Por: Óscar Misle, @oscarmisle
Las diferencias entre lo que significa ser hombre o mujer es un tema que se presta a muchas especulaciones, generalizaciones con el riesgo de caer en estereotipos que pueden traducirse en interpretaciones ligeras que más que ayudarnos tienden a confundirnos.
Si existen diferencias, pero con los mismos derechos. Si lo analizamos desde el punto de vista biológico, ciertamente hay claras diferencias entre el hombre y la mujer. Para nadie es un problema aceptar que el hombre tenga pene y testículos o que la mujer tenga senos, vulva, vagina… La cosa es más compleja cuando se trata de asumir diferencias en la forma en que expresan sentimientos y emociones los hombres y las mujeres.
No todos los hombres son iguales, tampoco las mujeres, sin embargo no se puede obviar que existe una construcción social del género. Se define culturalmente sobre lo que es o no masculino o femenino. Se pone en evidencia en la forma en que se vive la sexualidad, que no es solo genitalidad. Tiene que ver en cómo estructura la personalidad, la identidad sexual… Podríamos hacer una larga lista de condicionantes que hacen que hombres y mujeres, independientemente de su orientación sexual, tengan respuestas emocionales diferentes frente a situaciones similares.
Con estas representaciones sociales de cómo se ven, sienten y viven los comportamientos asignados y promovidos culturalmente al género nos toca convivir en la familia, escuela, comunidad…
¿Dónde está papá? Para algunos varones puede resultar complicado, cuando son adultos, asumir ciertas tareas en el hogar. De pequeño aprendieron que esas labores eran cosas de mujeres. Ciertamente los tiempos han cambiado, pero es mucho el camino que queda por recorrer.
En el programa de radio “Lo mejor de todo” transmitido, a medio día, por Onda la Súper Estación, conducido por Viviana Gibelli a quien tengo el honor de acompañar en una sección los días miércoles llamada “Pequeñas confidencias. Los protagonistas son un grupo de niños y adolescentes. Cuando abordamos temas relacionados con la crianza, la figura que sale a relucir es la mamá y muy poco se menciona al padre. Cuando intencionalmente preguntamos: ¿Dónde está papá? Se sonríen y nos dicen: “está trabajando”. Una de las adolescentes comentó: “Cuando mi papá llega y quiero contarle algo mi mamá me dice que no lo moleste porque está cansado”
En los talleres algunas madres nos comentan: “el colabora conmigo” en lugar de decir el comparte las tareas de crianza conmigo.
Cuando nos invitan a alguna actividad con familias centros educativos, la asistencia mayoritaria es de mujeres. Solo asiste uno que otro padre.
La presencia y participación el padre en la crianza es muy importante y necesaria, tanto como la de la madre. Su ausencia puede crear orfandad emocional, especialmente en lo varones que aprenden a ser hijos, pero no padres. No tienen referentes sobre lo que significa ser no solo un proveedor material sino también emocional.
Los niños aprende con lo que ven, aprenden qué significa ser papa o mamá con los ejemplos, con los juegos en el preescolar, con lo que ven en los medios de comunicación.
Es importante revisar los patrones de crianza: ¿Tienen las niñas las mismas oportunidades que los varones? ¿Tienen los mismos derechos, deberes y responsabilidades?
Seguimos creciendo juntos
Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/noticias/firmas/ser-padres.aspx#ixzz3SxSnqR1a
No hay comentarios:
Publicar un comentario