Páginas

jueves, 28 de febrero de 2013

FORMAR PARA LA RESPONSABILIDAD






 

Cuando formamos a nuestros niños, niñas y adolescentes para el ejercicio de la responsabilidad, los preparamos para que asuman las consecuencias de sus actos, los estimulamos a identificar posibles soluciones a los problemas generados, desarrollar el respeto a los demás, al bien común, a los derechos de las otras personas, a actuar con justicia. Será la ruta a seguir para formarlos como personas respetuosas, respetadas y solidarias.

Sin duda es un camino más largo, con obstáculos; pero será la vía segura para formar a personas responsables que no usen la violencia para resolver sus conflictos y diferencias, y cultivar desde los primeros años la ciudadanía que el país reclama.

Para que logren su cometido, educar a la niña, niño o adolescente para que cumplan los acuerdos o pautas de disciplina se deben plantear consecuencias:

Claras: debe estar establecido qué consecuencias tiene el incumplimiento de un acuerdo. Por ejemplo, si tienen de 4 a 6 pm para hacer sus tareas y de 6 a 7:30 pm para recrearse. La consecuencia de no cumplir con sus deberes en el horario acordado es utilizar el horario pautado para el juego o recreación para cumplir con sus tareas escolares

Cortas: no deben ser muy largas porque pierden su efecto o incluso se puede olvidar cuál fue el motivo que originó la consecuencia. La intensidad y duración dependen de la edad. Para un niño o niña pequeño una hora puede ser una "eternidad"

Firmes: si no se es consistente en su aplicación el niño o niña aprenderá que no importa esforzarse para cumplir lo acordado o pautado porque su acto no tendrá consecuencias. El cumplimiento de lo acordado no puede depender del estado anímico de la persona adulta.

Coherentes: que exista una relación entre la consecuencia y el acto cometido. Si no hago lo pautado asumo que tiene una consecuencia lógica. Si sacó todos los juguetes y le da flojera guardarlos (lo pautado), la consecuencia es que tendrá que utilizar menos juguetes para tener tiempo para guardarlos.

Afectuosas: el establecimiento de una consecuencia debe hacerse de manera serena. Si no nos podemos controlar, estamos llenos de ira, se perderá el carácter educativo de la medida. Nunca olvidar que los educamos porque los queremos. Nuestro afecto y aceptación siempre deben estar presentes.

Pactadas: desde los 5 o 6 años las consecuencias deben ser pactadas y acordadas con ellos. Esto facilitará que se sientan identificados con lo pautado, se evitan reacciones ante las imposiciones, se desarrollará la comunicación, el proceso de ir internalizando el autocontrol y hacerse responsable por los propios actos y se prepararán para participar familiar y socialmente.
El pacto sobre consecuencias no es sinónimo de hacer lo que el hijo o la hija quieran. Se trata de buscar un acuerdo en base a la lógica, lo justo, la visión e intereses de ambas partes. Decidir con antelación qué es negociable y qué no.

Acciones  o decisiones que pongan en riesgo la integridad personal, la seguridad, no son aspectos que se pueden negociar.

Seguimos creciendo juntos.


Leer mas en: http://www.revistadominical.com.ve/Noticias/Firmas/Formar-para-la-responsabilidad.aspx#ixzz2MFZDuFz3

No hay comentarios:

Publicar un comentario

VIOLENCIA. HAY QUE HABLAR CON LOS NIÑOS

  Óscar Misle Óscar Misle Los recientes enfrentamientos armados en la Cota 905 y comunidades aledañas y los operativos que se van realizan...