Páginas

lunes, 21 de noviembre de 2016

LAS CARICIAS PREVIENEN LA VIOLENCIA



Fecha: 10-11-2016



Las caricias previenen la violencia
Las caricias no solo deben ser físicas sino verbales. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Hace unos días llegó a mis manos un video de Alex Rovira, escritor y conferencista español, con unas reflexiones que quiero compartir
Aborda el tema de las caricias y su importancia en la crianza y educación. Aclara que no solamente  son las físicas (besos, abrazos…)  sino  también las verbales, las que posibilitan reconocer, estimular, escuchar, elogiar…

Utiliza una imagen interesante. ¿Qué pasaría en un desierto con una sed que ahoga producida por el calor agobiante y de pronto divisamos un charco con agua sucia, mal oliente?…Sin duda  cualquiera de nosotros  nos lanzaríamos a beber de sus aguas contaminadas.

Cuantas veces la soledad y el deseo de ser amados  hace que  caigamos  en relaciones tóxicas con el deseo y fantasía de  que calmaran  nuestra sed de amar.
Detrás de  los  comportamientos de nuestros hijos y estudiantes está  la necesidad de sentirse atendidos,  vinculados, visibles. Prefieren las  agresiones  a sentirse  ignorados. Cómo diría esa vieja canción “odio quiero más  que indiferencia porque el rencor hiere menos  que el olvido”.

No  con poca frecuencia nos encontramos  con parejas que no saben vincularse sino desde la hostilidad. Si no pelean no se  comunican. La situación se hace más dramática cuando viven el síndrome del nido vacío. Les  toca  quedarse solos. No están los hijos presentes y no saben  qué hacer con ese espacio de intimidad que los intimida por la poca capacidad de dar  y recibir caricias, no solo físicas, también las afectivas y emocionales.

El amor si no se abona se seca, se marchita. Requiere tiempo y espacio para la comunicación y el encuentro. No hay peor soledad  que la  que se siente en compañía.  En uno de mis más recientes libros “Heridas que muerden heridas que florecen” hago referencia a situaciones  sobre la convivencia    con personas que han  sufrido  profundas heridas emocionales que no han sanado. 

Están tan presentes y abiertas que muerden. Una herida emocional para que deje de morder y florecer requiere ser reconocida. Identificar los sentimientos y emociones que hacen  que duela. Es como cuando alguien va a la playa y se insola y le aterra que alguien lo abrace porque le duela que lo toquen. Eso también pasa  en lo emocional. Las experiencias pasadas, especialmente en las que hubo agresiones de diferente índole, físicas, emocionales, quedan infectadas y dificultan la relación con los demás.

El poder de las caricias

Sentirse queridos. Don Bosco decía  que no basta con querer a los muchachos, tienen  que sentirlo. Es cierto. Nos podemos esforzar para  que a nuestros hijos no les falte nada  material, pero si no se sienten amados buscarán la atención a través de comportamientos inadecuados, en las adicciones por ejemplo

Dar y recibir amor. Amar es un arte. Requiere formarnos para reconocer y regular nuestras emociones. Si no somos capaces de reconocerlas y aceptarlas podemos reprimirlas y nos harán  una mala jugada. Conocer nuestro mundo emocional requiere que acariciemos lo que somos, sentimos y cómo  nos vinculamos con otros. ¿Si no nos amamos a nosotros  cómo podemos amar a los demás?  

Sentir si es cosa de hombres. Si los niños varones aprenden desde los primeros años a reconocer y expresar sus emociones seguramente crecerán menos violentos. En los índices de violencia por homicidios más de 80% de los casos son varones las víctimas y victimarios.

Nos hace autónomos emocionalmente. Está demostrado que las personas que no se sintieron amadas y fueron víctimas de agresión, abandono, exclusión… son las más vulnerables a caer en fanatismos religiosos o políticos. Su vacío existencial las puede convertir en seres dependientes, manipulables,  sumisas a quien ostenta poder, leales, ciegas con tal de sentirse parte de una ideología  que les permite sentirse incluidos aunque en la práctica no se traduzca en hechos concretos.

Seguimos creciendo juntos    


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/las-caricias-previenen-la-violencia.aspx#ixzz4QenPNYy8

APRENDER A VOLAR, APRENDER A CAER



Fecha: 04-11-2016



Aprender a volar, aprender a caer
La diversidad no se reconoce como valor. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle



La semana pasada representantes del Centro de Estudiantes del colegio San Ignacio comunicaron por las redes sociales su decisión de no participar este año en el tradicional Festival de Gaitas. La decisión la tomaron porque no consideraban que en estos momentos existan las condiciones en el país para realizarlo. Utilizaron la frase "El cambio comienza por nosotros”

Me pareció una decisión valiente que demuestra que nuestros niños y adolescentes no están ajenos a lo que está pasando y cómo afecta sus vidas. No faltó quienes consideraran injusto que debieran renunciar a sus actividades tradicionales, menos en  el período navideño, por una situación de deterioro que no depende de ellos.

También están, entre los que me incluyo, quienes valoramos su disposición de opinar, decidir y demostrar que no son indiferentes o indolentes; dejando solo en manos de otros  la posibilidad de generar cambios de conciencia y sensibilidad.  
 
Vivimos en una sociedad marcada por rivalidades, tensiones, exclusiones.  La diversidad no se reconoce como valor.
Por otra parte, la escuela no ayuda a forma para la administración de éxitos y fracasos. Cuando se obtiene un triunfo, por ejemplo en el deporte,  se generan una serie de emociones: alegría, euforia, excitación… que animan a celebrar y disfrutar, pero también a canalizar porque si no las procesamos adecuadamente y las utilizamos para hacer sentir mal a los perdedores, la agresión puede hacerse presente al provocar sentimientos de rechazo, envidia, rabia…

Es importante aprender a volar, pero también aprender a caer para descubrir nuestras posibilidades, nuestra capacidad para reponernos y superar la frustración y salir fortalecidos de la adversidad.  
  
Sam Keem en su libro Aprende a volar comenta que, seducido por su pasión como trapecista y su deseo de aprender a volar, se había olvidado de un principio fundamental,  aprender el arte de caer.
En otras palabras, prepararse para el fracaso, para asumirlo con dignidad y como parte del proceso de aprendizaje.

Cuando vivimos un fracaso, una serie de emociones nos atrapan: rabia, miedo, desencanto, tristeza, etc. porque no pudimos lograr lo que tanto soñábamos, a pesar de  toda la energía, recursos y esfuerzos puestos en ello. Las expectativas que teníamos,  condimentadas por la imaginación, de pronto por un resultado no esperado. Todo lo que parecía colorido se vuelve gris, turbio. Sentimos que se derrumban todas  las esperanzas, anhelos, proyectos.

¿Qué  podemos hacer para superar la derrota?

Lo primero es reconocer y ponerle nombre a las emociones para aceptarlas  “Tengo rabia, me siento triste, tengo miedo…” Identificarlas, reconocerlas, permite  tomar el control. No es conveniente reprimirlas, evadir la realidad, porque lo más seguro es que nos hagan una mala jugada y, cuando menos imaginemos, por un determinado estímulo, explotaremos y actuaremos violentamente, esa explosión emocional cuando  se da por dentro  nos enferma.

Otra  forma de evadirlas es a través de las adicciones. Nos permiten “olvidarlas” por momentos; pero seguirán ahí, esperando la ocasión para revelarse
.
El duelo es un proceso que, en la medida que lo vivamos conscientemente, lo podemos superar. Comunicarnos, compartir los sentimientos con otros, nos permite hacer catarsis, desahogamos, soltar eso que nos duele, quema o irrita por dentro. Si no logramos desahogarlo, seguramente se afectará nuestra salud física o emocional. La tristeza puede  convertirse en depresión, el temor en pánico, la rabia en un problema digestivo. Para prevenirlo o abordarlo, si no podemos solos, es importante buscar ayuda profesional.

La vida está signada por éxitos y fracasos. Unas veces somos vencedores otras perdedores. Son las oportunidades para ver coronado nuestro esfuerzo o el llamado a revisar qué nos revela el fracaso, qué nos enseña para que la reflexión y la autocrítica nos permitan rectificar con humildad y apertura de corazón.

Seguimos creciendo juntos


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/aprender-a-volar,-aprender-a-caer.aspx#ixzz4QelsiZI3

lunes, 7 de noviembre de 2016

LA DEMOCRACIA ¿DÓNDE SE APRENDE?

¿La democracia se aprende en la escuela?

La política se ha metido en los centros educativos, los estudiantes de los niveles de educación básica hablan en los pasillos, patios, salones… de escasez, alto costo de vida, inseguridad, revocatorio y diálogo

Fecha: 27-10-2016



¿La democracia se aprende en la escuela?
Nuestros niños aprenderán y defenderán la democracia (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


En el libro “Si los pupitres hablaran”, editorial Planeta,  de Fernando Pereira y este servidor, abordamos “el para qué” de la  educación, tema  que  ha  tomado  relevancia a raíz de  la difícil situación sociopolítica que vivimos en el país.

La política se ha metido en los centros educativos, los estudiantes de los niveles de educación básica hablan en los pasillos, patios, salones… de  escasez, alto costo de vida,  inseguridad, revocatorio y diálogo.  Dependiendo del sector social  los argumentos varían; pero en el sentir de cómo nos está afectando a todos hay consensos. 
     
Un espejo de la realidad

Debemos reconocer la tensión y contradicción derivada de los dos roles que la educación desempeña la sociedad. La diferencia entre lo que la educación es efectivamente y lo que desea ser; entre la práctica y los ideales.

La educación se comporta como un reflejo de la sociedad, de lo que es, porque los estudiantes docentes y demás miembros de las comunidad educativa son parte de esa sociedad pero la realidad contrasta con un deber ser lejano y contradictorio. Por un lado se quiere formar a los niños y adolescentes con las mismas prácticas con las que se formó a sus padres y por el otro, se tiene la intención de formar para un ideal, creando un ilusionismo en el que solo se cambian conceptos, nombres y objetivos pero no las prácticas.

El hecho es que la escuela constituye un agente socializador por excelencia y para transformarla, hay que partir de cómo es su realidad, qué se hace en ella día a día.

Resulta evidente que las condiciones físicas, sociales, económicas, familiares, culturales, laborales en las que se ejerce el acto educativo condicionan enormemente las posibilidades de poner en práctica una educación que promueva y defienda la democracia en todas sus formas y espacios para la convivencia.

La escuela debe ser un espacio de formación ciudadana, no proselitista, pero si transformadora de la realidad que nos toca vivir. Es importante  y necesario  que se analice como estamos viviendo la democracia, cómo afecta la concentración y abuso poder en la familia, escuela, comunidades y en el ejercicio gubernamental.

La justicia debe ser aprendida con referentes ejemplos y que generen confianza no en lo que se dice  sino en lo que se hace. La democracia no puede ser un discurso hueco, se necesitan acciones que rescaten y garanticen el funcionamiento de las instituciones que garanticen los derechos de todos sin discriminaciones.

La justicia  debe ser ciega y no discrecional o acomodaticia dependiendo de los intereses de determinados grupos de poder, en otras palabras se aplica cuando conviene y cundo no se pasa  por encima de las leyes e instituciones sin que existan consecuencias. La participación en la toma de decisiones, con diferentes espacios y oportunidades para que cada  quien desde su rol opine, exija, asuma las responsabilidades de sus actos, son condiciones propias de la democracia participativa y protagónica, tal  y como lo plantea nuestra constitución.
Nuestros niños  aprenderán y defenderán  la democracia, no con lo que le decimos sino  con lo que hacemos.      

Seguimos creciendo Juntos  


VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

  Óscar Misle Óscar Misle Los recientes enfrentamientos armados en la Cota 905 y comunidades aledañas y los operativos que se van realizan...