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viernes, 11 de abril de 2014

EL AMOR EN TIEMPOS ADVERSOS @oscarmisle

Por: Óscar Misle, @oscarmisle


El amor en tiempos adversos
El amor es difícil pero no imposible. (Créditos: Shutterstock.com)

En estos momentos por los que atraviesa el país necesitamos sentir el amor de nuestros seres queridos. Sabemos que nos quieren, pero ahora más que nunca necesitamos sentirlo
En nuestra experiencia de trabajo con niños y adolescentes es común  constatar lo solos que se sienten emocionalmente en los momentos en que surgen los conflictos. Recuerdo que en una actividad con estudiantes de 5to grado (10 a 11 años), uno de los niños se levantó y dijo: “Esas  actividades  formativas que ustedes hacen no deberían hacerlas solo con nuestras familias,  tendrían que realizarlas con nuestras nanas o las señoras que trabajan en nuestras casas. Son ellas quienes nos cuidan y con quienes pasamos la mayor parte del día. Mi papá cuando llega me encuentra dormido. Mi mamá cuando regresa del trabajo solo tiene tiempo para darnos la comida y mandarnos a dormir, casi no hablamos”. El resto del  grupo asintió con la cabeza.

Sabemos que detrás de la soledad  puede estarse gestando la  herida del abandono, esa sensación de no sentirse querido, atendido e invisible emocionalmente. Valdría la pena preguntarle a nuestros seres queridos si se sienten amados. En un primer momento quizás respondan que sí, y argumentaran que no les falta lo necesario; pero posiblemente en el fondo sienten que carecen de lo esencial.

Ciertamente en momentos de crisis nuestro estado emocional nos rapta y  no hacemos otra cosa que pensar en lo que está sucediendo afuera y descuidamos lo que pasa en la intimidad del hogar. Sabemos que cuando más necesitamos expresiones de amor es en los momentos difíciles, en esas  circunstancias  en las  que nos sentimos solos, con miedo o impotencia porque lo que sucede escapa de nuestro control.

Son esas circunstancias en las que nuestros hijos necesitan sentirse protegidos, en un clima que les haga sentir que a pesar de las situaciones adversas estamos unidos para apoyarnos. Seguramente en nuestra historia personal, cuando  hemos tenido crisis por separaciones, duelos, diagnóstico de una enfermedad personal o de algún ser querido, pudimos superar el tsunami emocional gracias a la presencia de amigos y familiares que nos apoyaron y acompañaron e hicieron que nos sintiéramos queridos en esas situaciones adversas.

Son las situaciones difíciles las que nos permiten crecer, personal y socialmente, nos permiten descubrir nuestras fortalezas e inclusive sirven de “cable a tierra” para tocar realidad, en un momento en el que la frivolidad, la vida light y el confort. Lo instantáneo no nos da la respuesta que necesitamos, debemos recurrir a otras fuentes como la fe, el esfuerzo y el compromiso para  movilizarnos y salir de nuestra zona de confort y, con dolores de parto, descubrir quién soy, para dónde voy y con quiénes. Sin dejarnos llevar por cantos de sirenas  que lo  que logran es generar muchas frustraciones
.
Todo en la vida pasa, ser optimista no es desprendernos de lo que acontece, creando una ilusión o fantasía que se estrella muy rápido de la realidad. Ser optimista es tener la capacidad de leer las señales que nos muestra el entorno para tomar el timón,  con mapas de navegación ajustado a la realidad y posibilidades, para generar cambios personales y sociales que se sustenten con la perseverancia y la convicción de que todo cambia en la medida que cambiemos y asumamos el compromiso de seguir tras nuestros  objetivos y sueños. Nadie, por más poder que tenga, nos los puede castrar. Cuando descubrimos nuestro poder interior la adversidad se convierte en una oportunidad y  posibilidad de transformación que no tiene vuelta atrás.

Seguimos creciendo juntos    


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lunes, 7 de abril de 2014

LA FRUSTRACIÓN Y LOS NUEVOS ESCENARIOS

Por: Óscar Misle, @oscarmisle



La frustración y los nuevos escenarios
La frustración se puede combatir. (Créditos: Shutterstock.com)

La frustración la vivimos en momentos y circunstancias diferentes desde lo más  simple hasta lo más complejo. Si vamos a  ver una película de las  ganadoras del Óscar con muchas expectativas, puede pasar que una vez que estoy frente la pantalla lo que veo, escucho y pienso no se corresponde con lo que esperaba y siento una desilusión porque la ilusión se diluyó y salgo frustrado. 

Cuando nos enamoramos solemos colocar a la persona que nos gusta una serie de atributos, que no tienen que ver con quien realmente es; pero que me encantaría que los tuviese. En la medida que avanza la relación se va desvaneciendo el manto sagrado que le coloqué y aparece la persona que realmente es y el desencanto aparece en escena.

La frustración genera, entre muchas otras cosas, tres formas con las  que se suele reaccionar. Una forma es con la agresividad, haciendo que la ira flote y tome la palabra con insultos, descalificaciones y golpes ante el objetivo que causó la frustración. Un ejemplo concreto y cercano es la reacción de quienes  sienten  que  sus protestas no son atendidas ni escuchadas y buscan cualquier medio para expresar su rabia. 

La segunda forma de reaccionar es la huida. Como el nombre indica, se utiliza la evasión como mecanismo para escapar y no asumir lo que sentimos y preferimos reprimir las emociones y sentimientos.

Finalmente, la tercera forma de reaccionar ante la frustración es la sustitución. Se  cambia la situación por otra que no produzca tanta angustia o desesperación.

Cada quien elegirá el camino que considere mejor para su estado anímico. Es importante tener claro si lo que deseamos es desahogarnos, hacer catarsis o vengarnos, la primera será la salida aunque el remedio sea peor que la  enfermedad. La huida puede significar  un “alivio” al no enfrentar  la realidad; pero  la procesión ira por dentro y la salud puede pasar factura y el cuerpo gritará lo  que la boca calla. La tercera salida puede abrir otras posibilidades buscando  alternativas en las que puedan existir condiciones más reales y convenientes   para lograr los objetivos, esto nos lleva a preguntarnos: ¿Lo que quiero son sucesos o procesos? Cuando decimos sucesos son esos acontecimientos  rápidos, casi instantáneos, que cambien radicalmente la realidad sin que se den los procesos necesarios para que el resultado final se parezca a lo que realmente  deseo, necesito o sueño. 

Cuando se produce una  frustración es importante hacerse preguntas: qué  fue lo que no funcionó, cuáles fueron las principales barreras, las estrategias  utilizadas.
Según Jorge Bucay hay tres preguntas importantes que nos debemos hacer: ¿Quién soy? ¿Para dónde voy? y ¿Con quién o quiénes?  Según él deben ser respondidas en ese orden. Si no sabemos quiénes somos, qué realmente deseamos y para dónde queremos ir, posiblemente nos asociemos con alguien que nos desvíe del camino.

Seguimos creciendo juntos   


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CUANDO LAS AULAS DEJEN DE SER JAULAS

 




Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Cuando las aulas dejan de ser jaulas
Las aulas de clases se mudan a la calle. (Créditos: Shutterstock.com)


En un encuentro de formación con un grupo de familias de la Gran Caracas, a las siete de la mañana, antes de entrar  al salón de reuniones, nos tocó ser parte  de  “una marcha”. Ese recorrido que hacían los estudiantes, con sus rostros somnolientos, para entrar a sus salones de clase.
Cada estudiante cargaba o arrastraba su morral. De tanto llevarlo a cuestas se convertía en una ventosa de diferentes tamaños, colores, marcas, pesos, texturas y modelos… Nos surgió la pregunta: ¿Qué traerán en ese morral? No nos referimos a cuadernos y lápices.
Nuestro próximo libro, en proceso de edición, se llama “Cuando las aulas dejen de ser jaulas” inspirado en esos salones de clases, pintados de gris, del mismo color y olor de esa educación descolorida que no llega al corazón.  Alejada de la vida, donde solo se vale memorizar y poco se valora el sentir, disentir, crear, opinar y soñar.

 A esas aulas-jaulas, tienen que entrar los estudiantes arriados como  ovejas  por el docente de turno, quien también llevaba su carga a cuestas.
Cuantas emociones y sentimientos generados por lo que ven y escuchan, se  quedan atrapados en su morral, arrastrado mecánicamente, para meterse en su jaula, perdón, en el aula, posiblemente hacinada de pupitres sin tiempo ni espacio para compartir e intercambiar lo que viven, sienten y piensan.

Si esa carga emocional no se libera, posiblemente hará que la violencia entre en las aulas. Los estudiantes comenzarán a agredir, verbal y  físicamente a los demás. Cuando regresen a sus casas ¿pesará menos su morral?, ¿estarán llenos de nuevas vivencias? Posiblemente no las podrán liberar porque tampoco sus familias tendrán tiempo ni disposición para compartir.
El que los niños y niñas no nos lo digan,  no quiere decir  que capten lo que está sucediendo en el entorno. Son pocas las oportunidades que tenemos para conversar con nuestros hijos, para  conocer cómo perciben lo que pasa en el país. Momentos que nos dan la posibilidad de formarlos como personas y ciudadanos.

Responder inquietudes
    Sería interesante preguntarles: ¿Si tú fueras presidente qué harías por el país, por la comunidad, por tu escuela? Seguramente nos quedaríamos asombrados de sus respuestas y nos darían pie para reflexionar sobre sus miedos, dudas,  anhelos, deseos y sentimientos.
        Una amiga periodista me comentó que su hijo y un compañero (10 y 11 años) estaban buscando  en internet si lo que está pasando en el país ha sucedido en otros países. Quería saber cómo se vive en las democracias y cómo son las dictaduras. Asombrada les preguntó si se trataba de alguna tarea del colegio. Su hijo le respondió: “Nada que ver, estamos investigando para entender esta contradicción que estamos viviendo”.

Tienen mucho que decir
    Hemos sabido de experiencias en las que los maestros plantearon el tema y en algunas circunstancias los docentes no pudieron ocultar su preferencia política, se corre ese riesgo; pero en la mayoría de los casos conversaron qué es la democracia, cómo los ciudadanos pueden hacer valer sus derechos en paz y sin violencia, cumpliendo con sus responsabilidades. Nos comentaron que fue unaexperiencia formativa e interesante porque estaba directamente relacionada con lo que estamos viviendo.  

Seguimos creciendo juntos



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VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

  Óscar Misle Óscar Misle Los recientes enfrentamientos armados en la Cota 905 y comunidades aledañas y los operativos que se van realizan...