Por: Óscar Misle, @oscarmisle
De forma espontánea sale la conversación. Nos convertimos en comentaristas haciendo evaluaciones y pronósticos sobre cuál será el país que logrará los goles necesarios para convertirse en campeón.
El tema se hace presente en las escuelas y los liceos; estudiantes y también maestros, sienten la frustración de no poder ver o escuchar el partido por tener que cumplir con sus obligaciones escolares.
UNICEF reconoce que los deportes representan un papel importante en la vida del niño. Es un derecho de los niños, niñas y adolescentes, tal y como lo expresa el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño: Los Estados “reconocerán el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”.
Aspectos luminosos
Es una actividad física que favorece el desarrollo físico, mental, psicológico y social de las niñas, niños y adolescentes. Según UNICEF puede actuar como una efectiva herramienta preventiva que ayude a lograr objetivos en salud, educación, igualdad de género, VIH/SIDA, y protección y desarrollo socioemocional.
Se aprenden valores y lecciones que duran toda la vida. Promueven la amistad y el juego limpio, enseñan a trabajar en equipo y promueven la disciplina, respeto y las habilidades necesarias que harán de los niños y niñas unos adultos comprometidos.
Posibilitan y refuerzan el reencuentro familiar a través del intercambio y la formación para aprender a celebrar los triunfos, apoyarse en la derrotas, aprender a superar la caídas y asumir sin prepotencia los triunfos.
Contribuye para hacer frente a los retos futuros y adoptar posiciones de liderazgo y reconocimiento en el seno de sus comunidades.
Aspectos sombríos
Deja de ser diversión para convertirse en obligación. Los entrenadores y familias agreden y humillan a los niños y adolescentes que no logran los resultados esperados.
Se discrimina o excluye. No se les permite participar en los intercambios deportivos a los niños que no tienen las condiciones necesarias y no se les brindan otras opciones que se ajusten a sus características físicas y psicológicas.
Se utilizan expresiones de discriminación racial, xenofóbicas. Especialmente en los intercambios deportivos en los que participan personas de países diferentes con características raciales y culturales diversas.
Se utilizan las canchas para pasar facturas. Los estudiantes detonan emocionalmente por conflictos preexistentes, que no han sido resueltos y son vengados a través del deporte.
No se forma para el trabajo en equipo para el manejo de la frustración. Se descuida el objetivo pedagógico del deporte para aprender a manejar los triunfos y las derrotas. Asumir la disciplina y el trabajo en equipo como la clave para lograr los objetivos personales y grupales.
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