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jueves, 27 de octubre de 2016

HERIDOS POR DESAMOR



Fecha: 16-06-2016



Heridos por el desamor
"No basta quererlos tienen que sentirlo", Don Bosco. (Créditos: Archivo)
Por: Óscar Misle, @oscarmisle


Somos expertos creando argumentos para justificar la falta de atención y tiempo que requieren nuestros seres queridos para sentirse amados. Ya Don Bosco lo expresaba cuando decía “A los muchachos no basta quererlos, tienen que sentirlo”.

En el amor hace falta darles estabilidad a las cuatro patas del “taburete del amor”. Atención, tiempo, intención y actitud. Atención para que nuestros seres queridos sientan que existen. Tiempo para que sientan que nos importan.  Intención para que lo que  hacemos o decimos esté conectado con lo que sentimos. Actitud para demostrarles con nuestros gestos y expresiones que nos importan.

Con mucha frecuencia escuchamos e incluso decimos: “lo que importa es la calidad y no la cantidad del  tiempo”, lo aplicamos con nuestros  hijos; pero no con la pareja. Si le dijéramos a nuestra pareja que solo tendremos para ella media hora de “calidad” seguramente nos dejaría o nos sería infiel buscando el tiempo de atención en otros brazos, pero nuestros niños deben aceptar ese tiempo reducido  que le ofrecemos.

En nuestra experiencia de trabajo con niños y adolescentes es común constatar lo solos que se sienten. Recuerdo que en una actividad con estudiantes de 5º grado (10 a 11 años), uno de los participantes se levantó y dijo: “esas actividades  formativas no deberían hacerlas solo con nuestras familias, tendrían que realizarlas con nuestras nanas o señoras que trabaja en nuestras casas. Son ellas quienes nos cuidan y con quienes pasamos la mayor parte del día”.  

“Mi papa cuando llega ya estoy dormido. Mi mamá cuando regresa del trabajo solo tiene tiempo para darnos la comida y mandarnos a dormir, casi no hablamos”. El resto del grupo asentó con la cabeza.

Sabemos que detrás de la soledad puede estarse gestando la herida del abandono, esa sensación de no sentirse querido, atendido e invisible emocionalmente. Valdría la pena preguntarle a nuestros seres queridos si se sienten amados. En un primer momento quizás respondan que si, y argumentarán  que no les falta lo necesario, pero posiblemente en el fondo sienten que carecen de los esencial.

Vivimos una situación muy difícil en el país. Ahora más que nunca necesitamos apoyarnos emocionalmente. El estrés, frustración e impotencia por todas las carencias alimentarias, sanitarias, inseguridad, atentan contra nuestra salud mental. El clima de hostilidad puede afectar la convivencia familiar y escolar. Necesitamos contar con el apoyo emocional para drenar todas las tensiones, inclusive apoyo profesional, cuando no podemos autorregularnos emocionalmente y nos hagamos daño a nosotros y a los demás.

No se trata de meternos en una burbuja o campana aislante, pero sí de tener treguas que nos permitan desconectarnos de las noticias, especialmente cuando estamos en familia, a la hora de la comida y cuando nos vamos a la cama.

Nuestros hijos necesitan sentir que, a pesar de las dificultades, el amor familiar prevalece y no está en riesgo.

Escuchar música, ver una película juntos, comentarla, orar, meditar, hacer ejercicios y conversar de temas que sean estimulantes pueden ayudar a mantenernos lo más sanos posible en medio de la adversidad.

Seguimos creciendo juntos 


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