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martes, 26 de mayo de 2020

LA HOMOFOBIA EN LA EDUCACIÓN


Óscar Misle


Una de las formas más crueles  de acoso escolar es por  el comportamiento u  orientación sexual de los estudiantes. Sabemos que  la homofobia es el rechazo u odio a los homosexuales. Es una  forma de  discriminación  como el racismo, la xenofobia y se basa en el odio al otro, al  que se le considera  “raro” y se percibe por su condición como  una amenaza para la sociedad.

La homofobia se expresa  con  comentarios,  chistes y humillaciones que descalifican  y atentan contra la dignidad del ser humano y genera  rechazos  que se  traducen  en  violencia política, religiosa,  social o cultural.

Los niños aprenden de lo que ven y oyen.  Cuando escuchan comentarios, chistes o insultos contra los homosexuales, se les  inculca la homofobia desde los primeros años. Crecerán rechazando y excluyendo a las personas que tienen  una orientación sexual o comportamiento diferente. Si su condición es  homosexual,  sentirán culpa y el rechazo será  hacia sí mismos con el riesgo de caer en adicciones o autoagresiones y en caso extremo el suicidio. 

La escuela como espacio de  socialización y refuerzo de valores. La escuela suele  optar por la práctica del avestruz, no asume  los casos de  acoso  por la condición sexual de los estudiantes. No  forma de  manera  explícita  para  el rechazo de  pensamientos, sentimientos y prácticas  homofóbicas. Existe una  doble  moral entre el discurso  y la práctica.

 El lenguaje promueve la homofobia. Se utiliza para descalificar  al  que  es o piensa  diferente y  se  legitima el  odio y agresión. Hay que denunciar ese lenguaje que valiéndose del  humor, enmascara  la  violencia interna por el rechazo a la diversidad.

Las instituciones la promueven por acción u omisión. Cuando  marginan por razones de orientación sexual y no les permiten  disfrutar de  sus derechos, cuando se persigue o acosa  a través de los medios de  comunicación, internet, redes sociales con la intención de  descalificar, humillar, intimidar. Es imperativo     exigir a las instituciones (gobiernos, iglesias, fueras armadas, académicas…) y a sus representantes que revisen y abandonen sus posiciones y  comentarios homófobos por el mal ejemplo que dan y por la  violencia que generan  con sus reacciones.


El rol de los medios de comunicación. Con frecuencia  se transmiten  contenidos  homófobos; por ejemplo. cuando hay un homicidio, si el asesino es homosexual, se introduce  como relevante en el titular; si es heterosexual no se menciona. También en la  radio y la televisión se hacen  chistes  y se ridiculiza a los homosexuales. Los políticos para desmeritar descalifican con expresiones homófobas a sus opositores.
La mejor  forma de prevenir la homofobia y trabajar  por una  sociedad incluyente  es con el ejemplo.


Hasta la próxima resonancia

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