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jueves, 8 de agosto de 2013

ABUSO SEXUAL EN VACACIONES


En la temporada de vacaciones los niños suelen tener más tempo para salir a jugar,  quedarse en casa al cuidado de personas cercanas, participar en algún campamento o actividad  vacacional y puede pasar que el adulto, a quien  se le delegó la responsabilidad  de proteger, se aproveche de la situación para abusar sexualmente de los niños.

No es un secreto que el abuso sexual es cometido, en la mayoría de los casos, por personas de confianza o cercanas que se valen del vínculo para cometer este tipo de abuso.
No se trata de llenarnos de prejuicios, miedos, tensiones, sospechando de todo el mundo. Lo que se busca es prevenir, contando con información que nos permita estar atentos y poder actuar a tiempo.

“SEGURO MATÓ A CONFIANZA”

El abuso sexual se da  cuando un niño o adolescente es usado para la estimulación sexual de un adulto e incluso de un adolescente, con caricias y manoseos, hasta la penetración, así como exponerlos a la pornografía o a escenas sexuales.

Los lugares donde estos abusos ocurren suelen ser aquellos donde más seguros deberían estar los menores: hogar, escuela, centros deportivos, campamentos vacacionales, grupos religiosos.
El abuso sexual puede realizarse con violencia, amenazas, o engaños a cambio de premios como regalos, paseos… Es un delito que hay que denunciar para que se apliquen las medidas, se haga justicia y no se vuelva a repetir.


Es importante enseñarle, desde los primeros años, que su cuerpo le pertenece y que aprenda a diferenciar una caricia afectiva a la erótica,  las que  tienen  como  intención buscar respuestas de tipo sexual.
El infante debe saber que si alguien abusa de él, no es porque se lo buscaron, aunque la persona que abusa le haga creer que es así. El culpable es la persona que agrede.

Según el Art. 34 de la LOPNNA nuestros niños, niñas y adolescentes  tienen derecho a estar protegidos contra cualquier forma de abuso o explotación sexual.

¿Qué podemos hacer?

Enseñarle a nuestros niños y niñas que:

- El abuso sexual es un delito  

- Tienen derecho a decir “NO” a cualquier persona que trate de tocar  sus partes íntimas
- No deben mantener en secreto una situación de abuso o de amenaza aunque la persona que abusa se lo pida
- Los abrazos y los besos son agradables y necesarios entre las personas que se quieren; pero nadie debe pedirles que los mantengan en secreto.
- Cuentan con nuestro apoyo y protección cuando  se sientan acosados o abusados por otros, aunque sean  personas apreciadas y cercanas  al núcleo  familiar
En caso de  abuso sexual de niños se debe denunciar ante la Fiscalía, también se puede acudir al  CICPC o al Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente.

Seguimos creciendo juntos


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/Noticias/Firmas/El-abuso-sexual-no-toma-vacaciones.aspx#ixzz2bQ0Iex5V

LAS MASCOTAS SON PARTE DE LA FAMILIA

En vacaciones, por el  tiempo libre con el que se cuenta y por la necesidad de los niños y adolescentes de recrearse y realizar actividades que los motiven, suele surgir la idea de  adoptar una mascota. Puede ser que deseen tener una mascota como compañía para: cuidarla y darle afecto, tener con quien jugar, compartir su tiempo, porque son hijos o hijas únicos, no pueden salir de la casa, otros amigos las tienen, sienten una atracción por los animales o hay una tradición familiar al respecto.

UNA OPORTUNIDAD PARA INCULCAR VALORES

• Es muy  importante aclarar que una mascota es un ser vivo que requiere cuidados, por lo tanto no es un juguete al que se puede apretar, zarandear, descuidar, o molestar, porque podría reaccionar de manera agresiva si se siente acosado o agredido.

• Una mascota nunca debe sustituir el afecto de sus seres queridos; pero sí requiere de cuidados especiales: hay que darle de comer, mantenerla aseada, no agredirla físicamente, enseñarle hábitos. Es una tarea que requiere dedicación y paciencia.

• Las mascotas, por su misma naturaleza, suelen durar menos tiempo del que quisiéramos; por lo tanto, existe la posibilidad de que puedan morir inclusive estando el niño todavía pequeño. Esta realidad produce un duelo que es importante para su crecimiento y madurez emocional. A veces cometemos el error de no adoptar nuevas mascotas para evitar que el niño sufra cuando el animalito muera. De esta forma le estamos transmitiendo la idea de que la muerte hay que negarla y no estará preparado para el momento en que tenga que sufrir pérdidas de seres queridos.

• Las mascotas nos brindan la posibilidad de formar al niño para que adquiera responsabilidades en el cuidado y protección de las mismas. Suele pasar que mientras son cachorros y están pequeñitos, atrapan nuestro interés; pero en lo que van creciendo van delegando sus responsabilidades a la persona adulta que termina cargándose con el cuidado del animalito.

• Evitemos adoptar como mascotas animales silvestres que sufren porque los sacan de sus ambientes naturales. Puede ser muy atractivo para el niño criar un monito porque le parece gracioso y no sabe que crecerá, necesitará espacio para movilizarse y se podrá volver agresivo porque se está violentando su estilo de vida, cosa que no pasa con los animales domésticos porque ya están acondicionados para convivir con humanos.

• Si el niño no tiene la capacidad de autocontrolarse, agrede y molesta a los animalitos y no se responsabiliza por ellos, es necesario plantearle que en esas condiciones no podrá seguir conviviendo con su mascota, situación nada conveniente porque regalar una mascota es hacerle daño a un ser vivo que ya se apegó y que también sufrirá con el cambio de ambiente.

• Una mascota requiere cuidados, especialmente cuando están pequeñas y, por su misma condición necesitan jugar, morder, arañar, romper, ensuciar… estos comportamientos propios de un animal pequeño pueden desesperarnos e impulsarnos a salir de la mascota. Hay que tener paciencia y saber que en la medida en que la vayamos educando serán cada vez menores los problemas que puedan causar y pueden ser motivo de alegría al contar en la familia con un miembro más que nos regale su amor, compañía, lealtad y alegría.

Seguimos creciendo juntos


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ACOSO ESCOLAR POR INTOLERANCIA A LA DIVERSIDAD

La intolerancia o irrespeto a la diversidad no es otra cosa que nuestra incapacidad de aceptar que somos diferentes porque pensamos y nos comportamos de distintas maneras. Excluimos a quienes no son, piensan o actúan como nosotros, rechazamos a las personas por su color de piel, su contextura física, sus gustos o intereses, su religión, su forma de hablar, su forma de vestir e incluso por su rendimiento académico. Lo vivimos en las familias, centros educativos, comunidades y sociedad en general.

Nuestros hijos y estudiantes, ante la necesidad de sentirse populares, pueden utilizar el acoso escolar para discriminar a los que no son sus iguales, o perciben diferentes. De hecho, con frecuencia en los salones existen diferentes grupos que se constituyen porque tienen gustos o intereses similares, y a veces también problemas parecidos.

No es raro escuchar cómo los diferentes grupos (“nerds”, “gallos, “x”, “invisibles”, “populares”, “sifrinas”, “tuquis”) comparten un mismo salón pero no se relacionan ni comunican entre sí; al contrario, compiten, se agreden, se ignoran. Se genera violencia y se dificulta la convivencia escolar.

Las patas del pupitre

Se utilizan las bromas y los chistes para ofender a otros estudiantes. Con los sobrenombres y apodos se humilla  al otro porque, aunque decimos que se emplean “con cariño”, nos valemos de una condición física (blanco, negro, gordo, pequeño, grande, bonito, feo...) para  sustituir sus nombres.

Existen estudiantes que no se afilian a los grupos existentes por diferentes razones y los compañeros los estigmatizan como antisociales y justifican excluirlos, rechazarlos e incluso agredirlos por su forma de ser. Se parte de la idea de que si no te asocias a uno de los grupos no estás en nada.

Todos los niños, niñas y adolescentes deben gozar de todos sus derechos sin discriminación por raza, color, sexo, edad, idioma, pensamiento, conciencia, religión, creencias, cultura, opinión política, posición económica, origen social, étnico, discapacidad, enfermedad o cualquier otra condición nuestra o de nuestros familiares  tal y como  lo contempla Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, LOPNNA (Art. 3). Sin  embargo en la práctica la ley se  queda  en un enunciado carente  de aplicación práctica.

La discriminación es una agresión psicológica que socava nuestra dignidad y autoestima. No la podemos promover ni tolerar en nuestras familias, centros educativos, deportivos, religiosos, comunitarios.
El acoso como una expresión de intolerancia, discriminación, exclusión, exige para la prevención poner en práctica a las cuatro patas del pupitre: formación, participación, coordinación y permanencia.  

Seguimos Creciendo Juntos


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VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

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