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lunes, 30 de septiembre de 2013

EL PROCESOS DE CRECER Y DESARROLLARSE ¿CÓMO APOYARLOS?

Muchos de los conflictos y dudas que se nos presentan en la crianza de nuestros niños tienen que ver con el desconocimiento de su proceso de desarrollo, de las etapas por las que van pasando. Si pretendemos que tenga un comportamiento o una conducta que no es propia para su edad, nos vamos a desilusionar y los podemos frustrar.

El proceso de crecimiento y desarrollo se puede comparar con una escalera. El niño va subiendo poco a poco; en la medida en que sube un peldaño y se estabiliza tendrá las destrezas y la fortaleza para alcanzar el que sigue sin temor a caerse, o a que alguien se lo lleve por delante. Este proceso lleva su tiempo, no se puede forzar, obligar, agredir para que lo haga más rápido. Al contrario, aquí aplica "del apuro solo queda el cansancio". Si no respetamos el ritmo natural en cada infante, podemos hacerle daño. Es como pretender comernos un fruto fuera de temporada; lo arrancaremos antes de tiempo, estará verde, no lo podremos saborear y lo echaremos a perder.

Cada ser humano es único e irrepetible, por lo que no hay un esquema rígido para su desarrollo; sin embargo, existen características comunes en sus ciclos de vida. Conocerlas nos ayuda a identificar qué podemos esperar y cómo apoyarlos en su proceso.

Todo comienza en el vientre

Desde que el bebé está en el vientre necesita sentir la presencia, cuidados y el cariño de papá y mamá. Es como la semillita que está bajo la tierra, si no la regamos y la colocamos en el lugar apropiado, difícilmente germinará. Si la madre se cuida y controla estará contribuyendo directamente a la adecuada formación del cuerpecito y mente de su bebé y si el padre la apoya en este proceso seguramente el amor hará lo suyo para el bienestar de todos.

Si tomamos el ejemplo de la semilla que está en el matero, nos pueden surgir dudas sobre si la esta estará germinando, si necesitará más agua de la que le pongo, si tendré que poner el matero bajo el sol, abonar la tierra. Lo mismo pasa en la familia, las dudas, el temor, la inseguridad pueden hacerse presentes, y esto no es malo siempre y cuando las reconozcamos e identifiquemos; y si lo comunicamos mejor. El problema se puede presentar cuando las reprimimos. "No lo digo para no ser juzgado por el entorno".

Para expresar lo que sentimos podemos identificar a personas de confianza, profesionales, confidentes que nos escuchen sin juzgarnos. En la medida que comunico lo que siento, le quito poder a las emociones que me hacen sentir mal y puedo canalizarlas adecuadamente. Si siento miedo puedo hacer uso de esta emoción para realizar los controles y cuidados necesarios, evitar consumo de alimentos no adecuados, medicamentos y hábitos que puedan ser perjudiciales para el bebé.

Si tenemos dudas podemos preguntar, indagar, contar con información oportuna para ir abonando el terreno y desde ese momento crear condiciones físicas y emocionales adecuadas para que nuestro bebé se desarrolle adecuadamente.

Seguimos Creciendo juntos



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