Páginas

jueves, 19 de agosto de 2021

CUANDO QUIEN PARECE NO ES

 

Óscar Mise

 Luz Marina (16 años) conoce a Germán por internet e inicia una amistad a través del chat. Se transforma en una  relación amorosa, incluyendo ya no solo el vínculo vía internet sino por otras vías como el whatsapp.

En un principio, Germán le hace sentir que comparte sus mismos intereses. A medida que avanza la relación, le confiesa tener 20 años; luego admite tener en realidad 25 años. Eso la sorprende,  no le agrada que le mienta. Pero Germán le hace creer  que la ama, que le gusta mucho, que está muy interesado en conocerla personalmente.  

Acuerdan  reunirse. Al encontrarse, Luz Marina se da cuenta de que seguía mintiéndole. Es mucho mayor de lo que había admitido. Al menos tendría 35 años de edad.

Germán   intenta calmarla diciéndole que la edad no importa; que no debe preocuparse por lo demás. Se asegura de que esa tarde sea lo más agradable posible para Luz Marina.  Cuando vio que se habían dado las condiciones la llevó a un motel donde la presionó para tener relaciones sexuales. Después  que logró su cometido, desapareció sin dejar rastro. Luz Marina fue víctima del llamado grooming 

¿Qué es el grooming?

Es un término en inglés para referirse a la práctica de abuso y acoso sexual por parte de personas adultas que se valen de las tecnologías para  ubicar a sus víctimas, niños, niñas o adolescentes, ganando su confianza haciéndose pasar por alguien de su misma edad o un poco mayor.

Se valen de la información publicada por la víctima en las redes para entablar conversaciones que les atraigan haciendo mención a su afición por un cantante, deporte o pasatiempo. Si la víctima se encuentra sola  o necesitada de atención y afecto estos “depredadores emocionales” tienen la habilidad de generar la conexión para que el chico o la chica se sienta valiosa, inteligente, atractiva, se le toma en cuenta…

El grooming es utilizado por pederastas que, paso a paso, van ganando la confianza para obtener información sobre la familia, amigos, fechas especiales, gustos,  lugar de estudios, temores e inseguridades. Pueden presionar hasta que acceda al envío de fotos, videos o poses en la webcam donde va a resaltar lo bella o bello que es e invitará a que le muestre una imagen en ropa interior presionando para que después sea de poses con semidesnudos o desnudos.

Guardará estas imágenes que en algunos casos le servirán para extorsionar social y emocionalmente a la víctima con la amenaza de enviar las fotos, videos o sonidos a familiares, conocidos o publicarlas si no se hace lo que le ordena. Se puede presionar para el pago de sumas de dinero o para el encuentro en un lugar señalado por el acosador.

Primeros pasos y recomendaciones

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina recomienda cuando se presentan estos casos:

“No borrar ningún contenido de la computadora o celular: las conversaciones, imágenes y videos que el acosador y la víctima hayan enviado deben ser guardados como prueba. Se recomienda incluso hacer capturas de pantalla y guardarlas en formato digital o impreso.

No denunciar al perfil acosador en la red social o plataforma web: al hacerlo, el administrador del sitio web puede bloquear al usuario y generar una pérdida de la información necesaria para realizar la investigación. Al ser bloqueado, el abusador puede con gran facilidad crear un nuevo perfil y continuar realizando el delito con otras víctimas.

No amenazar o increpar al acosador: a pesar del enojo lógico, esta actitud puede generar que el acosador se aleje de la víctima, lo que dificultará la tarea de localización para los investigadores”.

¿Qué podemos hacer las familias?

Puede pasar  que los padres estén completamente desinformados sobre lo que le pasa a sus hijos. La familia es clave en este proceso de formación para la prevención. Podemos explicarles  que utilizar internet es como salir a la calle. Hay que estar alerta por dónde circulas, con quién te comunicas, con qué o quién  te recreas.

Enfatizar  sobre la  importancia de pensar antes de enviar. Es importante apoyarlos para que tomen consciencia de  que lo que se  publica en internet o sale de tu propio celular, se convierte en irrecuperable, escapa para siempre de nuestro control y puede llegar a muchos en cualquier momento.

Analizar que recibir la imagen de una persona no te da derecho a distribuirla. El hecho de contar con una fotografía o vídeo en nuestro celular no significa que tengas derecho a hacer con ella lo que nos provoque pues puede afectar irremediablemente la vida de un compañero o compañera.

Denunciar cuando son víctimas de ciberacoso. Desde pequeños deben saber que siempre contarán con nuestra confianza; que les creeremos. Si algún adulto o adolescente utiliza las redes sociales para dañar, desprestigiar, ofender, humillar… es necesario que se haga la denuncia.

Puede ser que la ira o la rabia nos embarguen y queramos actuar de manera hostil para vengarnos y lejos de avanzar; muy por el contrario empeoraremos aún más las cosas. Es conveniente que no nos traguemos lo que sentimos. Podemos comunicarlo a personas cercanas de confianza,  y de esta forma conseguir la serenidad necesaria para pensar y actuar.

Hay que buscar apoyo profesional si reconocemos que nosotros o nuestro adolescente necesita apoyo especializado para abordar lo sucedido

Hasta la próxima resonancia

ABUSO SEXUAL DE ADOLESCENTES


 Óscar Misle.

El tema del abuso sexual se volvió viral cuando una cuenta de Instagram señaló al cantante de la agrupación Los Colores, Alejandro Soto,  de mantener relaciones sexuales con al menos seis menores de edad. Pronto  comenzaron a difundirse otras denuncias de  otros integrantes de grupos musicales.

El canal de la denuncia utilizado fue a través de las redes sociales. Toca a los organismos competentes investigar para determinar las responsabilidades legales y  las correspondientes sanciones.

¿Qué es el abuso sexual?

Es toda acción en la que una persona con más poder utiliza a otra para satisfacerse sexualmente. En este artículo haremos énfasis en el caso de  que los abusados sean adolescentes.   El abusador puede realizar el acto mostrando los genitales, invitando a ver películas pornográficas o grabar videos de contenido sexual, así como con manoseos, masturbación, penetración oral, anal o genital con objetos o partes del cuerpo (dedos, pene). La violencia sexual también se expresa a través de la explotación sexual cuando los y las adolescentes son utilizados para obtener dinero o cualquier otro beneficio a cambio del intercambio sexual.

El abuso sexual puede realizarse con violencia, amenazas, engaños o a cambio de privilegios, premios.

¿Educamos para la  prevención?

No se habla del tema sino cuando surgen los problemas. No hay o es muy débil la prevención. La educación sexual que se da en los planteles suele centrarse en lo biológico, reproductivo y para evitar las infecciones de transmisión sexual;  no se imparte como eje transversal en los diferentes niveles de educación. 

La naturalización de la violencia también toca lo sexual. Se asume como normal que el varón pueda presionar a la chica para que tenga relaciones sexuales u obligarla a que no utilice protección en nombre del amor.  Desde la adolescencia comienzan a realizarse abusos que no son percibidos por ellos como hechos violentos. 

Un delito cuyo cómplice es el silencio. La Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (LOPNNA) establece que quien realice o participe en actos sexuales con adolescentes, sin su consentimiento, será penado; sin embargo, hay que considerar que no siempre el o la adolescente está preparado para defenderse del acoso de otras personas adultas y detrás de un aparente consentimiento puede haber miedo, vulnerabilidad, intimidación.

También los varones son víctimas de abuso. Ciertamente quienes son más agredidas sexualmente son las mujeres; pero también se da la violencia sexual contra varones y tiende a silenciarse especialmente cuando es perpetrada por otro hombre, por temor a que se pueda poner en duda la orientación sexual de la víctima por todos los prejuicios sociales existentes.

Poco se habla sobre el abuso sexual. Por desconocimiento los adolescentes pueden ser víctimas de hostigamiento sexual, personal o virtual, pudiendo sufrir un daño físico o emocional.

Los medios de comunicación social, la TV, internet pueden presentar información que confunda a los adolescentes en el ejercicio de su sexualidad.

En las familias y centros educativos son pocas o nulas las oportunidades, con algunas excepciones, para hablar sobre este tema.

¿Por qué no denuncia?

A la víctima de abuso o acoso sexual  le cuesta denunciar porque siente miedo a las represalias que puedan tomar el acosador o allegados, porque siente culpa por no haber evitado el abuso, siente vergüenza de sí mismo por el peso ético y moral que tiene la sexualidad sobre las personas, porque desconfía del sistema y piensa que la denuncia no va a proceder o simplemente por un mecanismo de defensa como negación para inconsciente evadir la situación. Suele suceder que después de años la víctima logra tener el valor para denunciar asumiendo el costo de exponerse socialmente.

¿Qué podemos hacer?

Informar y formar sobre salud sexual y reproductiva. Según la ley, todos los adolescentes tienen derecho a ser informados sobre su sexualidad para que puedan adquirir una conducta sexual, una maternidad y paternidad responsable, sana, voluntaria y sin riesgos. Se deben garantizar servicios y programas que sean accesibles económicamente, confidenciales y que resguarden el derecho a la vida privada de los adolescentes. Los y las adolescentes mayores de 14 años tienen derecho a solicitar y recibir por sí mismos los servicios (Art. 50 LOPNNA).

Denunciar situaciones de violencia sexual. Estas prácticas constituyen un delito que no puede ser resuelto a través de conciliación o negociación con el victimario. Si la víctima es un adolescente puede hacer la denuncia y solicitar apoyo en un Consejo de Protección para que la Fiscalía realice el procedimiento correspondiente o denunciar directamente ante Ministerio Público o CICPC. Si el victimario es un adolescente, a partir de los 14 años, debe dar cuenta de sus actos ante el Sistema Penal de Responsabilidad del Adolescente. No basta con hacer la denuncia y que se determinen los responsables. Es necesario que la víctima cuente con apoyo y tratamiento psicológico oportuno.

Promover actividades formativas. En los centros educativos se pueden realizar cine foros, grupos de reflexión e intercambio, campañas, obras de teatro… en los que se pueda plantear la problemática de la violencia sexual: cómo se manifiesta, cómo se sienten los involucrados, dónde acudir para solicitar información. De igual forma se pueden realizar trabajos de investigación o tener contacto con expertos que orienten sobre la violencia de género.

Revisar cómo son nuestras relaciones de pareja. Puede ser que, sin darnos cuenta, seamos víctimas de violencia sexual cuando nos sentimos obligados a hacer lo que no deseamos por complacer las demandas sexuales de la pareja, especialmente cuando se utiliza la violencia como forma de coacción. Culturalmente, no con poca frecuencia, se da el caso de la pareja que por estar  unida en matrimonio o tiene un compañero o compañera  estable piensa que las agresiones sexuales deben ser toleradas y no pueden ni deben ser denunciadas.

Hasta la próxima resonancia

CONFINAMIENTO Y SALUD MENTAL



Óscar Misle

En uno de los encuentros realizado por Cecodap “Los adolescentes toman la palabra”,  una adolescente expresó: "Nos hemos ingeniado para enfrentar los desafíos que nos coloca esta situación, nuevas formas de recibir clases, fallas eléctricas, sin embargo el gran desafío es ¿Qué pasará después de esta pandemia? ¿Cómo será nuestra relación con las personas? ¿Será lo mismo que antes? " Aris Abreu, 14 años.

El martes, 4 de mayo, Cecodap presentó su más reciente informe: Somos Noticia – Capítulo Salud Mental (2020 – 2021). Las estadísticas forman parte del trabajo del Servicio de Atención Psicológica (SAP) Crecer sin Violencia, Las cifras dan una mirada a la salud mental de esta población que tuvo que atravesar una pandemia en condiciones de una  emergencia humanitaria compleja.

El informe destaca  la importancia central que tiene el derecho a la salud mental en el desarrollo de la vida de los niños, niñas y adolescentes. “Hoy debemos alzar la voz a fin de que sea visibilizada la cara oculta de la pandemia: el sufrimiento emocional”, destaca Abel Saraiba, responsable de la realización del informe.

Al inicio de la pandemia Cecodap  alertó sobre el potencial efecto e impacto que tendría el confinamiento en la salud mental de niños, niñas y adolescentes. Después de más de un año podemos afirmar con datos que nuestros sus temores eran ciertos. En un contexto complejo de cuarentena, educación a distancia y fallas de servicios básicos

El SAP cerró el primer trimestre de 2021 con:

-       49% de casos atendidos que presentan alteraciones del estado de ánimo

-       25,93%,  del 49% presenta riesgo suicida

Aumento de solicitudes

El impacto de la pandemia se refleja en la cantidad de solicitudes de atención psicológica. A partir del mes de marzo se elevó la cantidad. Los tres meses con mayor número de solicitudes en el año 2020 fueron julio (105), agosto (99) y octubre (73). 

Los picos en solicitudes coinciden con el período vacacional escolar en Venezuela. Es importante resaltarlo, puesto que con la conjunción de dicho período, las restricciones y el confinamiento se pudo apreciar una mayor demanda de las familias en la búsqueda de atención psicológica para los niños, niñas y adolescentes.

Persisten las alteraciones de ánimo

De acuerdo al Informe el SAP  ha ofrecido más de 7.512 consultas de atención psicológica gratuitas, de las cuales 4.365 fueron en 2020. 

-       66% de las personas atendidas en 2020 corresponde a niños, niñas y adolescentes.

Tras un año de pandemia es posible afirmar que el principal efecto de la pandemia, relacionado a la salud mental, son las alteraciones en el estado de ánimo:

-2017 24%  

-2020 39%.

Un dato asociado a este motivo de consulta es la ideación suicida (pensamientos de muerte, ideación suicida estructurada o no estructurada) refleja que 1 de cada 5 personas atendidas que presentan alteraciones del estado de ánimo presenta algún tipo de ideación suicida.

Aunado a esto, hubo un incremento para 2021 de este indicador: pasó a estar presente en 25,93% de pacientes.

Violencia en casa

12% del total de pacientes atendidos dijo haber sufrido alguna forma de violencia. Los tipos de violencia reportados son:

  1. Sexual: 34% de los casos
  2. Acoso escolar: 25% de los casos
  3. Intrafamiliar: 19% de los casos
  4. De género: 19% de los casos
  5. Violaciones de derechos humanos: 3% de los casos

 

Abuso sexual

El confinamiento ha llevado a que se prolongue el contacto entre niños, niñas y adolescentes y sus agresores, los cuales se encuentran la mayoría de las veces en el entorno cercano de estos

Castigo físico.

-       18% de los niños atendidos fueron víctimas de castigo en 2020.

-       34%  de ellos son castigados físicamente por su comportamiento en el hogar. 

En la familia hay una necesidad importante que el niño sea obediente. Pero muchas veces ese enfoque basado en la obediencia puede terminar en el uso de la violencia en la crianza.

Derecho a la salud mental.

Cecodap mantiene entre algunas de sus recomendaciones:

-       Establecer una política pública en materia de salud mental dirigida a la protección de niños, niñas, adolescentes y sus familias: integral, sostenida, planificada y con recursos suficientes y mecanismos de monitoreo y evaluación bajo una perspectiva de derechos humanos

-       Fortalecer las capacidades del sistema educativo para la promoción de la salud mental: implementar estrategias de formación al personal docente e incluso desarrollar acciones de salud mental y apoyo psicosocial dirigidas a estos.

-       Fortalecer la capacidad del sistema de protección frente a situaciones de violencia y vulneración de derechos: incrementar las capacidades operativas, técnicas y financieras. Todo ello conforme a lo dispuesto en la Lopnna.

-       Garantizar los servicios psicosociales con especial énfasis en niños, niñas y adolescentes con condiciones psiquiátricas: Incrementar servicios de hospitalización, atención ambulatoria, acceso a medicamentos especializados y protocolos de atención bajo criterios técnicos y bioéticos.

-       Publicar y difundir los datos del sistema público de salud que permitan contribuir a dimensionar las necesidades de la población en materia de salud mental.

-       Implementar en los centros educativos servicios de salud mental y apoyo psicosocial.

-       Fomentar programas de fortalecimiento familiar para ofrecer soporte psicosocial a las familias.

 

Hasta la próxima resonancia


LA SOLEDAD DESOLADA



Óscar Misle 

En uno de los  encuentros de “Los adolescentes toman la palabra”, realizado por Cecodap  vía Zoom, con más de  50 adolescentes de diferentes centros educativos del país, conversábamos sobre cómo estaban viviendo el confinamiento, cómo los afectaban…”Yo me he sentido muy solo a pesar de tener más tiempo con mi familia. No entienden lo que estás sintiendo, lo que pasa por tu cabeza, no lo sé explicar muy bien, pero me siento solo acompañado” (Ricardo 16 años)

La soledad se puede sentir por diversos motivos y de diferentes formas. Esta cuarentena  puede generar en nuestros niños y adolescentes sentimientos de soledad, no pueden compartir presencialmente con otras personas significativas, como por ejemplo sus amigos o compañeros de clase. Sentimientos  que muchas veces no saben  expresar o reconocer. Se traducen en comportamientos hostiles o inadecuados para expresar su malestar.

Se suele escuchar que las tecnologías de información (internet, celulares…) nos acercan a las personas que están lejos pero nos separan de quienes tenemos cerca. Esta afirmación sigue siendo muy acertada, gracias a las tecnologías podemos mantener contacto en el confinamiento con nuestros seres queridos, ver su imagen, escuchar su voz es un aliciente muy grande en estos momentos de separación forzada.

También es cierto que lo virtual, como único medio de interacción y expresión entre quienes estamos cerca, limita la comunicación y contacto cara a cara, piel a piel… Ya no se hace una llamada telefónica para felicitar por un cumpleaños, un mensajito o emoticón hacen el trabajo, se inician y terminan relaciones, se dan pésames o despedidas virtualmente.       

La soledad desolada

Decíamos que  se puede estar solo por diferentes motivos, por decisión, por alguna circunstancia como por ejemplo la muerte de algún ser querido por divorcios o separaciones, eso genera sentimientos de tristeza, rabia, abandono que puede desencadenar depresiones,  e incluso ideación suicida. La vida pierde sentido y no se es capaz de sentir ganas de vivir, sentimientos  que se profundizan cuando en la relación ha existido mucho apego o dependencia emocional.

Es lo  que se pudiera entender como la soledad desolada, esa sensación de no sentir alivio o consuelo, sintiéndose triste y abatido.       

Soledad emocional

Se da cuando se siente sequia emocional, se pierde la capacidad de sentir y expresar el amor. Don Juan  Bosco decía que a los muchachos  no basta quererlos, tienen que sentirlo  y es cierto, el reconocimiento, la empatía, las expresiones de amor son alimentos para el alma.

La soledad puede brindarnos oportunidades para buscar dentro lo que no encontramos afuera, existe diferentes formas del encuentro consigo, la meditación, las afirmaciones  y visualizaciones, el reconocimiento de los que somos, sentimos deseamos, el acompañamiento terapéutico, puede ayudarnos a convertir la soledad en la edad del sol, de la luz interior  que nos conecte con lo que esencialmente somos  y valemos.

Los duelos hay que vivirlos

Es un proceso  en el que hay que  pasar por diferentes momentos, rabia, negación, alivio. Puede ser  útil escribir lo que sentimos  para poner en palabras y desahogar lo que vivimos. Es  aceptar que las personas que partieron ya no están con nosotros pero se quedan  en nosotros. Cada olor, música, color, activan nuestro recuerdo en la memoria de nuestro corazón.

La película Coco de Walt Disney si algo pone de manifiesto en la cultura es  el miedo al olvido, que es otra forma de morir. Mantener vivos a nuestros seres queridos es recordarlos, honrarlos y perdonar para que el amor cumpla con su poder sanador y liberador             

Cantidad y la calidad. 

Con frecuencia decíamos: “lo que importa es la calidad y no la cantidad del tiempo”. La experiencia del confinamiento no ha obligado a convivir muchas horas juntos, hemos tenido   que ingeniárnosla para dedicar tiempo de calidad con una realidad desafiante emocionalmente. La ansiedad por la incertidumbre, el aislamiento, las tensiones por las amenazas que implica el contagiarse o morir por covid19 están    por lo tanto  es necesario hacer el esfuerzo para  reservar  espacios  para que sienta nuestra presencia afectiva, comunicarnos, y expresando nuestro amor.

Relacionarse con el entorno a través de una computadora o un celular , bien sea para recrearse, informarse o vincularse es una posibilidad para un sector de la población. Hay que estar atentos que a través  del  contacto virtual  traten de buscar de  forma riesgosa  respuesta a su sentimientos de soledad  y encuentre atención de alguien que se aproveche de su vacío para abusar de  ellos.

Es necesario el contacto personal que fomente  la intimidad, mirarse a los ojos, abrazándonos, escuchándonos, para nutrirnos emocionalmente y fortalecer las "defensas emocionales" para que juntos podamos  superar las dificultades y  frustraciones y disfrutar de los pequeños logros del día a día.

La soledad puede generar vacíos, insatisfacciones y heridas de abandono que si no son satisfechas pueden buscar desde el inicio de la adolescencia, y a veces antes,  buscar en  el alcohol, cigarrillos, drogas, posibilidades de “escapar” del dolor y la tristeza por las necesidades emocionales que no han sido cubiertas en su entorno familiar.

No significa  que debemos estar todo  el tiempo encima. En momentos la soledad puede ser necesaria  para estar consigo mismo. Es distinta la  soledad elegida a la impuesta.

Hasta la próxima resonancia

martes, 10 de agosto de 2021

DE LO QUE NO SE HABLA EN LA EDUCACIÓN

 


Óscar Misle 

Cuando estábamos cerrando el último capítulo del libro “De lo que no se habla”, un texto escrito por Fernando Pereira y este servidor, un virus puso de rodillas al mundo. El coronavirus, tan diminuto que solo puede verse con un microscopio, tuvo el poder de invadir países ricos, pobres, de izquierda o de derecha. Su potencia es más fuerte que las ideologías, fundamentalismos, radicalismos culturales…

Este diminuto invasor no necesitó de fusiles, tanques de guerra, bombas, misiles…  Solo fue suficiente un estornudo o una tos para tomar por asalto el cuerpo humano y comenzar su despliegue universal con el cometido de convertirse en pandemia.

¿Qué le dice todo lo vivido a nuestra soberbia, vanidad, orgullo o arrogancia? Tendremos que ponernos de rodillas con la frente pegada del suelo para que nuestro corazón esté por encima de la razón y convertirnos en seres más empáticos, compasivos y humildes.

Desde este sentimiento presentaremos vìa zoom el próximo viernes 23 de Abril, 4:00 pm, el libro De lo que no se habla. Aborda las situaciones que comúnmente viven los adolescentes sin ser tratadas o, cuando lo son, se hace de manera vana o parcial.

Una ruta que cambió los mapas

En estos momentos de incertidumbre y confinamiento los adolescentes van transitando caminos al amor a través de las adicciones intoxicando sus cuerpos, mentes y espíritus. Quedan atrapados en las redes del internet u otras tecnologías con un sedentarismo que los desconecta del mundo real para hacerse adictos al mundo virtual amenazando sus vidas con el ciberacoso y los llamados juegos peligrosos.

A través de las pantallas comienzan desde muy pequeños a centrar su foco en su imagen, gustar, atraer, seducir, lo que se ha denominado hipersexualización. Un mundo erotizado que los lleva a iniciarse sexualmente desde edades tempranas. Esto conlleva a relaciones de noviazgo en las que la agresión se convierte en una forma de relación.

En este mundo consumista en el que se utiliza el poder para satisfacer intereses y necesidades aparece la sombra del abuso y la explotación sexual. Mucho más común de lo que creemos.

La salud mental en lista de espera

Hasta la llegada de la pandemia del covid-19 nos tocó vivir en un mundo dividido, segregatorio, de doble moral en el que la xenofobia y homofobia se utilizan para discriminar al que es diferente.

El universo de las emociones represado, en muchos casos, por falta de políticas y programas de apoyo psico social hacen que la depresión tenga que, en momentos, esconderse detrás de una sonrisa por temor a ser rechazados, no comprendidos. Vivimos momentos de duelos por la pérdida física de familiares; pero también por lo incierto que resultan los planes, proyectos y los sueños tal y como nos los habíamos planteado. Ahora más que nunca el pensar en la muerte y en el abordaje adecuado de los duelos surge como una necesidad imperiosa para darle vida a la palabra resiliencia.

Muerte en vida

La muerte no llega solo a través del virus que se expandió por el mundo si no a través de la “muerte en vida” que viven muchos adolescentes y que los lleva al suicidio, para liberarse del sufrimiento, porque dejaron de verle sentido a su existencia. La violencia callejera cobra vidas convirtiendo a la adolescencia en una alcabala que miles no logran pasar.

Los fenómenos migratorios han logrado desmembrar a las familias teniendo como consecuencia  los niños que son dejados atrás; quienes quedan al cuidado de abuelas, tíos, otros familiares o allegados en condiciones económicas y sociales muy precarias.

Toda esa realidad nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo vamos a hacer para abordarlos en las escuelas, familias y sociedad en general? ¿Qué importancia toma la dimensión espiritual en estos momentos para poder hacer los cambios que proponemos? ¿Cuáles son las transformaciones que requerirá la educación para dar la respuesta exigida?

Escenarios futuros inciertos

Con este libro queremos sacar a la luz eso de lo que no se habla para replantearnos qué transformaciones requiere nuestra sociedad para que los adolescentes puedan encontrarle sentido a su vida.

La reconocida  periodista de salud y  gran amiga Shia Bertoni nos honró con el prólogo. “Durante más de 20 años de amistad y relación profesional, en la que juntos hemos avanzado en la lucha contra la violencia infantil a través de los micrófonos, nos enseñan a valorar los espacios de orientación para hacer de la crisis un momento educable.

Ser madre y trabajar al mismo tiempo implica más funciones de las que se ven a simple vista, y por encima de eso, involucra el ejemplo que estamos ofreciendo. Este libro me atrapa, no solo por el hecho de ser mamá de un adolescente de 18 años de edad y 1,85 metros de alto, que se siente literalmente como un parto por segunda vez y sin anestesia, sino porque descubrí que desde que estaba embarazada, empezaba el recorrido más importante de mi vida, como mamá y como ciudadana socialmente responsable.

Una ventana de fe y apoyo, porque como padres, tenemos el deber de proteger siempre a nuestros hijos, así como nutrir sus corazones, su mente y su espiritualidad para mantenerlos lejos de la vorágine corrupta de la vida. 

Durante el comienzo de la contingencia derivada de la crisis global por Covid-19, tuve momentos de ansiedad y angustia por una sensible situación que me ha tocado atravesar con mi hijo, pero mi fe salió fortalecida, así como la resiliencia que heredé de mi madre. La fe es creer que es posible lograr lo que no se ve y todavía no es, como bien menciona este libro y que estoy convencida de que es la clave..

Ser adolescente es difícil en cualquier circunstancia, pero la enfermedad por coronavirus está haciendo que resulte aún más complicado. Queda un largo camino por recorrer para que volvamos a la normalidad, aunque nuestras vidas no vayan a ser las de antes, porque este virus nos está enseñando que no podemos seguir viviendo del mismo modo. 

Siéntete como yo, más preparado para asumir el reto más grande, que nos permita replantearnos la construcción del sentido de vida en nuestros adolescentes, y la forma en que, como padres, somos responsables de ello”, destaca Shia.

Hasta la próxima resonancia

GENERACIÓN COVID

 


¿Generación Covid?

Óscar Misle

En días pasados me dirigí a un centro comercial especializado en venta y reparación de equipos electrónicos para realizar una reparación de mi teléfono celular. Me asombró ver la cantidad de jóvenes atendiendo los diferentes comercios. No solamente para invitarte a pasar o vender un equipo sino para dar asesor y dar las orientaciones sobre el problema y posibles soluciones. Me pregunté: ¿dónde adquirieron las competencias para hacer con precisión los diagnósticos y posterior reparación?.

¿Fue en los centros educativos donde cursaron estudios de educación media o universitaria? La respuesta que encontré con quienes pude conversar es que lo aprendieron por su cuenta, observando a compañeros, viendo tutoriales.

“Yo aproveché el confinamiento para investigar y poder tener un emprendimiento que me permitiera contar con unos ingresos en dólares” Frente a esta afirmación le consulté: ¿Y tus estudios formales? “Decidí dejarlos porque prefiero buscar otras formas que me permitan ingresos que nunca lograré por esa otra vía”

De regreso, mientras caminaba por el bulevar de Sabana Grande, me sorprendió de nuevo la cantidad de adolescentes invitando a la clientela a entrar en los negocios de ventas de ropa, zapatos, ofreciendo comprar divisas, oro. En ese momento pensé. No es cierto que con el confinamiento la mayoría de los adolescentes está confinada en sus casas. Están en riesgo de abandonar los estudios formales por considerarlos poco significativos y útiles  

La incertidumbre como desafío.

Es muy difícil para esta generación no tener respuestas existenciales que le permita encontrar rutas para transitar hacia sus sueños y anhelos. Desde el confinamiento le ha tocado sufrir el deterioro generado, antes de la pandemia, por causa de la emergencia humanitaria compleja. Un período  signado por la ausencia de recursos económicos, deficiencia de servicios públicos,  problemas para la atención sanitaria, sin los requerimientos  alimentarios básicos… por solo mencionar algunos 

Brechas de desigualdad. 

La modalidad de educación a distancia ha puesto en evidencia la falta de equidad por el ensanchamiento de la brecha entre una minoría que tiene el privilegio de contar con los medios tecnológicos de acceso y conectividad al igual que los centros educativos en los que están inscritos y familias o algún cuidador que pueda acompañarlos para cumplir con las asignaciones escolares.

La mayoría de la población estudiantil, especialmente del 80% matriculado en la educación pública, es la que tiene mayores dificultades para mantener el vínculo con la escuela por las dificultades de conexión, que también afectan a sus docentes, y deben valerse de la solidaridad o del esfuerzo de las familias para buscar guías pedagógicas que en muchos casos no están adaptadas a la realidad de los diferentes contextos.

Hay que decir que muchos estudiantes deben sortear este proceso sin la figura de adultos cuidadores que están consagrados a la búsqueda de recursos para la sobreviviencia.

Salud mental

El tema salud y lo que implica para el bienestar físico, social y  emocional es una realidad para los niños y adolescentes de esta generación. Les ha tocado enfermarse y ver morir a sus seres queridos sin poder despedirlos y procesar sus duelos.

La violencia intrafamiliar se ha incrementado porque la paciencia, el manejo de la frustración no permite el control emocional y surge la agresión como una forma de resolver conflictos y expresar adecuadamente sentimientos como rabia, tristeza, miedo.

Cuando consultamos a los niños y adolescentes qué es lo que más extrañan de sus escuelas y liceos, mencionan la interacción con sus compañeros; sin embargo se quejan de que la educación se reduzca, en la minoría de los casos, a lo que puedan recibir a través de una pantalla, y en otros muchos, a través de una guía pedagógica.

El estigma de ser adolescente.

Ser adolescente se concibe como una etapa riesgosa y generadora de peligro para los demás. Se les relaciona con rebeldía, rechazo a la autoridad, superficialidad y ahora como los vectores en la transmisión del Covid 19. Son pocos los espacios para que puedan expresar sus sentimientos y realizar propuestas para mejorar la salud y proteger a los demás. En el caso específico de la salud mental se requieren oportunidades para poner en palabras las emociones que sienten frente a la incertidumbre.

No podemos quedarnos en tener conscientes los síntomas de la afección de la salud mental en el presente. Hay que estar atentos a los efectos psicosociales que puedan hacerse presentes en el mediano plazo. Que no se manifiesten en el presente no quiere decir que no lo hagan posteriormente como suele pasar con el estrés postraumático.

¿Son una Generación de Cristal?

Entendiéndose por una generación caracterizada por la baja autoestima, que requiere siempre en obtener la aprobación de los demás, interesada solo por la tecnología aunque no puedan procesar toda la información disponible de forma madura y profunda,  se queja por todo, su atención es por períodos cortos y sus  comentarios suelen ser efímeros.

 Si notamos son calificativos que generalizan y estigmatizan de forma peyorativa a todos los adolescentes, metiéndolos en un solo saco, sin embargo en nuestra experiencia en Cecodap podemos  dar fe   que estos niños y adolescentes le están haciendo frente al desafío que significa vivir los efectos de una cuarentena de más de un año y todo lo que ha significado desarrollar habilidades para la vida, a veces poco reconocidas y valoradas en la escuela tradicional, que le permitan transformar la Generación Covid  en Generación Resiliente.

Hasta la próxima resonancia

VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

  Óscar Misle Óscar Misle Los recientes enfrentamientos armados en la Cota 905 y comunidades aledañas y los operativos que se van realizan...