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lunes, 9 de abril de 2018

LA ESCUELA ¿APAGA LA LLAMA O DESPIERTA LA CURIOSIDAD?



Óscar Misle
@oscarmisle

Se puede innovar pero no necesariamente transformar. Se pueden incorporar cambios cosméticos, de forma pero no de fondo, buenos para el mercadeo pero no pera el replanteo y transformación de la educación.
Montserrat del Pozo, pedagoga, conocida como 'Sor Innovación' por el trabajo de cambio educativo que ha motorizado desde el colegio Montserrat en Barcelona, España estuvo dictando una conferencia en Caracas invitada por Fe y Alegría. Tuvimos la suerte de participar. Su pasión y visión reafirmó nuestras inquietudes. Aquí plasmamos los aspectos que llamaron nuestra atención:
La innovación educativa se logra cuando hay líderes que la promuevan. El líder que emprende un cambio educativo tiene que creérselo.  El cambio tiene que salir desde adentro, de la convicción, del trabajo en equipo. Debe estar abierto a aceptar “que no sé lo que no sé. Cuando se acepta es que se está preparado para emprender el camino”
.
¿Cómo debe ser el líder que se necesita en las escuelas del siglo XXI?

-Una buena persona.
-Debe tener la capacidad de desaprender para que surjan ideas innovadoras.  De desechar técnicas, estrategias que no responden a las nuevas necesidades para poder avanzar.
- Con capacidad  de ver más allá, que no hable sin saber, ni estudiar.
-Que aplique en el aula lo que estudia e investiga. No se forma solo para tener más currículo o méritos.
-Debe tener  conciencia empática. No basta saber lo que le pasa al otro; sino actuar para apoyarlo.
-Capaz de formar y fortalecer un equipo
-Una visión compartida como equipo; qué educación queremos y cuáles son las prioridades.
-Conoce lo que pasa en su escuela.
-Crea en el centro educativo un ecosistema que emule el que queremos fuera. El centro puede constituir un oasis en ambientes de adversidad.
-Crea un ambiente donde directivos apoyan a docentes, docentes a estudiantes.
- Sabe cómo aprende un niño para conocer todas las capacidades y facilitar su desarrollo

El reto:
Estar dispuesto y saber salir del paradigma educativo del siglo XIX. Lo asemeja a la imagen de un tren. El maestro es el conductor y cada niño debe estar sentado, quieto, dejarse llevar, “domesticado”. Hay recreos para que se bajen en la estación, se distraigan y lo más importante, regresen a su puesto a tiempo y se queden quietos.
¿Cómo asumir un paradigma del siglo XXI ?. Grupos grandes de interacción, fusionando sesiones para constituir grupos de trabajo. Con 2 o 3 docentes por ambiente de trabajo; quienes deben interactuar para propiciar el aprendizaje en grupo, no dependiente del profesor; por proyectos de trabajo. “El docente es como un entrenador en un equipo de fútbol. Define una estrategia, observa, da recomendaciones pero no toma el lugar de los jugadores”.
Todo tiene un objetivo en el centro educativo, incluso el recreo para aprender a convivir.

Requisitos fundamentales contar con:
-Equipos directivos convencidos y estudiosos
-Coordinadores y docentes preparados
La visión compartida y la motivación de un grupo de docentes pueden hacer la diferencia.
¿Qué es lo inamovible en un mundo que cambia todos los días?: El propósito de la educación. En las actividades curriculares y estrategias hay que renovarse constantemente.”Tenemos que educar para un mundo demasiado ambiguo”.
Con Martín nos preguntamos: Educar ha dejado de ser ese "despertar", esa chispa que permite que alguien piense por sí mismo. ¿Está la escuela apagando la llama o despertando la curiosidad?

Hasta la próxima resonancia



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