sus intereses y necesidades pasando por encima de los demás

Fecha: 04-08-2016



Los límites en el convivir
Saber cómo poner límites es lo importante. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Los límites bien entendidos y asumidos dan seguridad emocional y posibilitan saber que esperar, les permite sentir que las personas adultas se preocupan y están pendientes de su cuidado y protección por lo tanto se sienten amados y protegidos.
Este enfoque de los límites promueve:

La sana convivencia. Está claramente definido lo que favorece las relaciones y el respeto hacia sí mismo y a los demás.

El aprendizaje social. Aprenden a convivir, que los demás también tienen derechos, que la sociedad tiene normas que si se cumplen y hacen cumplir, la convivencia  tendrá claras las “reglas del juego”.

Desarrollo del autocontrol. Posibilitan que progresivamente logren controlar sus impulsos, respetar a los demás, manejar los sentimientos de fracaso y frustración.

¿Cómo deben ser?

Lógicos: un medio para lograr el fin de convivir; la norma por la norma, en vez de ayudar, entorpece. Hay que preguntarse si el acuerdo tiene sentido para las relaciones y la convivencia. Por ejemplo, no podemos exigirles a los niños que no jueguen porque pierden tiempo. Jugar es clave para el conocimiento de sí mismos y el de los demás. Lo que si se debe pautar es el horario, lugar y condiciones.

Seguros: es nuestro deber establecer límites que no atenten contra su dignidad, los derechos humanos y su seguridad. Por ejemplo, no se les puede exigir a los pequeños de la casa que ayuden en tareas del hogar, pueden estar en riesgo de accidentes.

Precisos: no deben ser excesivos, es necesario preguntarnos: ¿qué es lo esencial que queremos lograr para poder priorizar? Si son demasiados en cantidad y exigencia, podemos generar confusión o parálisis.

Claros: deben comprender el alcance de las pautas. Es necesario chequear si las entienden y las pueden poner en práctica.

Justos: deben ser acordes a su edad y su condición. No podemos establecer pautas para todas las edades por igual, recordemos que lo que funciona con un  hijo, no necesariamente funciona con los otros. Tienen temperamentos diferentes.
  
Razonados: desde los 2 años debemos explicarles el por qué se debe cumplir con cada pauta, con un lenguaje sencillo, directo y adecuado a su momento de desarrollo.

Flexibles: hay momentos y circunstancias especiales que ameritan considerar el cambiarlos, revisarlos o postergar un acuerdo porque hay razones para ello.

Oportunos: la negativa y las censuras permanentes, le quita fuerza a un "No" en un momento importante.

Equitativos: las pautas o acuerdos no buscan facilitarle la vida a la persona adultas sino que posibilita a nuestros hijos que puedan aprender a convivir,  poniendo en práctica la justicia y la inclusión social.

Coherentes: el ejemplo es fundamental, si le decimos una cosa y hacemos otra... Las personas adultas somos un modelo a seguir para nuestros hijos. La mejor manera de enseñar pautas para convivir es practicándolas en nuestra vida. Como dice el dicho: "Un hecho vale más que mil palabras".

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ANESTESIADOS EMOCIONALMENTE

   

Fecha: 11-08-2016



Anestesiados emocionalmente
No podemos reprimir los sentimientos. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Hace una semana viendo la obra de teatro “Terror” del escritor alemán y abogado penalista Ferdinand von Schirach, bajo la dirección de Héctor Manrique, cuenta la historia de un avión comercial con 164 pasajeros a bordo que es secuestrado por un terrorista con la intención de estrellarlo contra un estadio con 70.000 espectadores. Para impedirlo, un mayor del ejército alemán, decide derribar el avión, acabar con la vida de los pasajeros, vidas inocentes, para evitar una tragedia mayor.

En una de las conmovedoras escenas, un joven, que estaba sentado a mi lado derecho, comienza a llorar y su novia con la intención de calmarlo, le soba el brazo tratando de animarlo.   

Cuando vemos a algún ser querido o cercano expresar  sus sentimientos, inmediatamente, movidos sin duda por el amor, hacemos lo imposible por cambiarle la frecuencia y sintonizarlos en un canal diferente. En otras palabras, los estimulamos a reprimir  su emoción
.
Tratamos de “preservarlos” intentando algo que distraiga su sentimiento, para  que  no sufran,  para que no sientan,  para que no se pongan bravos, para que no lloren.

En mi libro “Heridas que muerden, heridas que florecen” (Editorial Planeta), hago referencia al condón emocional. Ese protector transparente que da la sensación de no estar, porque no se ve;  pero se evidencia cuando forra nuestros sentimientos, emociones… especialmente cuando el momento íntimo se aproxima y nos da terror esa posibilidad  de quedar  al descubierto.

Cada herida emocional tiene un condón que se adhiere a su forma y tamaño. Aprendemos a utilizarlo desde nuestro nacimiento cuando somos heridos en los lugares en los que tendríamos que sentirnos más seguros y protegidos, paradójicamente, cuando estábamos bajo el techo de las personas que más amábamos.

Con el pasar de los años, nos vamos anestesiando emocionalmente, para evitar contactar el dolor, la tristeza, la rabia. Puede llegar a convertirse en una segunda piel… Nos acompaña la dificultad de expresar lo que sentimos. Este condón  no es de látex. Está fabricado y lubricado con la  vergüenza y la culpa.

En la obra Terror el veredicto para decidir si el piloto es inocente o culpable, lo da el público con su voto, decisión  que se tiñe de emociones encontradas.

A la salida de la sala se generan acaloradas discusiones entre los asistentes en las que la emocionalidad hace lo suyo. Hay quienes optan por el silencio, otros por justificar y defender su decisión, otros juzgan…El hecho es que los razonamientos se tiñen de emociones y hacen que la objetividad y subjetividad se entremezclen en una danza compleja y en algunos casos contradictoria. Los condones emocionales se liberan con la sentencia. Podemos decir que la  puesta en escena logra sacarnos de la anestesia emocional.    

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EL SENTIDO DE LA VIDA Y LAS CRISIS


El término resiliencia viene del inglés resilience, y es la posibilidad que tenemos los seres humanos para superar situaciones de trauma


Fecha: 18-08-2016



El sentido de la vida y las crisis
Los comportamientos no siempre son los mismos. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Roberto (13 años) es hermano de Renato (14). Ambos hijos del mismo padre y madre, viven en la misma comunidad, asisten a la misma escuela; sin embargo, son diametralmente distintos. A Roberto le cuesta asumir las frustraciones, es violento, muy silencioso, le cuesta relacionarse, con facilidad lo atrapan los miedos y muestra poca motivación por los estudios. A Renato le va bien en los estudios, es sociable, muy espontáneo y colaborador.

Ambos sobrevivieron los efectos de una situación económica familiar que les  volteó la vida. Tuvieron que mudarse, dejar el colegio privado para entrar a una  escuela pública, el papá sufrió un cáncer que lo inhabilitó para el trabajo por los tratamientos agresivos a los  que  tuvo  que  someterse.
   .
¿Por qué la forma en que Roberto y Renato asumen la vida es tan diferente? Ciertamente son distintos, pero además Roberto tuvo la suerte de contar con su madrina Carmen quien puso en práctica lo que en resiliencia se llama factores protectores, haciendo de Roberto un adolescente resiliente.

El término resiliencia viene del inglés resilience, y es la posibilidad que tenemos los seres humanos para superar situaciones de trauma, duelos, accidentes, desastres naturales y salir fortalecidos sin que la salida sea autoagredirnos, agredir a otros, hacernos adictos… 

Factores protectores que seguramente incidieron en Roberto:

Redes sociales. Contó con su madrina Carmen quien pudo brindarle soporte emocional durante y después de la crisis.

Confiar en que la persona afectada es mucho más de lo que muestra. Seguramente Carmen le brindó posibilidades para que Roberto descubriera, mostrara y desarrollara sus fortalezas, la  posibilidad de descubrir en la adversidad  lo que hasta ese momento estaba oculto.

Comunicar sentimientos y emociones. Encontró en su madrina  alguien  que lo escuchara y a quien le podía expresar lo que sentía, sin sentirse juzgado. Carmen lo alentaba a que expresara su rabia, miedos, dudas, desconciertos; pero también sus intereses, motivaciones, sueños y esperanzas.

Reconocer cuando realizan una actividad o acción. La madrina reconocía cuando  Roberto hacia algo bien. No solo valoraba el resultado final, sino también el esfuerzo realizado y las destrezas que había demostrado. Lo felicitaba y, cuando hacía el reconocimiento, no se quedaba en las frases “lo hiciste bien”  o “está bonito”, sino argumentaba por qué le parecía importante el esfuerzo realizado.

Tener fe en que las situaciones pueden cambiar independientemente de los estragos que puedan haber generado en la vida de Roberto lo vivido, su madrina lo apoyaba espiritualmente. Compartían momentos de  oración y meditación  que  posibilitaban apreciar que en la vida la fe y la esperanza hacen que se trasciendan los momentos difíciles.

Disfrutar de la vida utilizando el sentido del humor, Carmen tenía salidas que le devolvían las  sonrisas y mejoraban su estado anímico. No como una forma para escapar de la realidad, sino como la posibilidad de ver el lado jocoso de la vida y de  las circunstancias.

Aceptar a los otros por lo que son, Carmen lo aceptaba tal y como era, no por lo que debería ser; aunque en algunas cosas tenían desacuerdos eso no los distanciaba. No lo comparaba con otros, ni resaltaba permanentemente sus carencias. Reconocía y valoraba sus actitudes y aptitudes, no solo en las grandes acciones sino en las cotidianas.

Estimular el sentido de la vida. Más  que reflexionar  con  él sobre el sentido de la vida, lo invitaba a   que lo  que hiciera tuviera sentido para su vida. Algunos fines de semana lo invitaba a visitar  organizaciones  que atienden niños con situaciones diversas de salud, sociales, familiares…. Apoyar a otros, le daba vida a la solidaridad, empatía, solidaridad, cooperación, y de esta forma  sentirse útil socialmente.

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ABRAZOS EN iNMIGRACIÓN




Duele despedirse. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle





Ósar Misle. @oscarmisle

Es común ver en la puerta de emigración escenas desgarradoras. Hace 2 semanas un joven de 18 años se despedía de su grupo familiar y amigos. Con llanto le decían adiós portando carteles que exhibían frases como: “te amamos”, “te extrañaremos mucho”, “el país va a cambiar y volverás”…

Lo que no estaba escrito eran las lágrimas desconsoladas de su familia quienes lo abrazaron sin poder despegarse. Un dolor contagiante que nos puso a llorar a todos.
Es recurrente escuchar: “la decisión de irnos no es porque no nos interesa o dejamos de querer a nuestro país, es porque queremos tener otras posibilidades, tenemos miedo por lo que nos pasó”. Salen a escena los robos, secuestros, homicidios de seres queridos o cercanos.

Deben preparar su equipaje con dolor, rabia y frustración al sentir que no les quedó otra que abandonar el país para buscar mayor seguridad en todos los sentidos.  

El colorido suelo de Cruz Diez se convirtió en una alfombra gris para muchos venezolanos que se van en busca de una nueva vida, en su equipaje llevan  ilusiones pero también hay un corazón herido por lo que dejan en su país.

Supone retos importantes. El cambio de escuela, la despedida de la familia y los amigos puede ser una experiencia muy estresante para un niño o adolescente. Deben asumir una decisión que tomaron otros.

La adaptación intercultural es un proceso, cada quien lo asume de manera diferente. Los padres deben estar atentos a las señales que puedan dar sus hijos, a los altibajos emocionales que presenten. En momentos pueden tornarse hostiles, reservados en otros eufóricos por las nuevas vivencias.

Cuando comienzan a hacer preguntas. Es mejor ser honestos y transmitirles que ese paso doloroso que puede ser una experiencia positiva para la familia, sin sobredimensionar, haciéndoles ver que no será fácil y que juntos podrán superar los momentos difíciles.

Se le pueden mostrar al niño fotos o videos de la nueva ciudad, los atractivos, particularidades, los cambios climáticos y de hábitos que se producen durante las 4 estaciones. Mostrarles ejemplos de las costumbres típicas del lugar, del tipo de comida tradicional que podrán degustar y las costumbres de las personas que conocerán

Conversar sobre el nuevo idioma, si ese es el caso, y lo beneficioso que será aprenderlo o mejorarlo.
De acuerdo con la personalidad del niño y con las posibilidades de la familia, puede ser conveniente que el niño tome clases del nuevo idioma antes de partir; así se irá familiarizando con la lengua y se evitará que le resulte muy brusco el cambio al llegar al país de destino.

Escuchar sus preocupaciones y miedos. Si el niño no es muy expresivo, hay que intentar hacer las preguntas para que poco a poco exprese sus emociones e inquietudes.

Vivir el duelo. Un proceso con cambios emocionales mientras se da la adaptación y aceptación. En la medida de lo posible transmitirle seguridad y confianza.
No hacerle promesas de que el retorno será pronto si no se tiene previsto que así sea; pero si se puede hacerles ver que esa puerta queda abierta y que las cosas pueden cambiar.   

Llevar objetos que sean importantes para el niño: juguetes, libros, ropa. Puede ser interesante elaborar un álbum de fotografías, dibujos y objetos valiosos, palabras afectivas escritas por miembros de la familia, los amigos y los maestros, recortes de trabajos de la escuela, etc.

Retornar a sus hábitos y rutinas lo antes posible: horarios, rituales familiares, asistencia a la escuela…

Las tecnologías facilitan el contacto con los familiares y amigos. Siempre se podrán organizar videoconferencias para que los niños hablen con sus amigos más cercanos o con sus seres queridos

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EL CIBERACOSO Y SUS DIVERSAS FORMAS


Fecha: 08-09-2016



Ciberacoso, ¿de vacaciones?
El acoso no para en las vacaciones. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle

 hemos tenido conocimiento de situaciones en las que adolescentes difunden imágenes inapropiadas de sus compañeros con el fin de generar rumores que pongan en entredicho la reputación de la víctima. Lo que se inicia como un” juego” no es otra cosa que un hecho violento por su impacto emocional y social en los agredidos


A esta práctica se le reconoce como ciberacoso. Una forma de violencia, también llamada en inglés cyberbullying. Su gravedad viene dada porque tiene una audiencia ilimitada, traspasa las fronteras, se mantiene en el tiempo; después que se difunden los contenidos, son difíciles y casi imposibles de borrar.

Un acoso ocurrido en la escuela puede perseguir al joven hasta la universidad. Es una violencia que no se realiza cara a cara, por lo tanto cuesta más identificar al culpable para hacer que asuma la responsabilidad de sus actos.

Esta modalidad de violencia se vale de la información electrónica, difundida en correos, redes sociales, blogsmensajería instantánea, mensajes de texto y teléfonos celulares, para acosar a un individuo o grupo de manera sistemática mediante ataques personales, burlas, intimidación, hostigamiento y difamación.

En nuestro más reciente libros “Si los pupitres hablaran” Editorial Planeta, Fernando Pereira y este servidor, abordamos el tema y resaltamos las diferentes formas de realizar el ciberacoso:

Ciberacoso sexual. Se difunden comentarios, burlas, sobre el comportamiento y orientación sexual de la víctima
.
Cibermontaje. Se utiliza el rostro o la imagen de la persona y se coloca en otros cuerpos o en escenarios que la humillan, descalifican o ponen en entredicho su dignidad y reputación.

Ciberacecho (acoso en línea). Se usa particularmente Internet para acosar a una persona. Algunas de las características comunes son: acusaciones falsas, seguimiento, amenazas, robo de identidad y destrucción o manipulación de datos.

Cybergrooming. Es un método utilizado por pederastas para contactar a niños y adolescentes en redes sociales o salas de chat y convencerlos, mediante artilugios, para que realicen poses provocativas o desnudos ante la webcam. El material obtenido se utiliza para chantaje emocional y social.

Sexting. Es una nueva forma de relación virtual entre los adolescentes y jóvenes. El término se compone de dos palabras en inglés sex (sexo) y text (texto), porque comenzó con los mensajes de texto vía celular. Se trata de contenidos muy íntimos, generados por los propios remitentes mediante la grabación de sonidos o la realización de fotos y videos que registran a los interlocutores desnudos o semidesnudos y sus comportamientos sexuales. 

Normalmente, están destinados a una pareja sexual o amorosa, aunque en no pocas ocasiones también se envían a otros amigos como un simple juego, sin tener conciencia que esto los expone a graves riesgos. El sexting resulta muy peligroso, pues el que se hace la foto pierde absolutamente el control sobre ella una vez que la envía.

Es importante formar a nuestros niños y adolescentes sobre el uso responsable de las tecnologías, sus ventajas y riesgos. Monitorear  cómo están utilizando  internet nuestros niños y adolescentes es necesario e importante para prevenir o actuar cuando hay ciberacoso.

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VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

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